Rahm ilumina el festival de Europa en la Ryder Cup

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso REDACCIÓN

DEPORTES

FABIO FRUSTACI | EFE

El equipo del Viejo Continente manda por cinco puntos de ventaja a Estados Unidos, después de un pleno matinal y cerrar el primer día sin derrotas

29 sep 2023 . Actualizado a las 20:21 h.

Jon Rahm ama la Ryder y, bajo el sol de Roma, reclamó el lugar que empieza a corresponderle en la historia de la competición. El jugador español iluminó el festival de Europa en el campo Marco Simone: por la mañana mostró el camino a su compañero Tyrrell Hatton y por la tarde apareció con dos eagles a la hora de la verdad para empatar su duelo y redondear la faena que había sostenido por momentos Hojgaard. A su alrededor, se sucedieron los prodigios y Europa, que mandaba al mediodía con un inédito 4-0 tras la sesión de foursomes, en la que los jugadores pegan golpes alternos, arañó otra victoria en los fourballs (cada golfista disputa su bola y computa el mejor resultado de la pareja) y tres empates gracias a putts en el hoyo 18. De película.

Rahm ofreció por la mañana, acompañado por un cumplidor Hatton, un repertorio de su mejor golf. De casi todas las suertes: metió un putt prodigioso en el 3, tocó el palo con su salida en el 7, dibujó un chip que embocó desde 23 yardas en el 10, conectó un hierro soberbio en el 11 de casi 280 metros que situó junto a la bandera... Enfrente, Scheffler y Burns casi solo podían aplaudir.

Mazazo a un dúo invencible

Por la mañana, Rory McIlroy y Tommy Fleetwood formaron un tándem inabordable ante una pareja que casi estaba invicta, como la de Xander Schauffele y Patrick Cantlay; Viktor Hovland se vistió de veterano para sacar de toda clase de apuros a un Ludvig Aberg al que, con menos de tres meses como profesional, el acontecimiento pareció superarle, y Lowry reivindicó el acierto del capitán al invitarlo tras una temporada discreta y sacó la garra y el juego que se requieren en una Ryder Cup junto a Straka.

El 4-0 hizo temblar los cimientos del vestuario americano. Los dos capitanes sentaron a cuatro de sus elegidos por la mañana para que entrasen los cuatro que no habían participado todavía. Y el resultado cambió poco. Aunque la historia fue otra.

Un comienzo demoledor

En un partido, no hubo historia, porque Rory McIlroy y Matt Fitzpatrick lo reventaron en las seis primeras calles con cuatro birdies y un eagle. Pero en el resto la batalla —ahora ya con cada jugador disputando su bola, un formato que no requiere tanta compenetración ni labor de equipo— resultó despiadada.

Scheffler, otra vez amargado

Rahm, ahora con Hojgaard a su lado, volvió a verse con Scheffler, acompañado por Koepka. Dos purasangre. Y fue tirando hasta que el duelo llegó a sus tres últimos hoyos y regaló dos eagles. En el 16 embocó un chip desde fuera del green, y en el 18 conectó el putt que empató el partido.

Un instante antes, habían sido Hovland y Hatton los que habían empatado un partido complicado frente a Jordan Spieth y Justin Thomas, que asumió el liderazgo de la pareja. También llegó el empate gracias a un putt europeo en el 18, de Hovland.

La puntilla del veterano Rose

Y cerró la jornada otro golpe sutil en el último green. Esta vez fue Justin Rose, a sus 43 años el más veterano del vestuario europeo, quien conectó el golpe definitivo para redondear el empate junto a MacIntyre y frente a Max Homa y Wyndam Clark.

Europa manda por 6-5 a 1,5 tras los ocho primeros partidos. El marcador del equipo de Luke Donald iguala su mejor resultado histórico a estas alturas del duelo con Estados Unidos. Sucedió en el 2004 en Oakland Hills, cuando ganó al final por 18,5 a 9,5.

A sus 28 años, Rahm habla con la experiencia de un veterano, de un jugador que ya ha ganado el US Open y el Masters de Augusta, y que ya sabe lo que es celebrar una Ryder (la del 2018 en París) y perder otra (la de Whistling Straits). Por eso ayer, después de la euforia desatada en el campo y en las gradas, hizo un llamamiento a la prudencia. «Quedan dos días. Todavía tenemos que llegar a 14 puntos y medio. Nos hemos dado una buena oportunidad, sí, pero obviamente ellos van a salir fuertes los siguientes días porque, entre comillas, no tienen nada que perder. Vamos a tener que jugar muy buen golf para darnos una gran oportunidad el domingo», razonó el jugador español.

Aunque reconoció que la remontada de la sesión de tarde resultó épica: «La verdad es que cuesta describir lo que lo que ha pasado hoy. Lo bien que hemos jugado todos por la mañana y luego, por la tarde, la remontada que hemos hecho. Había un punto en el que la cosa no pintaba muy bien. Que hayamos empatado tres partidos es increíble».

El instante clave

«Por mi parte, es increíble lo que ha hecho Nicolai [Hojgaard] en los primeros 9 hoyos. Yo no he jugado muy bien, quitando el hoyo 5. Me ha cogido en aúpas, me ha dicho ‘vamos' y nos ha llevado para adelante. En el hoyo 18 por la tarde me dijo ‘haz lo que haría Seve'. Seve siempre haría algo especial», insistió una vez más en tono reverencial hacia el genio de Pedreña.

Además, elogió el trabajo del capitán del equipo europeo, el británico Luke Donald. «Lo ha hecho muy, muy bien durante este año y medio. Su estilo calmado ayuda mucho. Aunque esté estresado, no se le nota, siempre está sonriendo y dice lo que tiene que decir en el momento correcto».