Cristóbal Parralo: «Sueño con ver al Racing en Primera»

DEPORTES

Paulo Alonso / José Valencia

El técnico que lidera el renacer del racinguismo pide prudencia, fija como primer reto el «play off» y firmaría ya cinco victorias y un empate porque calcula que valdrían el ascenso directo a Segunda

26 abr 2023 . Actualizado a las 23:47 h.

Desde que el Racing abandonó la Segunda División en el 2008, Ferrol no se volcaba tanto con su equipo como en las últimas semanas. El último ejemplo, colgar el cartel de no hay billetes contra el Deportivo. El entrenador que lidera el renacer del cuadro verde, Cristóbal Parralo (Priego de Córdoba, 1967) no evita la ambición, pero pide dar pasos en firme hacia el ascenso. El equipo es cuarto, a cuatro puntos del Alcorcón, pero con un partido más pendiente, suspendido a los 10 minutos en Córdoba.

—¿Qué culpa tiene de todo este éxito un entrenador?

—Un entrenador es una pieza más del engranaje que tiene que tener un equipo. El mérito de que el Racing esté peleando por los objetivos que se marca es una cosa de todos. Todos ponemos nuestro granito de arena para que se pueda conseguir.

—Seguro que como jugador vivía más tranquilo.

—Sí, sí. Vivía más tranquilo, pero son etapas. Afortunadamente sigo vinculado con el mundo del fútbol, que es lo que me gusta.

—Es su segunda etapa en Galicia. Con anterioridad entrenaste al Fabril y al Deportivo. Y ha elegido Miño para vivir, entre A Coruña y Ferrol.

—Estoy viviendo muy tranquilo allí. Busqué en Ferrol, pero era difícil alquilar un piso con una mascota. Me surgió una posibilidad en Miño, donde vive Manjarín. Me gustó el piso y me fui. Estoy muy cómodo, a 20 minutos de camino. Voy con Manjarín y un readaptador.

—Pueden ir haciendo la alineación en el coche.

—No solamente. Hablamos muchas cosas del trabajo y de nuestra vida. Las cosas son más meditadas, todo el cuerpo técnico intenta analizar y ver qué situaciones son las más favorables para el equipo.

—Un tándem desde la época del Deportivo. ¿Qué le da Manjarín?

—Yo vengo de trabajar en División de Honor de la Damm. Estaba en una zona de confort y me surgió la posibilidad de entrenar al Fabril. No había un presupuesto para venir con mi equipo de trabajo. Salí de mi zona de confort. A Manjarín lo conocía de la selección española de veteranos, pero no tenía una relación como para saber si veíamos el fútbol de una manera similar. Mantuvimos una reunión. Había feeling para trabajar juntos y, a partir de ahí, el tiempo nos ha dado la razón. Nos complementamos muy bien. Es una persona muy importante para mí.

—¿Cómo se reparten las tareas?

—No solo estamos él y yo. Entre todos intentamos trabajar en equipo, buscando lo mejor. Analizamos con calma qué es lo que hacemos en los entrenamientos, el enfrentamiento de cada rival. Nos reunimos para sacar las conclusiones para sacar adelante los partidos.

—Hay un método Cristóbal con unas normas de comportamiento. Se da la mano antes y después del entrenamiento… ¿Lo sigue manteniendo? 

—Sí, creemos que es la manera de funcionar. Debemos tenernos un respeto y educación. Es la manera de mirarnos a la cara, si hay que hablar entre nosotros lo hacemos. Lo importante de un equipo es el grupo, que todos se comprometan.

—¿A los chicos de ahora les llama la atención?

—Tenemos unas normas y en ellas entran todo esto. Y, si no, tenemos a un director deportivo que se encarga de recordarlo continuamente. Creo que cuando las implantas ya es más fácil, todos los que vienen se adhieren a ellas. 

—¿Cuál es el secreto del Racing?

