Marina Lizarazu: «Lugo me enamoró desde el primer momento»

MILLÁN GÓMEZ

DEPORTES

El Ensino, con la permanencia encarrilada y soñando con el «play off», se enfrenta este domingo a un Jairis  donde juega su directora de juego durante la temporada pasada

25 mar 2023 . Actualizado a las 17:39 h.

Marina Lizarazu Herrera (Madrid, 1995), ex base del primer Ensino que jugó competición europea (2021-2022), es rival en esta jornada de un Ensino con la permanencia garantizada y a una victoria del play off (12.00 horas).  Marina recuerda su paso por Lugo, analiza al actual equipo lucense y reflexiona sobre cuestiones que van más allá del baloncesto. Una luchadora, una ganadora que dejó huella en el Pazo. 

 —¿Cómo llega Jairis a este partido? Tienen la salvación ya muy cerquita.

 —Llegamos con muchas ganas. También muy concentradas en hacer nuestro trabajo y poder conseguir la victoria para estar más cerca de certificar la permanencia matemáticamente, como ya ha hecho el Ensino. Es un objetivo principal para nosotras.

 —¿En qué momento se encuentra a nivel individual?

 —Bien. Yo me encuentro bien, con ganas de seguir ayudando al equipo en lo que pueda, de que el equipo siga consiguiendo pequeños éxitos y certificar la permanencia sería uno de ellos.

 —¿Cuáles cree que pueden ser las claves del partido?

 —Va a ser un partido duro. En esta liga todos los partidos lo son. Se está viendo que la competición está muy igualada. Pasará por estar concentrada en las cuestiones que hemos estado preparando durante la semana. Sabemos que Ensino es un equipo duro, con mucho carácter, que se agarra muy bien a los partidos en cualquier circunstancia. Y creo que nosotras tenemos que subir y marcar el ritmo del partido desde el principio y tener una intensidad elevada para que todo vaya a nuestro favor.

 —¿Qué opina del actual Ensino?

—Es un equipo joven y con mucha ilusión. Tiene mucho carácter y mucha garra. Tiene muchas ganas de luchar. Tiene desparpajo. Es un equipo difícil de atacar con esas defensas alternativas, la zona, etcétera. Es un equipo bastante completo y será duro. 

 —¿Cómo recuerda su etapa de Ensino? Jugó los 30 partidos de Liga y los 8 de Eurocup. 

—Con mucho cariño, la verdad, e incluso de nostalgia. Para mí, fueron ocho meses, que es lo que dura la temporada, muy bonitos, muy intensos. Estoy enamorada de la ciudad. Estoy muy agradecida al club porque me hizo sentir como en casa. Es un partido especial siempre que me vuelvo a encontrar con ellas. 

 —Es una jugadora muy completa, capaz de aportar puntos, rebotes, asistencias y recuperaciones. ¿Cree que el baloncesto evoluciona por ese camino?

 —Cada vez se busca más la polivalencia, la capacidad de adaptarse a diferentes situaciones en un mismo equipo. Cuanto mayor sea tu rango de aportación, más crecimiento tendrá el equipo.

 —Se mantienen dos jugadoras de su etapa: Laura Aliaga y Alba Prieto, con las que mantiene muy buena relación. ¿Qué destacaría de cada una de ellas a nivel personal y profesional?

 —Las dos son excelentes jugadoras. Alba es muy polivalente, con muchos recursos en ataque. Es una jugadora en pleno crecimiento y dará mucho que hablar en el futuro. De hecho, ya lo está haciendo. Laura es ya una jugadora consolidada en la liga, con mucha experiencia, mucho carácter y muy inteligente para encontrar sus tiros y para sacar todas sus ventajas. A nivel personal, les tengo mucho cariño a las dos. Pasamos un año muy bonito dentro y fuera de la pista. Nos unió mucho a todas las que estuvimos. Tengo ganas de verlas y ponernos un poco al día. 

 —Coincidió en su etapa en Valencia Basket con Lorena Segura. ¿Qué recuerda de ella y cómo analiza su evolución?

 —Como dices, coincidí con ella. Era una jugadora joven. Entiendo que ha tenido más minutos en Lugo para desarrollarse como jugadora. Es una especialista en el tiro, es tiradora. Es muy buena jugadora.

 —Se graduó en Psicología en Estados Unidos. ¿Cómo ve la situación actual de la salud mental en el deporte? Se están dando pasos recientemente, pero no es suficiente.

 —Sí, se están dando pasos. Ahora se escucha hablar de salud mental en los deportistas. Es un tema primordial y clave a la hora de rendir en cualquier deporte. Hay que cuidarla, poner medios para que los deportistas tengamos esas herramientas para poder gestionar todo lo que nos va ocurriendo durante una temporada. Competir son meses muy tensos, de mucho sacrificio.

 —¿En qué medida estudiar esta carrera le ha influido en su proceso como jugadora profesional?

 —Me dio ese plus de perspectiva, de saber relativizar cada momento para mantenerte estable dentro de la incertidumbre que supone dedicarte al deporte en todos los aspectos. Me ha enseñado a gestionar los factores que no están tan bajo tu control, que son muchos, tanto en la vida como en el deporte. Que no te sobrepasen, que no te agobien y seguir trabajando teniendo tus hábitos de trabajo.

 —Antes lo explicó indirectamente a la perfección. Las temporadas son ocho meses. Después, son cuatro meses sin trabajar y sin contrato. ¿Cómo analiza la situación actual del baloncesto femenino?

 —Es algo también a tratar de manera inmediata y casi te diría que primordial. Que se profesionalice una liga que ya de por sí debería ser profesional. La profesionalidad tiene que venir por todos los lados. Desde luego, a mí las condiciones no me parecen profesionales cuando te dedicas ocho meses en cuerpo y alma a este deporte y después tienes que estar cuatro meses reinvirtiendo parte de lo que has ganado en no quedarte desactiva y seguir manteniendo un nivel para poder llegar a la siguiente temporada. Influye también en nuestra salud física el hecho de estar cuatro meses parada, aunque tú intentes mantenerte. Y en la salud mental, obviamente, el desgaste de buscarte tú tus propios medios y gestionar tú misma tus descansos y ese tiempo que dedicas a algo que ya no está pagado.

 —Fue la máxima anotadora de una final de Mundial sub-17 contra Estados Unidos con 19 puntos. Además, ganó tres oros europeos y una plata en categorías de formación. ¿Cómo recuerda todos aquellos éxitos?

—Con mucho cariño. Los años de selección fueron años muy bonitos en los que formas parte de una familia que te toca a nivel generacional cuando juegas con las mejores jugadoras de tu generación. Te llevas amigas para toda la vida, con algunas que están en Liga Femenina y otras que decidieron cambiar de camino. Sigo manteniendo relación y poniéndonos al día de la vida. La selección me hizo crecer mucho como jugadora y con experiencias que han marcado mi vida deportiva y personal. 

 —Dejó muy buen recuerdo en Ensino, afición y entorno. ¿Abre la puerta a una posible vuelta a Ensino a medio plazo?

 —Sí, claro. Lugo es un sitio que me enamoró desde el primer momento. El club, desde luego, me trató muy bien. Yo quedé encantada. Si nuestros caminos se volviesen a cruzar, yo encantada.