Los peligros de una mala adaptación

Javier Pombo A CORUÑA

DEPORTES

MANUEL MARRAS

02 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Nos encontramos muchas veces con situaciones complicadas. Jugadores aparentemente sanos, que enlazan lesión tras lesión sin lógica comprensible para el que está fuera y no es capaz de percibir las causas. Por mi experiencia, lo más frecuente en este tipo de situaciones, que en muchos casos se da en futbolista extranjeros, es que se deba a un deficiente período de adaptación a todo lo que le rodea durante ese primer año de aterrizaje. Hablamos de que este futbolista tiene que adaptarse de repente a un país nuevo, con unas condiciones meteorológicas concretas, a una alimentación diferente, a un ritmo de vida con unas horas de sueño que pueden modificarse (no es lo mismo Inglaterra que el resto de Europa o España) y a una dinámica de entrenamientos completamente distinta. Esto es lo que explica que un jugador con un buen historial clínico de repente pase a encadenar lesiones. Un cambio repentino de país, de clima o de forma de entrenar puede ser muy perjudicial a ciertos niveles. Y luego está el tema de la alimentación, que no hay que obviar. Recordemos lo que sucedía con Messi, que llegó a encadenar hasta 13 o 14 lesiones consecutivas en el bíceps femoral hasta que dieron con la tecla reduciendo de su dieta la pizza. A esto, que es muy importante, hay que sumarle tres factores más. La genética, ya que hay futbolistas que tienen más tendencia a lesionarse por los tipos de fibras que tienen en su cuerpo; el aspecto psicológico, ya que la ansiedad provocada por la gestión de la presión es un gran factor de riesgo; y, además, por qué no asumirlo, la mala suerte, que también entra en juego.

El caso concreto de Hazard sería cuestión de analizarlo en profundidad, pues ahora mismo no tenemos toda la información. Pero sí que es verdad que es fácil que de una lesión de tobillo se pase a una muscular. Si la primera no está bien recuperada se producen descompensaciones. Correr con miedo siempre acaba produciendo una nueva lesión en el tren inferior. Todo afecta. Todo está conectado.

Javier Pombo, médico deportivo y traumatólogo