Europa mantiene el pulso en la Ryder

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PHIL NOBLE | REUTERS

Rahm regala momentos memorables por la mañana, pero el capitán lo sienta luego y el Viejo Continente mantiene cinco puntos de renta para el desenlace

30 sep 2023 . Actualizado a las 19:40 h.

A primera hora de la mañana una enorme lona se desplegó por una de las gradas que rodean el tee del 1 del campo Marco Simone, al noreste de Roma. Junto al rostro de Seve Ballesteros, el mito que convenció a todo un continente de que debía competir sin complejos contra el entonces inabordable conjunto de Estados Unidos, asomó una frase: «Por siempre en nuestros corazones». Entonces, Europa mandaba por 6,5 a 1,5 en el duelo bienal. Tres horas más tarde, después de los cuatro duelos de foursomes (los jugadores golpean la misma bola en golpes alternos) la renta había crecido hasta un parcial de 9,5 por 2,5, lo nunca visto para el equipo del la bandera azul y estrellas doradas; hasta encoger por la tarde, después de los fourballs (cada integrante de la pareja disputa su bola y solo computa el mejor resultado en cada hoyo), hasta el 10,5-5,5 definitivo. A Europa le basta con ganar cuatro de los 12 partidos individuales de hoy, pero, ¿era necesario que Jon Rahm no jugase por la tarde?, ¿fue una excentricidad incomprensible el capitán, Luke Donald?, ¿podían aportar más los secundarios que un líder que ya había disputado tres partidos antes? No tuvo tantos reparos para hacer fijos a Hovland y McIlroy. Y lo cierto es que Europa sufrió en la última sesión del día, la primera sin el español.

Con las mismas parejas del inicio del viernes, Europa mandó de nuevo ayer por la mañana. Rahm estiró su soberbio balance hasta los 2,5 puntos de tres posibles después de ganar de nuevo junto a Tyrrel Hatton. Esta vez sus víctimas fueron Xander Schauffele y Patrick Cantlay. Quedaron ajusticiados por un dardo de 196 metros del fenómeno español. Consultó el palo con su cadi, Adam Hayes, acordaron que agarraría el hierro 6 y la bola reposó, unos segundos después, a apenas cinco centímetros de la bandera. El tirazo sentenció el partido.

Antes, Europa había ganado confianza con la paliza de Viktor Hovland y Ludvig Abert sobre Scottie Scheffler y Brooks Koepka. Les sobraron siete hoyos, que ni jugaron porque ganaban por nueve de diferencia, y dejaron llorando al número uno del mundo, Scheffler. El tercer triunfo del Viejo Continente lo protagonizó Rory McIlroy junto a Tommy Fleetwood sobre Justin Thomas y un irreconocible Jordan Spieth. Una victoria —¡al fin!— logró Estados Unidos por la mañana, la de Max Homa, quizá el más atinado de sus jugadores hasta ahora en Roma, y Brian Harman, que superaron a Shane Lowry y Sepp Straka por 4 y 2.

En un ataque de capitán, Luke Donald, decidió sentar a Rahm por la tarde, mientras volvía a remover sus parejas para utilizar a sus 12 jugadores cada día. Y su atrevimiento se tradujo en tres derrotas en cuatro partidos para el equipo del Viejo Continente. En los fourballs vespertinos, Hovland y Aberg nunca llegaron a verse siquiera empatados frente a Burns y Morikawa. Lo mismo le pasó a Fleetwood y Hojgaard ante Homa y Harman. Pero cuando Europa empezó a echar cuentas por culpa de esas dos derrotas, todavía había dos partidos vivos por delante. Primero Rose lideró junto al inexperto MacIntyre una solvente remontada frente a Thomas y Spieth, tan negados como respaldados por su capitán, Zach Johnson.

Faltaba un partido. Y Cantlay, en teoría enfadado con su equipo por discrepancias internas y la remuneración de los jugadores en un evento por encima de todo simbólico como la Ryder, embocó el putt decisivo para ganar junto a Clarka a Fitzpatrick y un McIlroy que lo había ganado todo hasta entonces. Hay partido.

Hovland y Aberg someten a Koepka y Scheffler a la mayor paliza de la historia del evento

Desde que en 1961 los partidos por parejas de la Ryder Cup se pasaron a disputar sobre 18 hoyos, jamás se había visto una paliza de tal calibre como la que infligieron en el foursomes matinal Viktor Hovland y Ludvig Aberg a Brooks Koepka y Scottie Scheffler. Dejaron el green del hoy 11 con el partido resuelto, al contar con 9 hoyos de ventaja con tan solo 8 por jugar. Los locales fijaron un parcial de -5 y los visitantes de +8. Inapelable.

Spieth y Thomas, la pareja más repetida hasta ahora en el bando norteamericano

Jordan Spieth y Justin Thomas se convirtieron ya por la mañana en la pareja que más veces había compartido un partido en la historia del equipo de Estados Unidos de la Ryder Cup. Por la tarde ampliaron su registro: suman ocho duelos de foursomes juntos, y tres de fourballs. Suman hasta hoy 4,5 puntos, lejos de los registros de parejas legendarias como la de Seve y Olazábal, que sumaron 12 puntos en 15 duelos juntos. Irrepetible.

Dolido en la derrota Koepka, caballeroso Rahm en la victoria en un pique sin recorrido

«Quiero golpear una tabla y hacer pucheros como hizo Jon Rahm. Pero, ya sabes, es lo que es. Actúa como un niño. Pero somos adultos. Seguimos adelante», soltó el estadounidense el viernes, vapuleado Estados Unidos. Se refería, al final, a la suerte del putt que no celebró en el 18 Rahm, y, al inicio, a su rabia por golpear, en un cartel en el US Open. Ayer, Rahm fue tan elegante que respondió sin polemizar con Koepka y le deseó lo mejor.

Un vestuario encogido, según Zach Johson por un virus que no concretó

El viernes, sin quitarle méritos a Europa, Estados Unidos se comportó como un equipo menor. Y el capitán norteamericano, Zach Johnson, deslizó la propagación de un virus entre varios de sus jugadores y sus cadis, sin explicar a qué integrantes había mermado,pues llegaron a participar todos. «Tenemos contingencias y cosas de esa naturaleza basadas en muchas cosas. Hay ciertas cosas que no puedes controlar», indicó.