La Eurocopa de la verdad

Iyán Iván Baragaño

DEPORTES

Imagen de un entrenamiento de la selección española femenina.
Imagen de un entrenamiento de la selección española femenina. Pablo García / RFEF | EFE

Desde que España participó en su primer Mundial en el 2015, el número de jugadoras federadas se ha multiplicado por dos

06 jul 2022 . Actualizado a las 00:07 h.

¿Qué sería de un verano sin fútbol?  Hoy,6 de julio, comienza la Eurocopa Femenina 2022 en Inglaterra. Seguramente nuestra selección no sea la favorita, pero es muy consciente de que la repercusión social futura del fútbol femenino español depende en gran parte de lo que pase a partir de la próxima semana.

Desde que España participó en su primera Copa Mundial en Canadá 2015, el número de jugadoras federadas se ha multiplicado por dos (29.904 jugadoras federadas en el 2015 por las 58.716 en el 2020). Es más, solo en el verano del 2019, en el que España se puso en el mapa social y deportivo del fútbol femenino con su participación en el Mundial de Francia, el número de jugadoras aumentó en un 20 % (11.000 fichas federativas nuevas entre ambas temporadas). A más cantidad, más calidad. Algo evidente. Si a eso se le añade el aumento de la inversión económica por parte de clubes y patrocinadores, la fórmula es perfecta.

En el verano del 2019 España ocupaba el 13º puesto en el Ránking FIFA. Hoy ocupa la 7ª posición. En medio de todo ello un equipo español, el FC Barcelona, se alzó por primera vez con una UEFA Women´s Champions League y una jugadora española fue nombrada mejor jugadora del mundo por la FIFA. Además, 90.000 espectadores se dieron cita en el Camp Nou —dos veces— para batir un récord mundial de asistencia a un partido de fútbol femenino. Los ingredientes perfectos en una selección para plantar cara a las favoritas.

El rendimiento físico, una de las claves del campeonato

En el pasado mundial del 2019, las seis selecciones que recorrieron menos metros a sprint (>23km/h) cayeron eliminadas en fase de grupos. En comparación al campeonato anterior, los metros recorridos sobre ese umbral de velocidad aumentaron hasta un 47,3% en el caso de las extremos —el aumento fue en promedio del 29 %—. Además, las selecciones semifinalistas —EE.UU., Inglaterra, Holanda y Suecia— fueron las que un mayor rendimiento físico mostraron en el torneo.

La velocidad en el fútbol femenino es determinante. Lo será también es este campeonato. Y en este sentido, España no es la alumna aventajada. En el pasado mundial, de las 16 selecciones que alcanzaron los octavos de final, España fue la cuarta selección que menos metros recorrió por partido a más de 23 km/h. Tal vez en eso residía la idea de Jorge Vilda a la hora de convocar a Salma Paralluelo, que compagina en la actualidad el atletismo —con varios récords de España sub-18—, pero que finalmente se perderá el campeonato por lesión, dejando el hueco a nuestra Tere Abelleira.

Juego posicional vs juego directo

La mayoría de los goles en el fútbol femenino de alto nivel se producen a partir de recuperaciones de balón en posiciones adelantas del terreno de juego. Selecciones como Suecia dominan esto a la perfección. Por eso ocuparon el tercer puesto en la pasado mundial y se encuentran a día de hoy segundas en el Ránking FIFA. Francia será otra selección que pueda apostar por ello.

Por otro lado, Alemania, ganadora en ocho de las 12 eurocopas disputadas, España o Holanda serán las encargadas de pausar el juego y elaborar un ataque combinativo que desajuste las defensas rivales.