—El secreto es el trabajo y el día a día. Intentamos cuidar los detalles y trabajar muy duro. La categoría es complicada. Hay 15 equipos que podrían pelear por el play off o el ascenso. Es el trabajo y la buena organización del club y, a partir de ahí, sacar el máximo rendimiento.

—¿Quién busca y ficha a los jugadores del Racing?

—Desde la dirección deportiva y el cuerpo técnico intentamos trabajar en equipo y manejar la información para encontrar a esos perfiles que se adaptan a nuestra manera de entender el fútbol. Intentar acertar, que es lo que queremos. Sobre todo nos fijamos primero en la persona, además de tener unas condiciones deportivas. Buscamos a gente que sume, y creo que está siendo así.

—¿Cómo se consigue implicar a todos los jugadores?

—Siendo claro con ellos. Yo también he sido futbolista, e intento comprender lo que sienten en cada momento. No es fácil, porque los que tienen más minutos están más contentos, y los que tienen menos creen que deberían tener más. Es complicado, porque al final como club hay que alcanzar unos objetivos. Para mí sería más cómodo darle minutos a todos, pero hay que intentar llegar al Racing lo más arriba posible y que todos puedan aportar. Todos deben estar preparados.

—Y hay una buena combinación de los veteranos con los jóvenes.

—Hay gente muy sana. Llevamos bastante tiempo y conocemos bien cómo son los jugadores y qué pueden aportar dentro y fuera del campo. Ayudan al compañero, les hacen sentir cómodos. Se sienten integrados en el vestuario.

—A la gente le gusta soñar y, por matemáticas, el ascenso directo es posible.

—Yo soy el primero al que le encantaría conseguir esos objetivos tan ambiciosos. Pero hay que ir paso a paso, conseguir clasificarse para el play off, que todavía no lo estamos matemáticamente, y, una vez que se alcance esa clasificación, veremos.

—¿Ve algún favorito?

—A estas alturas son los que están arriba. El Alcorcón, el Castilla, el Dépor… Son los más favoritos. Llegando a estas alturas con tan pocos partidos por delante tenemos nuestras opciones y veremos de qué somos capaces.

—Carlos Vicente o Héber Pena han dado mucho nivel. ¿Teme que se los lleven?

—Estamos pendientes del día a día, no sabemos qué va a pasar mañana. Son jugadores nuestros, están comprometidos y nosotros no podemos estar a expensas de lo que pasará mañana. Jugadores, entrenadores… pasamos, pero el club es lo importante. Tenemos que agrandar la historia del Racing lo máximo posible.

—¿Fue usted quien pujó por Carlos Vicente?

—No me quiero colgar medallas. Esto es un trabajo de todos y, obviamente, damos nuestra opinión. Luego está el director deportivo, que también decide y quien ve si entra dentro de los parámetros. Tenemos una idea clara, y eso facilita saber lo que queremos.

—Ha tenido muy mala suerte con las lesiones, pero ha recurrido a futbolistas jóvenes.

—No he sido valiente. Cuando hicimos la plantilla no cogimos a los sub-23 para rellenar, están para competir con el puesto. Intentamos buscar a jugadores que puedan aportar y ayudar. Y los que tenemos nos están dando la razón cada día. Nos hubiera gustado que jugaran por competencia y no por la lesión de un compañero. Casos como el de Pumar, Lucas, Joselu, que lleva más de tres meses sin participar… Son bajas importantes porque es gente con experiencia y que dan aplomo, pero chapó para el resto del equipo que ha sabido sobreponerse a estas bajas y dar la talla.

—Joselu, con una lesión complicada, lo está pasando mal…

—No está acostumbrado a estar fuera. Desde que estoy aquí no se había perdido prácticamente ninguna sesión. Está apoyando desde fuera, pero es un jugador al que echamos de menos. Todos los años acaba como máximo goleador. Tiene el don de darnos puntos con sus tantos. Es una pena no tenerlo. Me gustaría que se recuperara, eso es lo más importante. Sigue con unas molestias en la rodilla, pero claro me encantaría tenerlo a mi disposición.

