Nole apunta al auténtico Grand Slam

Fernandp Rey Tapias

DEPORTES

Europa Press

El serbio, con un tenis completísimo, suma su vigésimo «major», tantos como Federer y Nadal

12 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

No estaba Rafa Nadal, y Roger Federer acudió sin rodaje suficiente para estar en su mejor momento y tratar de agotar las últimas posibilidades de ganar un grand slam antes de retirarse, por lo que Djokovic era la referencia a batir por todos los jugadores que aspiran a relevar a los tres grandes que han dominado junto a Murray el tenis masculino durante un ya larguísimo período. La realidad es que el serbio ha podido con todos.

En la final de Wimbledon (6-7, 6-4, 6-4 y 6-3) y se enfrentaba a Berrettini, que llegaba tras realizar un gran torneo, y refrendado como especialista en la hierba al haber triunfado en Queen’s. El italiano, un jugador de gran envergadura, tiene como sus mejores armas un saque de enorme potencia y una gran derecha. Le alcanzó para llegar a la final, pero en esta tenía enfrente al mejor restador del mundo, a un jugador capaz de devolver bolas inverosímiles y cambiar los ritmos llevando el partido a donde más le conviene.

Alternativas en el arranque

El comienzo de la final fue un poco extraño, ya que el serbio cometió 3 dobles faltas en los 2 primeros juegos de saque, circunstancia que no impidió que se adelantase por 5-2. Parecía que el set estaba resuelto, pero ahí se produjo una reacción del italiano, mejorando sus porcentajes de primeros saques y defendiendo con cortados su revés. Así consiguió remontar y ganar con cierta comodidad el tie-break.

Como se esperaba, Novak reaccionó adelantándose en el segundo set, que fue muy parecido al tercero. Dominio claro del serbio hasta justo el juego para cerrar el set, y reacción del romano hasta el 5-4, pero insuficiente para evitar que Nole ganase por 6-4 ambas mangas.

Un compendio de virtudes

Berrettini dispone de un gran saque y una gran derecha, pero Djokovic es un excelente sacador, el mejor restador, domina los ritmos y el juego de fondo a la perfección en ambos lados —derecha y revés—, corta bien, sorprendiendo con dejadas, y últimamente ha mejorado mucho en el juego de red. Como todos los grandes campeones ha ido reforzando sus cualidades y mejorando sus carencias. Está en una forma física extraordinaria, con una anticipación que le permiten sus fantásticos reflejos, una gran velocidad de piernas y una elasticidad que le concede llegar a bolas imposibles, complementada con una resistencia que hace que el ritmo que imprime a su juego tras tres horas de partido, sea similar al de su comienzo.

Muy exigente para el romano

Teniendo en cuenta todo esto, las posibilidades del italiano pasaban por un altísimo porcentaje de primeros saques, combinados con derechas ganadoras. Es decir, un partido idílico, perfecto, ya que en todas las demás facetas del juego el serbio es superior, y más en un partido a cinco sets.

El cuarto set fue el que tuvo un comienzo más igualado; sin embargo, fue el que ganó Novak con más claridad, espoleado por los gritos de ánimo del público a su rival, algo habitual en Nole, que se crece ante la adversidad.

En definitiva, bien el italiano, que dio espectáculo e hizo un notable partido. Berrettini, que no tuvo una carrera precoz de éxitos en su etapa júnior, lleva una trayectoria en franca progresión en los últimos años y, si sigue así, es un jugador a tener en cuenta en un futuro inmediato.

Djokovic logra los dos objetivos que perseguía en Londres. Igualar a Federer y Nadal en grand slams, y seguir con la posibilidad de ganar los cuatro majors en un mismo año, algo que no sucede desde que lo logró Rod Laver en 1969.

Solo le queda el US Open, un torneo que si, como todos esperamos, está Rafa Nadal plenamente recuperado, será apasionante. Como final, me gustaría reflejar el comportamiento del serbio, sin perder el autocontrol en ningún momento, algo que no es habitual, y ojala que sea su siguiente mejora, para ejemplo de los jóvenes y para que el número uno, natural y agradable fuera de la pista, pueda sentir el reconocimiento del público que tanto demanda dentro de ella.