El análisis de Manuel Piñero: Jon Rahm tiene detalles que evocan a Nicklaus

Manuel Piñero

DEPORTES

BRIAN SNYDER | REUTERS

La fiabilidad del español recuerda a la del ganador de 18 grandes, salvando las distancias que los separan

10 abr 2023 . Actualizado a las 22:26 h.

Rahm ganó el Másters con su sello: regular, seguro de sí mismo, sólido. El domingo muy pronto se puso líder y no dio opciones al resto. Su planteamiento fue impecable y no cometió fallos ante un Koepka que pareció falto de la competitividad que da disputar los principales títulos casi todas las semanas. Lo había hecho entre los años 2017 y 2019, pero no en la época más reciente.

Rahm ya no sorprende a nadie. Salvando las distancias, su solidez me recuerda a la que mostraba Jack Nicklaus, que era una maza en el campo. No cometía fallos técnicos, mantenía siempre el ritmo y jugaba los 18 hoyos día tras día sin errores mentales. Todo eso lo tiene Jon, que maduró dejando atrás los enfados del principio de su carrera. Faldo, que ganó seis majors, también era un competidor que parecía salir al campo con el piloto automático, sin fallos de consideración.

Tiene Jon el carácter de Seve, siendo jugadores completamente diferentes, salvo en la agresividad de ambos.

Hace tiempo que Rahm canalizó la rabia. Ya no exterioriza tanto sus enfados en el campo porque ha madurado. No es malo ser exigente y enfadarse de verdad cuando las cosas no van bien, siempre que uno no pierda los papeles.

Y sabe aplicar la estrategia valiente o conservadora en cada momento, como hizo con prudencia en el hoyo 15 del domingo, sin jugar un segundo tiro a green. Jamás hay que asumir riesgos innecesarios. Son detalles que da el tiempo, como también tenía Nicklaus. Otro paralelismo.

Creo que Rahm completará los cuatro grandes, y no tardará en hacerlo. No me extrañaría que en su mente, aunque no lo diga y haga bien en no hacerlo, estén los récords de las mayores leyendas, los 15 majors de Tiger y los 18 de Nicklaus. Aunque solo lleva dos y debe tener la máxima prudencia.

Desde luego, gracias a su variedad de recursos está capacitado para ganar cualquier torneo que dispute. Es un jugador muy completo y sólo es una anécdota que no haya logrado todavía el Campeonato de la PGA y el Open Británico.

Porque lo tiene todo. Si en el golf marcan mucho el drive y el putt, él los tiene. Le pega muy fuerte desde el tee, y juega casi siempre de izquierda a derecha, con efecto de fade, pero en momentos clave también se muestra seguro con el efecto contrario de draw. Para la enorme velocidad de palo que despliega, de 190 kilómetros por hora, juega con mucha seguridad con el driver.

Rahm también tiene el juego corto, algo en lo que Nicklaus no era diferencial, por apuntar un rasgo que no los une.