—¿Es imposible crecer sin una ciudad deportiva?

—Está claro que hay que adaptarse a la situación que tenemos. El club está luchando por crecer, y una de sus piedras angulares es esa ciudad deportiva. Las cosas no son tan fáciles. Tienen que seguir sus pasos. Sabemos que el proyecto es ambicioso y que hay ganas de hacer bien las cosas. Hay que tener calma y esperar. Estaría muy bien tener una ciudad deportiva, aumentaría la calidad del trabajo.

—Quedan pocas jornadas. ¿Cinco victorias y un empate dan para ser campeón?

—No he hecho números, de verdad que no. Pero, ¿dónde hay que firmar eso que comenta? Con eso, difícilmente se podría escapar el quedar arriba. Son unas cifras que cualquier equipo firmaría. Hay enfrentamientos directos y nunca sabes qué va a pasar. Es una liga tan competitiva, y cualquier equipo te puede ganar. Todos los equipos nos vamos a dejar puntos por el camino. Vamos a ver qué equipos son más regulares. Insisto, nuestro primer objetivo es intentar clasificarnos lo antes posible para el play off y, para eso, hay que estar centrado en el partido de este sábado.

—¿Hasta dónde puede llegar Luis Chacón, una de las sensaciones de los jugadores jóvenes?

—No le pongo techo, eso se lo tiene que marcar él. Está progresando y mejorando mucho, aunque todavía le queden cosas. Somos muy exigentes e intentamos que él vaya dando esos pasos. Es un jugador que tiene buenas condiciones, estamos contentos con él.

—¿Le veremos en Primera División?

—Esto no se sabe. Dependerá de lo que él haga. Primero tienes que ser regular en esta categoría y demostrar tu talento, que creo que él tiene. Vamos a ver a dónde llega. Aventurarse es complicado.

—¿Cuáles son los por qués de enganchar tanto a la gente?

—Un poco todo… Creo que primero el ver un proyecto serio en el que se están haciendo bien las cosas. Y, después, que el fútbol que realiza el equipo gusta, ven la implicación de los jugadores. Siempre digo que si ven que se implican, la gente se marcha satisfecha. El equipo está haciendo las cosas bien. Cuando logras quedarte arriba, enganchas más a la gente, que puede soñar. Queremos que sueñen con el Racing.

—El equipo está muy identificado a su estilo, por eso no se notan los cambios cuando hay bajas.

—Lo importante es que la gente que entre sepa lo que hay que hacer en el campo, lo que quiere el entrenador y el cuerpo técnico. Eso dice mucho de lo que es un equipo. Tener las ideas claras, no dar bandazos porque los resultados no son positivos. Mi idea es esa: intentar ser protagonistas, presionar alto, intentar tener el balón, abrir bien el campo cuando tenemos bien el balón, la implicación de todos cuando no lo tenemos… Todos tienen que trabajar y correr, así es el fútbol hoy en día.

—¿A qué entrenadores admira por su forma de trabajar?

—Creo que he aprendido de todos los que he tenido lo que debes y lo que no debes hacer. He tenido grandes entrenadores. Bielsa, Cruyff, Camacho, Irureta, Antic…

—¿Qué le sorprendió de ellos?

—Cruyff. Implantó una manera de jugar al fútbol que yo nunca había visto. Luego cuando vino Bielsa, también. La manera de vivir el fútbol. Imagino que tengo cosas de todos los entrenadores que he tenido, y que me han hecho tener mi propia idea.

—Le gustan los equipos dinámicos, pero no el pelotazo arriba.

—No lo odio. Cuando es necesario también hay que hacerlo. Pero lo lógico es que, cuando trabajas una cosa, lo plasmes en el campo. No puedes entrenar al pelotazo y querer jugar. No es consecuente. Tenemos que jugar como entrenamos. 

