El Lugo pierde en Balaídos el encuentro más complicado antes del inicio de temporada

André Siso Zapata

DEPORTES

Oscar Vázquez

El cuadro rojiblanco cae en un partido que decidió el talento de los atacantes del Celta

03 sep 2020 . Actualizado a las 11:18 h.

El C.D. Lugo cayó derrotado ayer ante el R.C. Celta de Vigo por dos goles a cero, en un partido en el que los locales mantuvieron el control del partido en todo momento y los lucenses esperaron atrás buscando un error del rival que nunca llegó.

El penúltimo desafío de la pretemporada del Lugo arrancó algo después de las seis y media de la tarde sobre el césped de Balaídos, bajo un sol de justicia y frente a un equipo de más nivel que el resto de contrincantes de los lucenses durante estos amistosos de verano. La falta de público no enfrió un partido que no fue solo caliente por la temperatura -cercana a los 30 grados-, sino que también lo fue en el campo, ya que las faltas y las continuas interrupciones ilegales del juego fueron las protagonistas de la primera mitad.

Durante los primeros minutos, la relajación de ambos equipos propició la aparición de errores individuales, como el que derivó en la ocasión más clara del Lugo en el primer tiempo, un pase horizontal del central del Celta Néstor Araújo hacia Iván Villar, totalmente impreciso y que acabó en los pies de Cristian Herrera a escasos metros de la portería. Solo una gran estirada del guardameta celeste impidió que los visitantes abriesen el marcador.

Las imprecisiones del Celta en salida de balón continuaron durante unos minutos, hasta que Oscar García, el entrenador catalán de los locales, decidió colocar a Miguel Baeza, joven centrocampista procedente de la cantera del Real Madrid, sobre la banda derecha, intercambiándolo con el turco Emre Mor, que se dedicó a recibir balones en la mediapunta para contactar con la delantera más fácilmente.

El plan salió a la perfección y el Lugo se vio obligado a recular ante las conducciones y pases filtrados de los talentosos jugadores que el Celta alineó en el centro del campo y la delantera. El resto del primer tiempo fue una sucesión de ataques del conjunto vigués, a los que el Lugo resistía con un bloque defensivo bajo, pero siendo incapaz de conectar con las zonas de ataque sin recurrir a los balones largos.

El Celta salió del descanso como un vendaval, de la mano de un fantástico Iago Aspas por el que no pasan los años. El Lugo intentó resistir los envites vigueses, pero los vigueses consiguieron abrir el marcador en el minuto 67 gracias a Emre Mor, que recibió una dejada de cabeza de Aspas para empujar a placer al lado izquierdo de Cantero. El tridente del Celta —Nolito, Mor y Aspas— hizo estragos durante toda la segunda parte, y supuso un dolor de muelas del que el Lugo no sabría recomponerse. A ocho minutos del final, el delantero de Moaña provocó y definió el penalti que sentenció el partido, que sirvió para preparar al Lugo ante partidos en los que los rivales apuesten por la posesión del balón.

El Lugo se sometió ayer a su examen más complicado antes de la vuelta al cole futbolística. Ante un equipo de Primera División que, aunque haya pasado unos años lejos de los puestos de honor, sigue soñando con plazas europeas, se evidenció la diferencia de nivel entre una plantilla y otra.

Para los rojiblancos, sin embargo, esto puede servir como preparación para los partidos más exigentes de la temporada, en el que los equipos punteros de la categoría apuesten por amasar mucha posesión y buscar pases filtrados entre las líneas defensivas del Lugo. Para suerte de los lucenses, ningún equipo de Segunda División contará con Iago Aspas, Emre Mor y Nolito en sus filas, por lo que el partido de ayer les exigió un nivel que no se encontrarán durante la temporada.

Cantero, el mejor

Que el portero sea el jugador más destacado del equipo no suele ser una buena noticia, y en esta ocasión no ha sido diferente. El guardameta navarro hizo frente a todos los ataques rivales mostrando unos reflejos y una colocación al nivel de cualquiera de los porteros de su categoría. A pesar de los rumores de su posible marcha, el rendimiento del meta hace ver que está concentrado en su situación actual, algo que beneficiará tremendamente al conjunto lucense si finalmente se queda en el equipo esta temporada.

El Lugo sufrió corriendo hacia atrás. Eso es innegable. En cuanto las piernas comenzaron a fallar, al pasar la hora de partido, los jugadores del Celta parecía que volaban frente a sus rivales. Emre Mor, Baeza o Aspas, tres jugadores muy técnicos, hicieron diabluras ante los defensas rojiblancos en sus conducciones largas. Pita, que será, un año más, un activo muy importante para el equipo, se vio totalmente sobrepasado en la segunda parte por el ataque vigués, al igual que sus compañeros Alende, Pedro o Seoane.

Quitando la ocasión clara que tuvo Cristian Herrera nada más empezar el partido, en la que casi aprovecha un error en la salida del Celta, el Lugo no creó prácticamente ningún peligro. EL bloque bajo en defensa y los balones largos a la cabeza de Barreiro o a los desmarques de Iriome funcionarán en muchos partidos, pero no contra planteamientos rivales que exijan tanto gasto de energía en defensa como el propuesto por el Celta. El Lugo debe ser capaz de proponer algo más, algo diferente, y conseguir crear ocasiones de gol sin necesitar esperar a los errores del equipo rival.