Adrián Ben, más fuerte con cada palo

DEPORTES

PEPA LOSADA

Dolido con su cuarto puesto en el nacional «indoor», el viveirense completó en Estambul un camino lleno de altibajos hacia la cumbre del 800 europeo

19 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Recién coronado como el nuevo rey europeo de los 800 metros, Adrián Ben Montenegro (Viveiro, 1998) recordó los 200 kilómetros casi diarios que hicieron sus padres durante años para que comenzase a catar la pista en Lugo. Así se inició un camino a la gloria lleno de altibajos, sometido a tempestades como las que enfrenta durante sus entrenamientos en el paseo marítimo de Covas cada vez que regresa a casa para empaparse del cariño de una familia y amistades claves en su crecimiento personal y deportivo.

Su hambre de éxito le ayuda a sobrellevar la morriña en Madrid, donde trabaja bajo la disciplina de Arturo Martín. «Solo nosotros y su grupo de entrenamiento sabemos lo que padece, las dudas del día a día», repasa su padre, Antonio, sobre una entrega que duele cuando los resultados no acompañan y se saborea efímeramente tras alcanzar el oro en el Campeonato de Europa bajo techo de Estambul por apenas tres milésimas.

Ben llegó a Turquía casi por casualidad y decidido a reivindicarse. La renuncia de Mariano García le abrió las puertas de la selección tras ser cuarto en el Campeonato de España. «Tenía mínima, pero, si no renuncia Mariano, su convocatoria iba a depender del criterio de José Peiró, así que lo normal sería llevar a Saúl Ordóñez y Javier Mirón, que también tenían mínima y le ganaron en Madrid. Ya le dije que, después de conseguir el oro tendrá que pagarle unas cervezas a Mariano, o al menos gasolina para la moto», bromea Antonio Ben.

Esa circunstancia dio al viveirense un aliciente más para ofrecer su mejor versión y saldar la cuenta pendiente que tenía con el podio de los grandes campeonatos internacionales: «Le sentó muy mal no conseguir una medalla en el nacional. Él iba allí a ganar, pero es consciente de que hizo una muy mala carrera, que la planteó mal. Y aún así rebajó su plusmarca porque corrieron muchísimo».

«Parecía covid persistente»

«Es mi sueño. Todos mis compañeros en el 800 —Mariano García, Álvaro de Arriba, Saúl Ordóñez...— habían conseguido ya alguna medalla internacional y yo también quería la mía», repasó el atleta de Adidas, que fue quinto en los Juegos de Tokio y sexto en el Mundial de Doha 2019, pero sufrió dos tropiezos en las grandes citas del 2022. «Llegó tarde a la pista cubierta porque pilló covid y en el Mundial de Oregón seguía sin llegar al nivel. Llegamos a pensar que tenía covid persistente e incluso se sometió a las pruebas de esfuerzo», en el Europeo al aire libre de Múnich tampoco pudo avanzar más allá de las semifinales.

Su medallero internacional hasta ahora se reducía al bronce en 1.500 que conquistó en el Europeo sub-20 de Grosseto 2017. «Era una medalla meritoria, pero menor dentro de este nivel y tenía ganas de conseguir alguna en la categoría sénior», destaca Antonio sobre una hazaña previa al paso triunfal de su primogénito a los 800 metros.

También en los 1.500 del certamen continental sub-23 de Gavle 2019, Adrián sufrió una de las mayores decepciones de su carrera deportiva. «Iba a por el oro y se quedó fuera en semifinales», recuerda. Pocos días después lo animaron a probarse en un 800 y consiguió la mínima que lo catapultó al Mundial de Doha, donde consiguió la sexta plaza, hasta el momento la mejor posición española de la historia outdoor.

11 meses lejos del tartán

La pandemia y una fractura por estrés en el fémur lo mantuvieron once meses sin competir sobre el tartán poco antes de jugarse la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio. «He aprendido a ser paciente», recalcó un viveirense que acusó el impacto de los primeros entrenamientos tras el confinamiento, pero supo ponerse a tono para ofrecer su mejor versión al aire libre en el 2021. En Getafe venció a los nervios, se proclamó campeón de España y poco después estaba en unos Juegos donde consiguió un histórico quinto puesto.

«El quinto en los Juegos y sexto en el Mundial están muy bien, pero Adrián quería por fin una chapa», desvela un padre testigo del enorme progreso de un Adrián que ha mostrado una forma espectacular en este 2023. «Consiguió la plata en el relevo mixto del Campeonato de Europa de cros y fue mejorando todas sus marcas en la pista. Solo se le había atragantado el nacional», desvela sobre un talento que, aunque abandonó los obstáculos, donde llegó su primer gran éxito internacional —fue sexto en 2.000 obstáculos en el Mundial cadete de Cali 2015—, no ha dejado de vencer dificultades para llegar a la cumbre europea desde que Luis Ramallal, Pedro Esmorís y Felipe Martínez le introdujeron el gusanillo del atletismo y Mariano Castiñeira lo moldeó antes del gran salto a Madrid.

«Perdió muchas veces con Miguel y Tariku, y eso lo forjó», explica su exentrenador

Rara vez durante su niñez Adrián Ben disfrutó en Galicia el dominio que a sus 24 años ha alcanzado en Europa. El viveirense creció junto a dos atletas, Miguel González Carballada y Tariku Novales, que apuntaban a llegar tanto o más lejos que él. «Perdió muchas veces contra ellos y eso fue forjando su carácter competitivo. Había más expectativas depositadas en Miguel y Tariku, pero para llegar a este nivel hay muchísimos condicionantes y Adrián siempre fue muy equilibrado gracias a su entorno familiar y a Mariano Castiñeira, que siempre le recordaba que aún era un pelele. Fue dando los pasos precisos», explica uno de sus primeros entrenadores en la AD San Roque y ahora buen amigo del campeón continental, Pedro Esmorís.

«En Galicia se peca mucho de encumbrar a deportistas en edades tempranas, pero cuando hay que valorarlos de verdad es cuando ya son maduros. Adrián se quedó fuera de la final de 1.500 de un Europeo sub-23 cuando iba como claro favorito y eso lo hizo probar en el 800», repasa sobre el salto del hijo predilecto de Viveiro a su «inesperada» distancia fetiche. «Hay condicionantes muy pequeños en las carreras que lo determinan todo. En el nacional fue cuarto, estaba muy encabronado, pero simplemente no fue su momento. Solo dos semanas después, fue campeón de Europa», destaca Esmorís.

«Se autoexige mucho. En caliente es muy autocrítico, pero cuando lo piensa fríamente junto a su entrenador, Arturo Martín, es capaz de sacar las cosas que le ayudan a mejorar de cada competición y situación», detalla sobre Adrián Ben.