«Joselu está lesionado, pero no sé hasta qué punto tenga que retirarse por esto»

 La audiencia de La Voz también quiso ser partícipe de esta entrevista y mando sus preguntas al entrenador del Racing. Estas son una muestra.

—¿Qué pasa con Luca Ferrone? Se dijo que su lesión no era grave…

—Tuvo una lesión y después una recaída y le tuvieron que volver a operar. Es una lesión de rodilla, nunca sabes cómo van a responder. Está cada vez mejor y esperamos que en breve pueda entrenar con el equipo. Otra cosa será si puede llegar a competir.

—¿Hay riesgo de retirada con Joselu?

—Es muy precipitado en estos momentos. Es un jugador que está haciendo todo lo posible por estar bien y vamos a ver cómo evoluciona. Tiene una lesión que en estos momentos no le permite estar con el equipo, pero no sé hasta qué punto tenga que retirarse por esta lesión.

—¿Ve al Racing en Primera División?

—Sueño, igual que la gente. Me encantaría ver al Racing en Primera, significaría que hemos hecho muy bien las cosas y que estamos soñando despiertos. Lo primero creo que es ir paso a paso y llevar al Racing al fútbol profesional, que no es nada fácil.

—¿Por qué nunca juega con los extremos cambiados? Héber regatea y centra como un jugador de Primera. ¿Por qué no intentar que lo haga desde la derecha?

—Nosotros tenemos una idea. Tenemos unos futbolistas y, a partir de ellos, intentamos desarrollarla. Héber juega mucho mejor cuando está abierto, toma mejores decisiones. Carlos también. Son dos jugadores con velocidad y potencia que llegan bien por fuera. Favorecen los espacios por dentro para poder atacar. Sí que juego con algún futbolista a pierna cambiada, pero creo que sacamos más rendimiento a los de este año con su pierna natural.

—¿Cree que al equipo le va bien tener un partido menos para estar con los pies en la tierra o para ir de tapado?

—Al final nada te garantiza que tengamos esos puntos de Córdoba. Va a ser un partido muy duro, no sabemos qué va a pasar. Como no tenemos esos tres puntos, tenemos los pies en el suelo.

—¿Cuál fue la clave para gestionar al grupo durante algunas jornadas entre noviembre y enero donde los resultados fueron peores?

—No desviarnos del camino. Ser conscientes de que un equipo pasa por momentos buenos y no tan buenos. Debíamos fiarnos y no desconfiar de las ideas. Tener las ideas claras, insistiendo, trabajando duro…

—¿Cuál fue su partido más importante como jugador?

—Quizá el partido que más me marcó fue la final de la Copa del Rey en Valencia. Jugaba con el Espanyol y le ganamos al Atlético de Madrid. Hacía muchos años que el equipo no conseguía un título, y fue una alegría para la afición.

—¿Y el más importante como entrenador?

—Creo que está por llegar. Pero recuerdo especialmente cuando debuto en Liga contra Las Palmas con el Deportivo. Da la casualidad de que, como jugador, también había debutado en Primera allí. Gané como jugador y como entrenador. Me llamó la atención ese detalle.

—¿Qué contrato tiene? ¿Seguirá pase lo que pase?

—Tengo otro año más de contrato con el club. Los entrenadores siempre estamos sujetos a los resultados. Todavía no ha acabado la temporada. Las notas, a final de curso. Estoy muy a gusto. No pienso en otra cosa que no sea seguir trabajando para el Racing. 

—¿Piensa en jugar bien o en ganar?

—Las dos cosas. Si juegas bien, estás más cerca de ganar. Si juegas mal y ganas, yo estaría más preocupado.

—Finalizamos las preguntas de la audiencia, pero, ¿qué es jugar bien para usted?

—Es competir, dominar muchos aspectos del juego y cuidar los detalles. Y si puedes hacer un fútbol que guste, mucho mejor. Lo  importante es que el equipo sepa competir.

