LeBron cumple su promesa

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Kim Klement | REUTERS

El alero lleva a los Lakers a su 17.º título y continúa el legado de Bryant

12 oct 2020 . Actualizado a las 22:44 h.

La temporada 2019-2020, la más larga de la historia de la NBA (355 días), murió en el sexto partido de la final. Los Angeles Lakers celebraron su decimoséptimo título tras apalizar de manera inmisericorde a Miami Heat en el último partido de la serie (93-106), cerrando la eliminatoria con un marcador de partidos de 4-2 y empatando con los Boston Celtics como la franquicia que más veces ha quedado campeona de la Liga (17). Con 35 años, por cuarta vez en su carrera, LeBron James fue elegido —en esta ocasión de manera unánime— MVP de la final.

El alero suma su cuarto anillo en su décima final disputada. En este apartado, no son cifras mareantes. En la historia de la Liga hay 26 jugadores que han ganado más campeonatos que él. Pero de todos ellos, los que pueden mirar de tú a tú a James se cuentan con los dedos de la mano. En esa lista, está por supuesto Kobe Bryant.

Los Lakers llevaban una década sin ganar la NBA. La última vez había sido en el 2010, con Kobe Bryant y Pau Gasol como referentes de los angelinos. Ha sido un camino ruinoso desde entonces, con seis años en los que el equipo ni siquiera pisó los play-off. La reconstrucción ha sido larga. Y cara. Pero ha dado frutos.

Kobe, James y el «relato»

Además de su obvio talento para este deporte, lo que convierte a LeBron James en un mito de la NBA es su capacidad para ejercer el papel de estrella de manera innata en cualquier guion. Un aura de leyenda tan intangible como obvia. Es algo que le acompaña desde que jugaba en el instituto. Su carrera en las pistas ha estado siempre acompañada por un relato fuera de ella.

Sin remontarse demasiado, cuando en el 2014 LeBron James regresó a Cleveland Cavaliers —el equipo de su estado natal y en el que comenzó su andadura en la NBA—, prometió que haría a la franquicia de su casa campeona por primera vez en su historia. Los Cavs llevaban sin levantar cabeza desde que el jugador había emigrado a Miami en busca de un título. No solo logró hacer campeón a Cleveland en el 2016, sino que acompañó la gesta haciéndolo ante los todopoderosos Golden State Warriors y tras haber remontado una desventaja de 3-1 en la final, algo que jamás se había logrado. En este pandémico curso 2019- 2020, resuelto herméticamente en el resort de Disney en Orlando, el final de cuento estaba cantado.

A LeBron, como durante toda su vida, el relato le vino dado. El fallecimiento de Kobe Bryant en un accidente de helicóptero en el mes de enero marcó la ya de por sí cinematográfica agenda Laker. Una vez más, al alero le cayó encabezar el cartel de estrellas del taquillazo. El tributo a Bryant en forma de trofeo era una obligación. Ni lo dudó. «Continuaré con tu legado», dijo tras la traumática muerte de Kobe y su hija mayor.

En su segunda promesa, esta de dimensiones todavía mayores, tampoco falló.

Kim Klement | REUTERS

Es cierto que no fue redondo. Los Lakers habían calculado lograr ser campeones en el quinto partido y por eso vistieron la camiseta de homenaje y de edición limitada —un super éxito en ventas— a Kobe. Antes de esa noche, habían vestido cuatro veces esa prebda con un balance de cuatro triunfos y cero derrotas. Pero Miami ganó. En toda superproducción, siempre puede fallar algo. Hubo que esperar al sexto, pero Kobe tuvo su homenaje, los Lakers reverdecen su gloria y LeBron se llevó el Óscar.

Otro récord en la infinita lista de registros de James

Es difícil elegir qué récord personal de LeBron James destacar para ilustrar la huella que dejará en la NBA. Con los 28 tantos sumados en la victoria de los Lakers en el sexto partido de la final ante los Heat, el de Akron suma 7.491 puntos anotados en los play-off desde su primera aparición en el año 2006. Es el que más ha metido jamás, muy por encima de los 5.987 que hizo Michael Jordan, segundo en la lista. Y pese a sus 35 años, su impresionante estado físico vaticina que la grieta se abrirá todavía más.

Por destacar un registro de reciente cuño, con su galardón como MVP de la final se ha convertido en el único jugador de la historia en lograr este reconocimiento con tres equipos distintos: Heat, Cavaliers y Lakers, los tres en los que ha jugado. Pero la lista de registros superados podría prolongarse hasta el hastío, porque a Lebron no se le puede medir solo con números. Como dicen las constituciones, el Rey es, ante todo, un símbolo.

Construir en torno a James

Hay consenso en que Los Angeles Lakers se han llevado el campeonato sin tener el equipo con más talento de la Liga. Incluso en la Conferencia Oeste, Houston Rockets o sus vecinos Clippers contaban con más calidad en su rotación. Además, el covid trajo turbulencias más allá de lo meramente sanitario. En las oficinas de la franquicia hubo que reconstruir a las bravas el equipo cuando la NBA dejó a la voluntad de los jugadores su participación en la burbuja. Avery Bradley, un jugador de 24 minutos por partido, renunció por miedo al virus. Llegaron Markieff Morris o J. R. Smith. Mentalidades volátiles que se sumaban a secundarios con anillos en sus dedos como McGee, Rondo, Green o Quinn Cook.

A Frank Vogel, entrenador de los campeones, le tocó engrasar apresuradamente al equipo, que comenzó su camino en Orlando bajo titulares de mal agüero que reflejaban cómo el equipo se había convertido en el peor ataque de los 22 equipos participantes en la burbuja.

Pero los Lakers tenían a Anthony Davis y, sobre todo, a LeBron James. La arriesgada apuesta realizada en su día por cargar prácticamente todo el peso del equipo sobre sus hombros ha funcionado, cimentando su campeonato en una defensa impenetrable en la que el 23 ha tenido un papel fundamental. La evolución del MVP de anotador a jugador total ha logrado que, en la estadística avanzada, haya firmado sus mejores estadísticas en rebotes y asistencias de su carrera durante la postemporada.

Al menos 76 detenidos en Los Ángeles durante las celebraciones del campeonato

RINGO CHIU | reuters

Al menos 76 personas fueron detenidas en las calles del centro de Los Ángeles durante las celebraciones posteriores a la consecución del título por parte de la franquicia angelina, según informó el departamento de policía de la ciudad californiana. Entre los arrestados se reparten cargos de vandalismo, reuniones ilegales y resistencia a la autoridad a la hora de dispersar a las más de 2.000 personas que se congregaron en las inmediaciones del Staples Center, el pabellón donde los Lakers juegan sus partidos como local. Durante las cargas, la policía informó que dos civiles tuvieron que ser hospitalizados.

Desde la franquicia ya se ha confirmado que, como consecuencia del covid, este año no se celebrará el tradicional desfile por las calles de los campeones. Pero ni la situación sanitaria ni las advertencias del cuerpo policial impidieron que durante los festejos se produjesen imprudentes concentraciones de aficionados sin mascarilla y sin respetar las medidas de seguridad para prevenir contagios.