El análisis de Manuel Piñeiro: Koepka vuelve a ser favorito para todo tras un PGA precioso

Manuel Piñeiro

DEPORTES

Adam Cairns | REUTERS

Dos elementos negativos: la lacra del juego lento y un campo con una preparación demasiado exigente y que resta espectáculo

23 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Un Campeonato de la PGA precioso encumbró a Brooks Koepka como campeón, con lo que vuelve a ser uno de los favoritos para todo, después de su brillante actuación reciente también en el Masters de Augusta. Solo le pongo dos peros a esta edición apasionante, el juego lento, un problema que nace en la élite y se propaga por todo el golf, y la exigente preparación del East Course de Oak Hill, en Rochester. Ya comenté que tuve el honor de ser el vicecapitán del equipo europeo en la Ryder Cup que ganamos en 1995. Pero el recorrido ha ido sufriendo modificaciones y no me gustan.

el escenario

El recorrido antiguo era más justo y premiaba más la creatividad

El campo antes era más justo e interesante. El PGA hace en ocasiones malas copias del US Open en la preparación de sus escenarios, convirtiendo campos históricos en excesivamente difíciles. Un ejemplo son los taludes con hierba en los bunkers, que convierten demasiadas bolas en injugables. Otro problema es el rough, que elimina la creatividad alrededor del green. Vemos demasiados golpes iguales, se pierde variedad. No se premia la imaginación del juego corto.

el «driver», fundamental

Los golpes de salida fueron claves y Rahm no acertó

En un escenario tan estrecho y complicado, el golpe de salida iba a resultar fundamental. Uno de los que lo pagó fue Jon Rahm, porque esta semana no estuvo fino desde el tee. Y eso ya te descarta para un campo así preparado.

EL GANADOR

Juego completo y control de las emociones 

Koepka, que encadenó sus cuatro grandes en apenas dos años y pico, no estaba tan brillante desde el 2019. Pero ya dio un aviso en el Masters. Y los grand slams son los torneos en los que mejor se comporta. Es justo ganador, gracias a su juego completo, su solidez y su control de las emociones. Ni se inmuta en el campo. Fue el Koepka de las grandes ocasiones.

EL PULSO DE FONDO

Victoria para el LIV

Los grandes son ahora los únicos torneos en los que compiten tanto los jugadores del PGA Tour como las estrellas del LIV Golf. La victoria también se analiza como una reivindicación del circuito al que pertenece el campeón. Para el calendario de capital saudí la victoria de Koepka, uno de sus reclamos, es también un éxito. Otra de sus figuras, DeChambeau, parece algo más estilizado, tras ceder algo de peso. Creo que jugará mejor al golf al no estar tan musculado y moderar esa obsesión suya por la pegada y el músculo. Ofreció una semana brillante, como también Cameron Smith por momentos.

los segundos

La regularidad de Scheffler y la naturalidad de Hovland

El nuevo número uno mundial Scottie Scheffler volvió a dar muestra de su terrible regularidad. Es complicadísimo verlo lejos de la cabeza en un torneo. Y me alegra el buen rendimiento de Viktor Hovland, un jugador valiente, muy natural y al que da gusto observarlo competir.

LA EMOTIVIDAD

Block, otro aliciente 

Michael Block, un profesional de club que no compite en los grandes circuitos, terminó decimoquinto, tras poder competir con una de las invitaciones que el PGA de América concede a profesores de todo el país. La historia es preciosa, y sirve para reivindicar esos otros valores del golf clásico, más permeable a este tipo de narrativos que eventos cerrados como LIV. ¡Hasta hizo un hoyo en uno el domingo! El calendario saudí debe ir corrigiendo detalles: abrirse a más jugadores, establecer un corte y demás estándares que faciliten que sus campeonatos den puntos para el ránking mundial.

LA LACRA

Medidas contra el juego lento

No es un problema nuevo, pero va a más. El juego lento, por rutinas, tics y vicios de algunos de los mejores jugadores se copian luego en todos los clubes del mundo, y las rondas de golf se alargan de manera injustificada. ¿Cómo combatirlo? De varias formas. Una ronda de tres profesionales no debería durar más de cuatro horas y cuarto. Limítese y sanciónese. Y prohíbase el uso de mapas de caídas en los greens, las pisadas para sentir la caída en el green (hasta los cadis también lo hacen ahora)... El golf es precioso y no debe perder su esencia, la que lo ha hecho grande: un juego de técnica, intuición y acierto individual.