—¿Cómo vivió el desvanecimiento de Gudelj en el partido frente al Córdoba?

—Había vivido una situación similar en el Espanyol en un partido en el que Óscar García se desmayó. Su hermano estaba en el campo, y también se lo tuvieron que llevar en ambulancia. Pero, en esa ocasión, el partido continuó. Fue una situación dura, como la que vivimos en Córdoba. Cuando ves que no reacciona... Afortunadamente pudo salir adelante. Fueron momentos muy duros para el Córdoba, pero también para nosotros. Lo que hicimos fue ponernos a disposición del equipo, intentar sumar y ayudar en lo que pudimos.

—Le gusta vivir el día a día, el partido a partido. Pero si le dieran a elegir, ¿con qué rival no querría encontrarse en el play off?

—No lo sé, de verdad que no sé ni quiénes están arriba en el otro grupo. Sé que hubo cambio de líder esta semana, que ahora está el Amorebieta. Ahora mismo no estoy pensando en eso, lo digo sinceramente. No es que no quiera dar una opinión o decir un equipo. Lo único que me preocupa ahora es que el sábado tenemos un partido complicado frente al Linense, que nos ganó en el partido de ida. Tenemos que tener cuidado, tiene a buenos jugadores en sus filas y, además, ellos también se están jugando mucho. Debemos tener todos los sentidos puestos en este encuentro.

—En 1988, siendo muy joven, le tocó vivir el motín del Hesperia. Una situación complicada dentro de un vestuario y un club. Le tocó hablar y tener un gran protagonismo en aquella situación. ¿Cómo fue?

—Me tocó vivirlo con 19 años... Era un problema económico, en aquella etapa no estaba bien regulado el tema de los cobros. Se actualizó un poco porque entró Hacienda en esas cantidades que no se decoraban. Estas se hicieron oficiales, y lógicamente había un perjuicio por las cantidades que cobraba cada jugador en negro. Yo prácticamente acababa de subir al primer equipo, pero me tocó estar con mis compañeros y no lo dudé, a pesar de las repercusiones que pudiera tener luego.

—Todo aquello habrá sido un buen aprendizaje para usted, sobre todo en el sentido de que el grupo esté unido.

—Por supuesto que sí. Para mí es el grupo por delante de todo, que es lo importante. Sin el esfuerzo y el compromiso de todos es muy difícil conseguir los objetivos.

—En esta temporada estaban Terry Venables y Luis Aragonés, ¿cómo fue?

—Terry Venables fue el entrenador que me hizo debutar, por lo que le estaré agradecido toda mi vida. Luego, tuve la suerte de tener a Luis Aragonés como entrenador, que también me ayudó muchísimo. Fue mi primera temporada y fue muy dura con todo lo que ocurrió. Sin embargo, también me hizo más fuerte con cosas de este impacto.

—¿Le marcó algo su trato con Luis Aragonés? Desde fuera parece que tienen personalidades muy diferentes.

—El carácter y la personalidad que tenía Luis Aragonés era muy marcada. Yo siempre sentí una admiración especial por él, era una persona que iba de frente, que ayudaba en todo y que estaba por sus jugadores, ya que daba la cara por cada uno de nosotros.

—Jugó 20 partidos en un vestuario con futbolistas de la talla de Schuster, Gary Linecker... Casi nada.

—Pues sí, la verdad es que estar en un club tan grande te permite jugar con grandes futbolistas, y en aquella época yo estaba rodeado de grandes futbolistas y tuve la suerte de subir al primer equipo muy pronto, ya que en esos tiempos se subía mucho más tarde con un filial en Segunda DIvisión. Yo jugué una temporada en ese equipo de Segunda, al siguiente ya subí al primer equipo y tuve la suerte de jugar al lado de estos cracs.

—Cuando habló de su carrera deportiva no nombró la Copa de Europa con el Barcelona, aunque sí citó la liga.

