¿Es la estimulación transcraneal una técnica para mejorar el rendimiento deportivo?

DEPORTES

CESAR QUIAN

La técnica comenzó aplicándose a pacientes con patologías cerebrales pero varios estudios apuntan que puede mejorar la concentración y la atención

09 oct 2022 . Actualizado a las 09:58 h.

Mejorar el rendimiento al máximo es el objetivo de todo deportista. Conseguirlo requiere sacrificio y horas de dedicación. Algunos de ellos recurren a todo tipo de ayuda externa que les permita conseguir su meta bien sea con alimentación o con elementos externos. La estimulación magnética transcraneal es uno de esos métodos. Una técnica que comenzó a finales del siglo pasado y que se creó inicialmente para estudiar el funcionamiento del cerebro. Poco a poco, varias investigaciones demostraron que dicha técnica no solo era efectiva para avanzar en el conocimiento sino que también servía para tratar patologías en el cerebro como la depresión, el dolor crónico o cómo se crea la memoria en el cerebro. A partir de ahí, se siguió progresando en las áreas en las que podría ser efectiva hasta llegar al mundo del deporte. Javier Cudeiro, catedrático de Fisiología en la Universidade da Coruña y director del Centro de Estimulación Cerebral de Galicia, explica cómo y qué funcionalidades pueden tener y el difícil limbo entre ayuda y dopaje.

¿Qué es la estimulación magnética transcraneal?

Es una técnica de estimulación cerebral no invasiva que puede inducir cambios en la corteza cerebral por medio de dos electrodos. El objetivo principal, según indica Javier Cudeiro, es reducir la fatiga. «Se estimula el cerebro para que siga enviando señales de esfuerzo al resto del cuerpo a pesar del cansancio o para que responda más rápido a los estímulos de la competición», indica el doctor. En los casos que tratan patologías, se emplea la estimulación por corriente directa. «Son unas diademas que se ponen en la cabeza y su función es estimular la corteza prefrontal que tiene que ver con la concentración y la atención», indica Cudeiro. Los primeros en utilizarlo fueron los gamers para mejorar sus habilidades cognitivas en el juego.

¿Cuándo comenzó a emplearse en el deporte?

En los Juegos Olímpicos de Río 2016 varios atletas utilizaron este tipo de técnica regularmente durante los entrenamientos con un dispositivo diseñado por la empresa estadounidense Halo Sports formado por una diadema y que en la actualidad ha dejado de vender sin justificar un motivo concreto. Mike Rodgers, del equipo de atletismo de Estados Unidos, Hafsatu Kamara, corredor de 100 metros, o la atleta Samantha Achterbert fueron algunos de los deportistas en utilizarlo. En estos casos se utiliza la estimulación por corriente directa. «Sus resultados no fueron grandiosos. Ellos diseñaron una diadema que se podía poner en diferentes zonas de la cabeza y que estimulaba una zona u otra en función de la tarea a desempeñar», indica Cudeiro. Aún así asegura que «estas técnicas pueden cambiar el funcionamiento del cerebro y se puede sacar ventaja de ese cambio desde el punto de vista cognitivo y del deporte».

¿Cuánto tiempo dura el efecto?

«No hay pautas. Según los diferentes estudios, lo más efectivo es emplearlo durante los entrenamientos. Se planifica su uso durante el tiempo de preparación para una competición. Cada vez que va a entrenarse se somete primero a la estimulación durante 20 minutos y luego realiza la actividad. Así durante meses. No existen publicaciones en relación a la duración del efecto, pero es previsible que, dado que se requiere un cambio plástico del cerebro, este pueda durar un tiempo», señala Javier Cudeiro.

¿Debería ser considerado dopaje?

Los laboratorios acreditados por la Agencia Mundial Antidopaje tienen que luchar contra nuevas artimañas cada día. «Se sabe que en determinadas disciplinas olímpicas como el disparo de precisión, que requiere una gran concentración y pausa, hay datos que mejoran y demuestran que esta técnica influye en el resultado», avala el doctor. «Sí que parece que hay un cambio. Otra cosa es de cuánto es su impacto real. Si debe entrar a valorarlo el comité antidopaje es complicado porque es difícil encontrar un marcador que indique que una persona ha empleado esta técnica. La propia actividad deportiva ya provoca cambios en el cerebro y por tanto, es muy complicado detectarlo», explica Javier Cudeiro.

CESAR QUIAN

Doscientas personas, dos meses entrenándose y la estimulación como objeto de estudio

El cerebro es el órgano en el que más queda por descubrir. Sin evidencias científicas hasta el momento que determinen su funcionamiento, el laboratorio de la facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de A Coruña es pionero en la investigación sobre la efectividad de la estimulación eléctrica transcraneal en la mejora del rendimiento deportivo. A la cabeza del nuevo proyecto se encuentra Virginia Alonso, profesora e investigadora del departamento de Educación Física y Deportiva. Tras más de 10 años dedicados a esta funcionalidad, su equipo, integrado por ocho personas, ha comenzado a realizar una nueva investigación con este tipo de técnica. «No vamos a estudiar el rendimiento en un deporte en concreto, sino que mediremos la función motora, es decir, la capacidad de generar el esfuerzo que exige repetir una actividad», explica.

Con una muestra de cien personas jóvenes y otras tantas ancianas, estas serán sometidas durante cuatro veces por semana y a lo largo de dos meses a entrenamientos de fuerza. Cada uno de ellos portará un gorro con electrodos que será el que proporcione la estimulación. Unos la recibirán en el área dorsolateral prefrontal, que se encarga de la atención y de la planificación del movimiento, porque barajan que «no conviene tanto mejorar aspectos motores como la atención y la planificación de la tarea», indica David Colomer Poveda, investigador del proyecto. Otros en el área motora y otros lo llevarán sin estimulación para valorar el efecto placebo. «La fuerza y la resistencia son factores que esta técnica puede modular. Hay estudios que demuestran que de esta manera se podrían repetir esfuerzos más veces al intervenir sobre la fatiga», explican.

Los estudios realizados hasta el momento fueron elaborados sobre muestras muy pequeñas y en un espacio muy corto de tiempo. Es por ello que tildan este de «ambicioso». «El objetivo, más que demostrar que la estimulación tiene algún efecto es buscar su funcionalidad», explica Virginia Alonso. «A veces se piensa en el deporte como competición, pero una de sus funciones más importantes es mejorar la calidad de vida», explica, y añade que «trabajamos mucho con pacientes con Párkinson, o con ancianos, con personas a las que el ejercicio les pueda dar un beneficio más allá de la propia medicina».