Galicia contará finalmente con cuatro etapas en la Vuelta a España

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Rodrigo Jimenez | EFE

Recorrerán todas las provincias y dos de ellas acabarán en alto, refrendando el perfil montañoso de la prueba, que concluirá con una crono en Madrid

19 dic 2023 . Actualizado a las 22:20 h.

La próxima edición de la Vuelta a España exprimirá casi al máximo el perfil más escarpado de Galicia. Las cuatro etapas que discurrirán en la comunidad, tocando todas las provincias, incluirán algún puerto. Dos de ellas acabarán en alto, refrendando el perfil montañoso de la prueba, que arrancará el 17 de agosto en Lisboa y se cerrará el 8 de septiembre en Madrid con sendas contrarrelojes individuales (de 12 y 22 kilómetros, respectivamente). La última de ellas ayudará a mantener el suspense, reemplazando el manido paseo triunfal.

En total, 3.237 kilómetros con escaso espacio para tomarse un respiro, más allá de los acostumbrados días de descanso. Como anticipó el director de la Vuelta, Fernando Guillén, durante la presentación, será una carrera «exigente, sin etapas de transición, sin lugar para la tregua». A acentuar la dureza contribuirán los altos de Cabeza de Manzaneda y de Ancares —por la inédita vertiente leonesa, con un desnivel medio del 12 %—, colofón de las jornadas doce y trece; las dos últimas sobre territorio gallego. Antes, justo al concluir el primer lunes de parón, los ciclistas accederán a la comunidad para disputar una etapa entre Ponteareas y Baiona en la que se subirán Fonfría y Mougás, de primera categoría. A continuación, un trayecto con inicio y final en Padrón, y el Ourense-Manzaneda y Lugo-Ancares, preludio de la larguísima Villafranca del Bierzo-Villablino, de casi 200 kilómetros.

A partir de ahí, una serie que se anuncia definitiva y que se abrirá con dos jornadas en Asturias que tendrán final en los muros de categoría especial de Pajares y Lagos de Covadonga. Para cerrar la cita, justo antes de la contrarreloj madrileña, un reto durísimo, con siete altos entre Villarcayo y Picón Blanco.

«Con los corredores que tenemos actualmente es obligado poner recorridos exigentes. Es algo que hace la Vuelta como seña de identidad, y lo ven tanto el Tour como el Giro; cada uno con su personalidad, pero tratando de buscar el espectáculo», reflexionó Guillén. La edición del 2024 apunta a un éxito.