—La Copa de Europa fue un alegría tremenda. Sin embargo, unos meses antes yo había tenido una lesión de menisco por lo que no llegué en las mejores condiciones para jugarla. Jugué un partido y, a partir de ahí, me tuvieron que operar el menisco externo y no pude estar en las mejores condiciones para disputar la Copa de Europa. Lógicamente el recuerdo es muy bueno, ya que era la primera vez que el Barcelona disputaba la Copa de Europa. Yo participé en la Copa del Rey que gané con el Espanyol, y guardo grandes recuerdos.

—¿Cómo fue su marcha?

—Fui yo el que pidió salir, creo que un poco enfadado por no poder jugar la Copa de Europa. Era un fijo en la selección y quería seguir jugando para continuar acudiendo. En un primer momento no quisieron dármela porque contaban contigo. Pero insisto tanto que al final lo consigo. Me fui al Oviedo, donde había estado muy cómodo y muy a gusto.

—En el vestuario del Barcelona, plagado de jugadores de talento, era complicado jugar. Disputó once partidos en ese equipo, del que, por cierto, salieron muy buenos entrenadores.

—La verdad es que había jugadores como Koeman, Guardiola, Eusebio... Se veía que iban a ser entrenadores por la personalidad que tenían, por lo inteligentes que eran dentro del campo.  Eran jugadores que, al menos yo, estaba convencido de que podían llegar a ser buenos entrenadores.

—También vivió una gran temporada en el Espanyol.

—Jugué seis campañas, y luego fui director deportivo dos o tres años. Es el club en el que he permanecido más tiempo y, lógicamente, a nivel sentimental me ha marcado.

—Fue jugador con Camacho y luego entrenó con él.

—Cuando dejé el fútbol, después de mi etapa en el PSG, volví como como ayudante de Luis Fernández y, a partir de ahí, pasé a la dirección deportiva. Cuando la dejé, Camacho estaba de entrenador en el Benfica, y trabajé para él haciendo informes y ayudándole.

«Ronaldinho es un futbolista fuera de lo normal, no he visto otro jugador como él»

El técnico del Racing repasa sus última etapa como jugador y cómo vivió su paso por un PSG plagado de estrellas.

—También trabajó con Bielsa. ¿Está tan loco como dice su apodo?

—Loco en el buen sentido de la palabra, porque no dejaba de pensar en el fútbol ni un minuto. En cualquier momento te podía llamar para preguntarte cualquier cosa que te sorprendía. Era loco por la dedicación y por el trabajo que desplegaba cada día.

—Coincidió con otros entrenadores: Pochettino, Pacheta, Sergio González...

—Pues sí, la verdad que he tenido a muy buenos compañeros que luego han dado el salto a entrenadores y lo están haciendo muy bien.

—Llegó al PSG, donde se encontró otra constelación de estrellas. Entre sus compañeros estaba Ronaldinho... Era una auténtica selección de estrellas.

—Era un equipo que pertenecía a Canal+, pero que tenía a jugadores impresionantes. Arteta, Pochettino, Anelka, Hugo Leal... Tenían a muy buenos jugadores. Yo creo que fue una temporada buena, pero en la que nos faltó acabar bien. El Lyon, con Juninho Pernambucano, se llevó la liga. Fueron dos temporadas en las que jugué muchísimo, prácticamente todo. Disfruté de otro fútbol que me ayudó y me enriqueció muchísimo.

—¿Ronaldinho era un espectáculo en el día a día?

—Sin ninguna duda. Fíjate que he jugado años y no he visto otro jugador como él. Es un futbolista fuera de lo normal. El fútbol en Francia es muy físico, con unas entradas muy duras y él estaba a un nivel superlativo, era capaz de marcharse, hacía lo que quería en el campo era un jugador increíble. He tenido la suerte de jugar con futbolistas muy buenos, aunque Ronaldinho era diferente.

—Luis Fernández también debió de ver algo en usted.

