Jon Rahm quiere conquistar al Open Británico

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PHIL NOBLE | REUTERS

Aunque sus resultados en el British aún no llegan a la altura de su juego, inicia el jueves el torneo en Royal Liverpool reivindicando su amor por los «links»

19 jul 2023 . Actualizado a las 09:00 h.

Con 14 años, Jon Rahm, un mozo robusto formado en Larrabea y becado en la Blume, voló a Inglaterra para estrenarse en un links. La versión juvenil del Open Británico —el Boys— se disputaba en el 2009 en el Royal Cinque Ports, un emblemático campo, entre dunas y acantilados como manda la tradición, que acogió dos veces el Open de mayores, en la prehistoria del golf, hace más de cien años, en 1909 y 1920. En aquel primera viaje del 2009 comenzó el idilio de Rahm con los característicos campos de las Islas, aunque el español, ahora con 28 años, todavía no haya podido celebrar un triunfo en el «grand slam» más antiguo. Los números sugieren que, pese a su juego completísimo, el British es el major en el que Rahm ha brillado menos: tercero en el 2021 en Royal St. George y undécimo en el 2019 en Royal Portrush. Porque ya ganó en el Masters y el US Open y sus registros en el Campeonato de la PGA mejoran a los que luce en el British. «Algún día llegará la victoria, aunque no sé si será esta semana o más adelante, pero lucha no va a faltar. Ya he jugado bien en los links», razonó Rahm ante la prensa.

Aunque hay datos que alimentan más las esperanzas de un triunfo de Rahm esta semana. En este tipo de campos ya ganó dos veces el Irish Open. Cuando este jueves comience el torneo en Royal Liverpool (Movistar +, el jueves y el viernes, a las 7.30; el sábado, a las 11.00, y el domingo, a las 10.00), el español compartirá uno de los partidos estelares, con dos de los ídolos británicos, Rory McIlroy y Justin Rose (desde las 14.59 el jueves, y a las 9.58 el viernes).

Antes de viajar a las islas Británicas para rodarse, Rahm se recetó un parón de tres semanas sin competir, algo infrecuente en esta época del año, antes de tomarle el pulso a varios links. Desde que lo recibió en 1897 por primera vez, Royal Liverpool —nacido en 1869—, acoge por decimotercera vez el Open. Pero el diseño de Robert Chambers y George Morris, como el de tantos campos, ha ido evolucionando. También en el siglo XX con la firma de Harry Colt. Aunque en la época reciente no había sufrido un cambio tan singular como el que se estrena en un Open. El antiguo hoyo 15, que se jugaba cuesta abajo, se disputa ahora como el 17 y hacia arriba, con el tee en la zona del viejo green y la bandera en el entorno de la antigua salida.

El objetivo era situar un hoyo icónico en la parte final del recorrido, cuando se decide el título sin casi margen de recuperación. La bandera está situada a entre 90 y 130 metros del tee, en un green en alto, protegido por tres bunkers, a la derecha, a la izquierda y al frente, con vegetación y arena al fondo. Fácil con el aire en calma, y diabólico si sopla el viento, según los jugadores. La elección del palo será clave con tiempo desapacible.

«Es muy exigente para ser el penúltimo hoyo, sin margen de error. Si fallas el green, te quedas en una posición muy complicada», razona Rahm: «Si no sopla viento, tienes un tiro corto, pero, si sopla, va a ser muy complicado».

Embajador del Santander

El Santander anunció este martes la firma de un acuerdo plurianual con Rahm, con el objetivo de aumentar su visibilidad en Norteamérica, donde el jugador reside y disputa gran parte de sus competiciones. Se convertirá así en su embajador global.

El primer jugador del LIV que defiende un grande

Hace ahora 12 meses, el australiano Cameron Smith celebró el Open Británico en St. Andrews. Unos días después, firmó un contrato millonario con LIV, el circuito de capital saudí. Desde este jueves será el primer miembro del calendario rebelde que defienda el título de un «grand slam», como hará el próximo año Brooks Koepka en el Campeonato de la PGA, que ganó en mayo.

Smith devolvió el lunes la Jarra de Clarete de campeón del Open al Royal & Ancient, y reconoció que la semana en la que decidió firmar por LIV fue la más estresante del 2022. Ahora ya está adaptado al calendario, el formato y las críticas. Y desde este jueves intentará revalidar el titulo, algo que no sucede desde que en el 2008 lo consiguió Padraig Harrington. Persigue, además, el mayor premio de la historia del torneo, tres millones, de los 16,5 del total que se reparten los jugadores, casi un 20% más que en la última edición, y cerca del doble que en el 2016. El domingo, el décimo recibirá 340.000; el vigésimo 171.000; el trigésimo 108.000... Y el mínimo fijo, incluso sin pasar el corte, es de 8.500.

La pasada edición, la del 150 aniversario, en St. Andrews, batió récords de asistencia, una de las fuentes que permiten aumentar los premios. 290.000 personas presenciaron el torneo, por las 239.000 del año anterior. Casi uno de cada cinco eran visitantes procedentes de Estados Unidos.