El nigeriano, asentado en la titularidad tras su espectacular progresión, seguirá en el Dépor si el equipo se mantiene, un reto para el que hoy tiene una cita clave
27 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.«Si las cosas van bien, me quedaré. Al cien por cien. Seguro. Estoy enamorado de esta ciudad y de la gente de aquí». Uche Agbo destapó su adicción al equipo y la urbe horas antes de que el estado de alarma le forzara a recluirse en casa e interrumpir la fase de aclimatación a sus nuevos colores. El saldo de los primeros meses no era prometedor, con un triste estreno en Albacete y esporádicas y discretas actuaciones a partir de ahí. «En cada uno de los clubes por los que he pasado, no cuento al principio, pero luego logro hacerme con un sitio. Por eso, si no juego suelo pensar que es solo porque no ha llegado mi momento», razonaba el centrocampista nigeriano en la misma entrevista en que dejaba caer la posibilidad de un vínculo a largo plazo con el Dépor. Dos objetivos, el de asentarse y continuar, vinculados por el bien colectivo.
Uche ha progresado hasta convertirse en indispensable. Sus actuaciones han resultado clave, no solo para verlo afianzado en la medular, sino para que el conjunto en el que milita lograra amarrar cuatro puntos esenciales y se haya aproximado a una permanencia que cumpliría el mayor deseo del portador del 25. Si el Deportivo permanece, su ancla en la medular también.
El pacto con el Standard incluye este desenlace feliz para todas las partes, visto el deseo del jugador, su condición de prescindible en Bélgica y su nuevo estatus en A Coruña tras un inesperado desarrollo (por su inmediatez) que ayer desentrañaba Fernando Vázquez: «El cambio se explica por el concepto de estado de forma. Me parecía un jugador importante, pero llegó en un estado de forma muy bajo y tuve que sentarlo y esperar. También lograr que fuera comprendiendo el intríngulis de nuestra forma de concebir el fútbol. En eso está. Le vino muy bien el parón porque hubo tiempo para trabajar con él. Se encuentra en una situación favorable, pero debe seguir creciendo y rendir aún mejor».
El técnico pretende hurgar en la progresión del mediocentro, aunque admitió la necesidad de darle respiro. Es probable que Uche entre hoy (17 horas, Movistar LaLiga) de nuevo en el once, especialmente por la escasez de competencia en la plaza —Peru está lesionado y Bergantiños reubicado en la zaga—, pero también son muchas las opciones de que no complete el encuentro. La presencia de Gandoy en la lista podría garantizarle un relevo.
Las dudas aumentan en el repaso de quienes aportarían luces en fase creativa. Vicente no ha convencido en sus actuaciones postparón, pero su concurso daría un mayor rigor táctico a esa línea frente al que puede aportar Çolak. El turco, además, se ejercitó al margen el miércoles, y ha dado señales de que su nuevo ciclo en A Coruña puede estar cerca de concluir. «Para mí es un jugador importante a la hora de ganar partidos de aquí a final de temporada», sostenía ayer su entrenador. Aketxe sería el tercer hombre en la zona.
Por delante, las bajas prestaciones (Koné y Beauvue) o la falta de crédito (Santos) restringen la condición de referente a un Merino, a quien habrá que dotar de pareja. Atrás, el muro levantado en Elche tiene visos de trasladarse a Riazor, con la única duda del carril izquierdo. A Bergantiños, redescubierto para la función en la que se inició, le espera otro reto. «Yuri es un clásico, un peligro evidente y un jugador a temer», señaló Vázquez, identificando el próximo peligro en llegar.
«Lo que está consiguiendo Bolo es extraordinario»
«Va a ser un partido difícil porque la Ponferradina se lo pone difícil a todo el mundo. Está dirigido por Bolo de forma impresionante. Hace las cosas muy sencillas, pero las hace impresionantemente bien». Fernando Vázquez no escatimó en elogios para el próximo rival y su técnico. «Lo que está consiguiendo Bolo me parece extraordinario», recalcó durante la rueda de prensa previa a la cita para poner en valor la fenomenal temporada de un equipo que parecía llamado a pelear por la permanencia y que ahora aspira a mayores éxitos.
Logros que pasan, como los del Deportivo, por una cita clave en este tramo definitivo de la campaña. Un encuentro que nuevamente se disputará a puerta cerrada. «El objetivo del fútbol y el nuestro es jugar para alguien», recordó el técnico blanquiazul, que considera que el agravio es mayor para el conjunto que dirige: «La falta de público al jugar en casa no es igual para todos los equipos. Algunos nos sentimos perjudicados y para otros, con el público en su contra, les será mejor jugar sin gente».
También ha pasado mayor factura la acumulación de citas sin apenas tiempo de descanso, en un calendario especialmente duro con el Dépor. «Cuando juegas de domingo a domingo eliges basándote en los más adecuados para partidos, pero en estos momentos hay que hacer otra gestión: no puedes llegar al final de esta liguilla agotado o cansado —subrayó Vázquez—. A veces, al cambiar de sistema estoy condicionado por esta situación. Tenemos una clasificación según van jugando minutos. Unos están en zona colorada, con posibilidades de lesión más alta, otros en zona verde y otros en la amarilla. Intento jugar con esto, siempre con la idea de ganar el partido. Estamos dando descansos, pero hay unos cuantos futbolistas, especialmente en la parte de atrás, con los que tenemos más dificultades».