—Justo cuando decidí retirarme me llamaron del Espanyol para que ver si podía ir con él de ayudante. Como yo conocía la casa... Pensaba tomarme un tiempo para ver lo que hacía con mi vida, pero enseguida me vi involucrado. Intenté ayudar a un equipo que no pasada por su mejor momento.

—Irureta y Antic en el Oviedo; Prosinecki de compañero; y en Logroño le entrena David Vidal, que está en las antípodas de Cristóbal Parralo. Al menos en la manera de llevar el grupo o de comunicar.

—Yo le tengo mucho respeto a David Vidal. Yo era muy joven y él era un entrenador que exigía mucho a los jugadores. La verdad es que tenía una idea clara, que es tan respetable como la que podemos tener cualquiera. Le tengo mucho respeto. Cuando fuimos a San Fernando, al final del partido vino a saludar. Le tengo mucho aprecio y mucho cariño. Cada uno tiene su manera de ver el fútbol y de entenderlo.

«El vestuario del Deportivo no era fácil»

Parralo relata su paso por el Deportivo y cómo se cuajó su llegada al Racing de Ferrol.

—Llegó a Galicia para entrenar al filial del Deportivo, donde tuvo una etapa muy buena. Tanto, que después le ascendieron al primer equipo.

—La temporada en el Fabril fue preciosa, había muy buenos futbolistas, jóvenes y con muy buena proyección. Nos costó arrancar, aunque después competimos muy bien. Quedamos campeones de Tercera, y después en el play off de ascenso logramos ascender. Guardo unos recuerdos muy bonitos.

—Este buen trabajo le abrió las puertas del primer equipo del Deportivo en una situación muy delicada, que terminó con una destitución en la mitad de la liga. ¿Qué pasó esa temporada, qué análisis hace de esa experiencia?

—Yo recuerdo que empecé la temporada con el Fabril muy bien, con el equipo en la Segunda B. Creo que hicimos 25 de los 30 puntos posibles. Las cosas en el primer equipo no iban bien, y me llamaron para preguntarme si podía hacerme caso. Intenté hacerlo lo mejor posible, pero, a veces, esas dinámicas cuestan mucho revertirlas. Fue difícil, y en el tiempo que estuvimos no pudimos cambiar esa dinámica y el club buscó a otro entrenador para intentar cambiar la situación.

—Tras el Deportivo pasó por otros equipos, pero en el 2021 recaló en el Racing de Ferrol. ¿Cómo fue su llegada?

—Recibí una llamada, hablé con Carlos Mouriz y me explicó el proyecto del Racing. Me ilusionó volver a Galicia, y yo tenía ganas de regresar. Tenía buenos recuerdos y me gustó mucho el tiempo que viví aquí. Me embarqué, tenía ganas de trabajar y entrenar. Había recibido algunas propuestas de Segunda B, pero esperaba algo de Segunda, porque acababa de entrenar al Racing de Santander y al Alcorcón en Segunda. Mi idea era seguir entrenando en esa categoría, pero vi lo que era el proyecto del Racing, me ilusioné y me fui a Ferrol.

—Estuvo con Tino Fernández en el Deportivo, y se lo encontró de nuevo en Ferrol, en el consejo de administración del Racing. Una situación con un cierto morbo.

—Para nada. Yo me fui de A Coruña teniendo una excelente relación con Tino, no había ningún problema. Él hizo lo que tenía que hacer en ese momento. Yo lo respeté, sé que no fue una decisión fácil para él, ni que los presidentes quieran tomar. Yo siempre he mantenido una buena relación con él, le agradezco la oportunidad que me dio de entrenar en Primera y, a partir de ahí, siempre que nos vemos tenemos un cariño especial. Ahora estoy encantado de estar con él en este proyecto.

—¿De su etapa en el Deportivo le queda alguna espinita clavada o se arrepiente de algo?

