Dos técnicos vigilan a más de cien vehículos en cada prueba del campeonato gallego para evitar irregularidades tras las verificaciones
21 abr 2023 . Actualizado a las 15:37 h.Una carrera del campeonato gallego de ralis empieza mucho antes de la salida del primer tramo. Los pilotos deben llegar a la gran cita con su coche en condiciones óptimas y, sobre todo, acordes a los parámetros exigidos por la Federación Galega de Automovilismo.
«Los mismos pilotos y equipos nos pidieron que se controlen más a los coches, y nosotros estamos a su servicio», remarca José Antonio Martínez, jefe de técnicos de la Federación, que apunta dos cambios en esta temporada: más controles y más exhaustivos.
Las inspecciones entre tramos son ya una realidad, y tienen como objetivo descubrir qué pilotos incorporaron modificaciones prohibidas en el reglamento. «En A Coruña ya tuvimos dudas y en Noia las quisimos atajar. Nos llevamos varias centralitas, y ya se están comprobando en un centro autorizado. Si algo no está conforme, los pilotos afectados serán sancionados», asegura Martínez. Los cambios en la electrónica del motor son difíciles de detectar, pero también muy comunes. Tienen como finalidad aumentar la potencia y, por tanto, la velocidad del vehículo.
Un piloto puede pasar por un control sorpresa de forma puramente aleatoria, o por suspicacias de los técnicos. Dos de ellos analizan con atención el rendimiento de los coches en cada tramo. Ante cualquier sospecha, actúan de inmediato. «Procuramos que sea lo más rápido posible para no entorpecer la carrera. Miramos mucho centralitas, las bridas de los turbos y el peso de los vehículos con básculas», enumera el jefe de los técnicos.
La asistencia externa entre tramos es otra práctica ilegal que la Federación quiere eliminar, aunque reconocen que no es sencillo vigilar a más de un centenar de vehículos. Entre sectores, solo el piloto y su copiloto pueden arreglar incidencias en el vehículo. «La sanción en este caso es la exclusión de la prueba. Era bastante común. Este año no hemos pillado a nadie», asegura.
Daniel Álvarez fue el ganador de la copa Volante AMF en Noia. El piloto de Caldas de Reis pasó por un control sorpresa tras los primeras especiales de la mañana, y uno más al terminar la prueba. «A mí siempre me controlan mucho, mi coche está en boca de todos porque hace buenos tiempos», remarca el corredor.
Un clásico de los controles
«Se dice que mi vehículo está montado con un sistema de inyección, cuando en realidad es de carburación. Me hicieron verificaciones para comprobar que todo está correcto», recuerda. El ganador del AMF en Noia aseguró que los técnicos introdujeron una cámara diminuta por la admisión de su Peugeot 205 Rali para comprobar que utilizaba unas prestaciones acordes a la ficha de homologación, el pasaporte de los vehículos, y las condiciones de la copa en la que participa.
Muchos pilotos fueron cazados en las verificaciones. Las consecuencias fueron, en la mayoría de los casos, advertencias. «Además de técnico soy piloto, y también sé ponerme en su piel», asegura Martínez, que establecerá sanciones a los reincidentes. Las amonestaciones van desde multas económicas a la exclusión del infractor.
Los entrenamientos ilegales son también recurrentes. «Es una costumbre aquí en Galicia. Molestan mucho a los vecinos, y no queremos que los ralis peligren», asegura el jefe de los técnicos, que apercibió de sanción a 20 pilotos que entrenaron fuera del plazo. Este año se incorporó un horario más amplio y un seguimiento por GPS.