E l Santiago Bernabéu volvió a acoger una de esas citas que no suelen defraudar. Solo el desamparado fondo sin su característica marea blanca enfriaba una noche esperada por todos, porque si algo tiene el Real Madrid es que genera un sentimiento de admiración o animadversión, pero nunca indiferencia.
Sus partidos de Champions en concreto son nuestros preferidos, siempre plagados de polémica, con un fútbol dinámico y vistoso, quedando de lado ese fútbol estático con posesiones largas sin intención de generar, del que tanto nos estamos acostumbrando en la Liga y por ello cada día pierde más valor.
Ya no es noticia que Modric y Kroos se empeñen en demostrarnos que son la mejor pareja de mediocampistas de la historia, por mucho que nos duela, y respetando todas las opiniones, lo que hicieron Xavi e Iniesta fue maravilloso, pero lo de estos dos se queda sin adjetivos, no cesa su sed de triunfo y ambición de ganar más y más títulos.
No es noticia que Benzema acuda a la cita con el gol en las noches más importantes. Sin estar al cien por cien es capaz de generar y concluir los que otros generan. Por ejemplo, lo que fabrica Vinicus JR, también empeñado en demostrar que es imparable ante los mejores laterales del mundo. Vertical con balón y atacando el espacio constantemente sin él, un lujo de futbolista para Ancelotti y para el espectador.
Tampoco es noticia João Félix; empeñado en seguir un guion de película dirigida por Woody Allen: jugador con mucho talento, culpa entrenador exigente de su bajo rendimiento, pone rumbo a otros proyectos que no llegan a cuajar y cuando ya se acaban las oportunidades decide cambiar de chip, aquí es cuando realmente alcanzan su mejor nivel y sus objetivos. Cuantísimos futbolistas han protagonizado esta película.
Por último, cambiando de tema, si algo bueno nos ha dejado el fútbol con cinco cambios es la especialización de muchos futbolistas para rendir en las segundas partes. El Real Madrid tiene a dos de los mejores del mundo en este aspecto, Rodrygo y Asensio. Son diferentes pero cada vez que salen desde el banquillo aportan y mucho, esta vez lo hizo el mallorquín, que deja con su gol una eliminatoria muy decantada, sobre todo si el Real Madrid no pierde su identidad en Stamford Bridge.
Disfrutamos mucho, pero sigo echando de menos escuchar el himno a las 20.45 horas.