—No. Me arrepentiría si no hubiera hecho todo lo que estaba en mi mano por ayudar a intentar sumar, aunque no es el caso. Hice todo lo que pude, me entregué al máximo. A partir de ahí, es un deporte en el que las cosas a veces salen mejor y en otras peor. No nos tocó que saliesen bien, como nosotros habríamos deseado. No me arrepiento de haber aceptado. Todo lo que hice fue pensando que hacía lo mejor. Con el paso del tiempo puedes pensar que podría haber hecho esto o lo otro, pero hay que verse en ese momento y en esas circunstancias para tomar estas decisiones.

—¿Tras trabajar en un vestuario con jugadores jóvenes, repletos de ilusión, era complicado el vestuario que se encontró en el primer equipo?

—No era fácil, no voy a engañar. No era un vestuario fácil, aunque uno no puede elegir cuándo puede entrenar en Primera División o cuándo no. Intenté dar lo mejor de mí mismo.

—El Deportivo tiene una gran afición, usted también conoce bien la casa. ¿Le sorprenden los problemas actuales, sobre todo fuera de casa?

—Lógicamente el Deportivo, con la masa social que tiene detrás, con la plantilla que tiene siempre va a estar peleando por grandes objetivos. Hay mucha igualdad en esta categoría, aunque todos somos equipos de Primera Federación. Por mucha afición que tengas, por muchos jugadores que tengas, al final estás en esta categoría, y habrá que pelear con todos para poder alcanzar los objetivos.

—Tienen a Lucas Pérez, un jugador inaccesible para un club de Primera Federación.

—Está en el Deportivo porque ha querido estar ahí. De no ser así, podría estar en la Primera División. Está en el Deportivo porque siente al club y quiere ayudarlo. Él ha tomado esta decisión no por un tema económico, si no porque quiere estar en el Deportivo y volver con ellos a la Liga y está intentando cumplir su sueño.

—El Racing y el Deportivo son rivales. ¿Cuál es el escenario perfecto para lo que queda de temporada?

—Lo que quiero es que el Racing quede lo más arriba posible. Si nosotros subimos, el siguiente equipo que ascienda ojalá sea el Dépor y que podamos tener otro derbi en Segunda División.

—En Ferrol se vive el Racing con euforia, pero, ¿qué hay de la presión? ¿Se la pone más el equipo que el consejo de administración?

—La presión es porque nosotros queremos cumplir los objetivos. En estos momento es entrar en el play off, ahora es el principal objetivo, aunque luego ya veremos. Nosotros estamos ilusionando a la gente, y eso genera una responsabilidad. Daremos lo mejor de nosotros mismos para intentar conseguir que se cumplan los objetivos y que la afición se sienta orgullosa. Lo que espero es que cada día seamos más. Todos juntos seremos más fuertes.

—Hay un Cristóbal tranquilo y luego otro más caliente de puertas hacia dentro. ¿Cómo motiva a los jugadores? ¿Utiliza vídeos o la palabra?

—Intentas pensar en las charlas y en cómo puedes tocar la fibra de los jugadores. Cada semana hay un partido y tienes que llegar al jugador. Lo más importante es que ellos quieran y estén convencidos de que tenemos que dar lo mejor de nosotros para poder alcanzar los objetivos. Yo parezco más tranquilo de lo que puedo llegar a ser. Tengo genio y vivo con intensidad los partidos. Sin embargo, antes de empezar el encuentro o una vez que acaba intento estar tranquilo para tomar las mejores decisiones.

—De puertas adentro, con su equipo, ¿hay alguna promesa si se asciende?

—No, sinceramente no hemos pensado nada. Estamos muy centrados en ir partido a partido. Pierdes en Mérida, empatas con el Deportivo y parece que te estás alejando del objetivo... Ganas en San Sebastián de los Reyes y vuelves a ser candidato a quedar arriba. Nosotros no podemos ser tan volátiles. Necesitamos estar mucho más centrados, de nada vale soñar con otras cosas que no sea el partido más inmediato que tienes.