Borja Iglesias: «A mí me gusta la responsabilidad, si no la vida sería muy aburrida»

DEPORTES

Manuel Lorenzo | EFE

Tras marcar 16 penaltis seguidos, el tercer mejor registro de la historia del fútbol español, el gallego rompió su racha de eficacia frente a Edgar Badía

01 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«En el momento de lanzar intento relajarme y pensar en el golpeo». Hasta el pasado viernes, cuando Edgar Badía, meta del Elche, detuvo el segundo penalti que le tiró, Borja Iglesias Quintás (Santiago, 1993) había sido una máquina de matar desde los once metros. «Siempre me han dejado tirarlos desde pequeñito, no llevo la cuenta de los que llevo, ni siquiera desde que soy profesional», reconoce. Desde que llegó a Primera División, golpeó desde el punto de la máxima pena 17 veces. Tres con el Espanyol y 14 como bético. Las dos últimas en el Martínez Valero, donde se presentó con pleno de aciertos.

En la primer golpeo, buscó raso su derecha. Gol. En el segundo optó por su izquierda, pero el meta, que se lanzó al mismo lado que en el penalti anterior, sacó la mano para desviar la trayectoria. «Quise golpear fuerte, pero me quedó un poco centrado. Si alguien tenía que romperme la racha, me alegro que haya sido Edgar, porque es uno de los porteros que mejor los trabaja y de hecho para bastantes. Lo primero que hice fue felicitarlo», admite el delantero gallego del Betis.

«Los entreno cada semana»

«Los entreno mucho cada semana». Borja se queda con los tres guardametas del Betis —Claudio Bravo, Rui Silva y Dani Martín— para afinar su puesta a punto. «Me gusta tirarles a los tres porque son distintos. Pruebo a lanzárselos a distintas zonas para tener varias opciones bien preparadas y luego decidir». En Getafe había dado el triunfo al Betis, de penalti, igualando a Manolo Alfaro, que en la década de los 90 había establecido en 15 el registro como bético con más penaltis consecutivos marcados sin fallar. El Panda lo superó y solo Germán, con 19, y Cristian Stuani, con 17, mejoran su marca en Primera. El delantero del Girona quebró precisamente su racha el pasado mes de octubre ante el Almería. 

«Yo no estudio a los porteros. Si sé que es muy impulsivo, intento aguantar un poco más antes de pegarle, pero prefiero no depender de cómo son ellos y centrarme en mejorar el golpeo», cuenta Borja, que no olvida la única mala racha que atravesó como lanzador.

«Con el Zaragoza fallé tres seguidos en un mes (entre enero y febrero del 2018), los tres que he fallado como profesional en toda mi carrera. Todos en la Romareda y los tres en la misma portería. El Lugo me había parado el último. El portero era Juan Carlos, que ahora está en el Girona. Este año le lancé otro y llegó a tocarlo», recuerda. Preguntado por si sintió vértigo entonces, insiste en que no dejó de lanzarlos. «Aún así, después de fallarlos, tiré dos en el mismo partido, jugándonos la clasificación para el play off, y en esa misma portería. La vida es error-acierto. Hay que relativizar las cosas», dice.

El pasado viernes, al Betis le señalaron un tercer penalti a favor en el último minuto del tiempo añadido contra el Elche. Tras haber errado el suyo, Borja Iglesias le cedió el balón a Willian José, que anotó. El Panda solo hizo un receso. «Espero que tanto mis compañeros como el míster sigan confiando en mí para seguir lanzándolos», admite entre risas. Al Panda no le asusta la presión, ni le atrae la comodidad del que no falla porque no lanza. «A mí lo que me gusta es la responsabilidad, si no la vida sería muy aburrida», mantiene.