Galicia otea en Tokio su techo de podios en unos Juegos Olímpicos

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Rodrigo Corrales es clave en el brillante presente de la selección campeona del Mundo en el 2020.
Rodrigo Corrales es clave en el brillante presente de la selección campeona del Mundo en el 2020. Fredrik Varfjell

La mejor generación, entre gigantes que se despiden y emergentes de probado nivel en Mundiales, aspira a superar los cuatro metales de Pekín y Londres

22 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La pandemia no ha podido frenar a la mejor generación de deportistas gallegos de todos los tiempos. La ceremonia de apertura de mañana marca el inicio de unos Juegos históricos por muchos motivos. Tokio reunirá durante dos semanas y media a un grupo que aspira a romper el techo de los cuatro podios de Pekín 2008 y Londres 2012.

El grupo lo lideran leyendas de su deporte que se despiden del programa olímpico, como el pentacampeón mundial Javier Gómez Noya, la regatista campeona de Elliott en Londres 2012 Támara Echegoyen y un mito del piragüismo como Teresa Portela, ante sus sextos Juegos. Otros deportistas se plantan en Japón con la seguridad de vivir su etapa de plenitud, como el campeón del mundo de balonmano Rodrigo Corrales, la saltadora Ana Peleteiro, con probada fiabilidad en las grandes citas, el tres veces plata mundial en K4 500 Rodrigo Germade y una de las artífices de la plata mundial de España en balonmano en el 2019, Alicia Fernández. Todavía jóvenes, pero con talento para fijarse el podio como objetivo llegan a los Juegos de la pandemia los regatistas Nico Rodríguez, plata en el Mundial de 470 del 2019, y Iago López, segundo en el del 2020 en 49er. Por detrás, no solo para ver en su horizonte los Juegos de París 2024 y los de Los Ángeles 2028, pero ya una realidad para aspirar a una meta, figuran Carlos Arévalo, que participa en dos pruebas, el K4 500 con el que es subcampeón del Mundo y el K1 200 en el que no se pone techo. Adrián Ben, de vuelta tras superar varias lesiones, ya fue el sexto mejor del planeta en los 800 en Doha 2019 e Iván Villar forma parte de una selección olímpica levantada sobre los pilares de la absoluta semifinalista de la Eurocopa. Las opciones más claras de medalla llegan a 14, sin caer en cálculos eufóricos, aunque terminarán concretándose muchas menos. Y se completan con el tándem de veteranía y juventud en el baloncesto femenino, con Tamara Abalde y Raquel Carrera.

Seis diplomas en Sídney, el segundo termómetro del potencial olímpico

Del cuarto al octavo clasificados de los Juegos reciben el diploma olímpico, el segundo termómetro sobre el nivel de un país. Más fiable, casi, que el de las medallas, sujeto a más vaivenes por pequeños detalles. Con opciones de conseguir ese reconocimiento parten en Tokio otros siete deportistas gallegos. Belén Toimil llega lanzada, a golpe de récord en lanzamiento de peso. Y también optan a la plaza de finalistas debutantes en los Juegos como la skater Julia Benedetti, el boxeador Enmanuel Reyes, el remero Caetano Horta, el arquero Dani Castro y la palista Antía Jácome.

Galicia consiguió seis diplomas en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, donde logró más finalistas que nunca: Fredy Bea, Ana Penas y Jovino González en piragüismo, Iván Raña en triatlón, Pepiño Hermida en mountain bike y Andrés Díaz en los 1.500 metros de atletismo.