Trámite en Pasarón para despedir la liga regular del Pontevedra y Dépor

Nieves D. Amil
Nieves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

DEPORTES

Reparto de puntos entre el conjunto granate,  ya descendido, y el blanquiazul, que se medirá al Castellón en el «play-off» de semifinales

27 may 2023 . Actualizado a las 23:04 h.

Pontevedra 1- Dépor 1. Era un trámite para ambos equipos que vivieron el final de liga desde dos perspectivas bien distintas. El Deportivo, con un ojo en el Castilla, y gestionando los primeros minutos como un tubo de ensayo para lo que se viene la próxima semana en el play-off, mientras el Pontevedra dispuso en el campo el once de gala. La pena es que ya no se jugaba nada. Tan solo el honor de despedir a Charles, como se merece, como una leyenda granate, que entró y salió del campo con un pasillo de sus compañeros. Para eso contó en el campo con el esquema de los grandes partidos sin salirse del guion. Álex González haciendo sufrir a Trilli por la banda derecha y centrando balones a un Charles que junto a Abelenda encarnaban la ofensiva granate sin mucho acierto. En la primera parte apenas tuvo trabajo Mackay, escoltado en el fondo sur por la marea blanquiazul que acompañó al Dépor en el que espera ser su último partido en Primera Federación. Solo le dio trabajo Álex González con un disparo desde fuera del área que cayó en sus manos.

El Deportivo de Rubén de la Barrera fue un ensayo, hasta que tuvo que tirar de la vieja guardia para salvar los muebles. Hasta siete hombres nuevos respecto al once de la pasada semana. Volvió a confiar en Yeremay en la banda izquierda, también en Lucas y Trilli, pero dio minutos otra vez a Mella, esta vez desde el inicio. Conservó a Soriano, con cuatro tarjetas, y dio descanso a Villares, el maestro del centro del campo. Dispuso sobre el césped a Raúl Carnero, Jaime y Pepe en la línea defensiva con Isi Gómez, Olabe en el centro del campo.

El partido parecía encorsetado. Ninguno arriesgaba. Cumplían el trámite hasta la medianía del primer tiempo, cuando el Dépor, que parecía incapaz de romper la mala racha a domicilio, empezó a presionar la salida de balón del Pontevedra sin demasiadas consecuencias. No lograban acercarse a la meta de Cacharrón y se fueron al descanso con el partido totalmente abierto.

A la vuelta de vestuarios el empate duró poco. Un fallo de Raúl Carneiro dejó el camino a Brais Abelenda para anotar con un zapatazo que se fue por la escuadra de la portería de Mackay. La ventaja granate fue la inyección que necesitó el Dépor, que veía como se le escapaba otro partido a domicilio. Con el marcador en contra, Rubén de la Barrera aparcó el ensayo y apostó a caballo ganador. Álex Bergantiños, Lebedenko y Quiles. El goleador volvía, con máscara incluida, tras un mes fuera por lesión. Olabe, Raúl Carnero y Mella dejaron el sitio a tres hombres que cambiaron el ritmo del partido. La afición del Dépor tenía ganas de verlo en acción y él, hambre de gol. Hasta media docena de ocasiones hicieron temblar la portería de Cacharrón. La más clara, un disparo raso al palo que se fue por encima del larguero cuando Quiles volvió a coger el rechazo. El acelerón que metió el partido no parecía suficiente y el entrenador deportivista sacó a Villares en el sitio de Isi para pelear la remontada, que empezaba a ser ya una necesidad.

A veinte minutos para el final, la grada se puso en pie y el Pontevedra hizo un pasillo para despedir a Charles. Juan Señor también quería savia nueva en el campo y optó por Valen. No lo consiguió.

Ya nada parecía cambiar en un partido con mucho ruido y poca efectividad. Solo quedaba Svensson por intentar dar la vuelta al partido y De la Barrera no lo dudó. La artillería estaba en el campo. Y se notó. La defensa granate, con un Churre que cobró protagonismo en la última acción, provocó un penalti sobre la bocina que Quiles transformó en el empate. Tablas para despedir un año en negro para los granates, pero que mantiene viva la ilusión del ascenso blanquiazul.