Ya nada frena a Simone Biles

Iván Díaz Rolle
IVÁN ROLLE REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

OLIVIER MATTHYS | EFE

Superados los problemas de salud mental que la afectaron en Tokio 2020, logró en el Mundial un salto único que ahora llevará su nombre

03 oct 2023 . Actualizado a las 08:45 h.

Desde su meteórica irrupción, Simone Biles (Columbus, Ohio, 1997) ya solo compite contra su leyenda. Pero ese es un rival mucho más duro que el que nadie haya encontrado en la historia de la gimnasia. Esa realidad quebró su cabeza en plenos Juegos Olímpicos de Tokio, en el verano del 2021, mientras buscaba mejorar los cuatro oros que ya se colgó en Río de Janeiro 2016. Superada mentalmente por la exigencia y el miedo a las caídas, se dio un respiro de casi dos años, pero ha regresado para volver a llegar más lejos que nadie en la gimnasia artística.

Precisamente fue hace una década en Amberes donde se colgó su primer oro mundial, reclutada de urgencia por la selección estadounidense tras la lesión de una compañera, y en la misma ciudad belga alcanzó otro hito el pasado domingo. En la fase preliminar de sus sextos campeonatos del mundo realizó un salto sobre el potro que ninguna mujer había conseguido previamente. El Yurchenko con doble mortal carpado pasará a llamarse Biles II, al ser la primera capaz de acreditarlo en un gran certamen internacional. Otro gran salto original ya había recibido su apellido en el 2018.

Con ese sensacional ejercicio Simone Biles se colocó líder provisional de la competición por equipos. Logró una puntuación de 15.266. Anunciada su intención de realizar el salto, la Federación Internacional de Gimnasia (FIG) decidió que le otorgaría la máxima dificultad de 6.4 puntos, lo que le habría dado un 16.400 de ejecutarlo a la perfección. Un paso atrás en el aterrizaje y otro 0.5 de lastre por decidir tener a su entrenador en la colchoneta, por seguridad, la alejaron de la puntuación más alta.

En su vuelo, la gimnasta de Ohio entra al trampolín con una voltereta lateral y se gira para llegar a la mesa de salto de espaldas, completando la conocida como entrada Yurchenko. Después suma un doble giro mortal carpado, con las piernas estiradas y el torso doblado para agarrarse las rodillas.

Su capacidad para plasmar este salto estaba clara desde hace tiempo y ya en los Juegos Olímpicos de Tokio se presentó con la intención de realizarlo y rebautizarlo. Lo consiguió el 21 de mayo del 2021 en el GK US Classic y posteriormente volvió a repetirlo en sus entrenamientos, pero para acreditarlo debía hacerlo en una gran competición internacional. En su extraordinario regreso triunfal tras dos años inactiva por sus problemas de salud mental lo logró en los campeonatos estadounidenses y ahora por fin en el Campeonato del mundo que se está celebrando en Amberes, en Bélgica.

La más veterana en el equipo de Estados Unidos, con 26 años, sigue dispuesta a ampliar un currículo único en la historia de la gimnasia rítmica en sus sextos mundiales. La autora de un salto hasta ahora solo visto en la competición masculina con el nombre de Yang Wei posee 25 medallas mundiales, más que ningún otro gimnasta, y siete olímpicas, y ha dado nombre ya a cinco habilidades: dos en el suelo, dos en salto y una en la barra de equilibrios. Superados el bloqueo mental que la alejó de la competición, ya nada puede frenar a la legendaria Simone Biles.