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Santiago Bernabéu llegó a un acuerdo con el Millonarios de Colombia (algo así como el Paris Saint Germain de los años cincuenta) para el fichaje de Di Stefano, que tenía contrato hasta finales de 1954 con el club sudamericano.
Por su parte, el Barça, que había rechazado la propuesta económica que le había hecho el Millonarios, poseía una parte de la ficha del jugador a través del River Plate, a quien pertenecían sus derechos después de ese año, puesto que en realidad Di Stéfano había dejado por las bravas el club argentino durante un parón en la competición debido a una huelga de futbolistas.
El conflicto era complejo, pues el Barcelona no podía tramitar la solicitud de licencia para Di Stéfano en la Federación Española de fútbol sin la cesión de derechos a su favor que poseía el Madrid. Y el Madrid, por su parte, tampoco podía tramitar la solicitud de licencia de Di Stéfano sin el o.k. del River Plate, que a su vez había vendido la parte de sus derechos al Barcelona.
La FIFA intervino y decidió que el delantero tendría que jugar dos temporadas con el Real Madrid y luego otras tres con el Barcelona. El Barcelona acabó rechazando este derecho y Di Stéfano ya nunca dejaría el Real Madrid (que volvería a ganar la liga tras varios años de sequía y cinco Copas de Europa) hasta que en su ocaso se incorporó al Espanyol, que precisamente entrenaba Kubala.
Los movimientos para su fichaje todavía se intepretan hoy en día como una prueba del supuesto favoritismo del Régimen de Franco por el Madrid.