Carlos Sainz aguanta a Sebastien Loeb en el Dakar a falta de 1.000 kilómetros para el final

La Voz

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AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

Aunque el francés recortó unos pocos minutos, el español sostiene 20 minutos de margen en la general

16 ene 2024 . Actualizado a las 17:27 h.

Carlos Sainz está contemporizando para levantar ya su cuarto trofeo Touareg, algo que tiene un poco más cerca tras salir más que vivo de la novena etapa del raid. Y es que, aunque Sebastien Loeb atacó porque no le queda otra, el madrileño sabe cómo conducir este tipo de situaciones a su favor.

Loeb ganó la etapa entre Ha'il y Al Ula, porque no puede optar a más. En una jornada plagada de arena y piedras, que poco a poco se fue haciendo cada vez más dura con la irrupción de piedras más duras, la labor de los pilotos y los copilotos fue clave. Perder el rumbo a estas alturas del rali puede ser decir adiós, algo que Loeb quiere evitar a toda cosa. Audi tiene claro que su despedida del Dakar puede ser a lo grande, siempre y cuando su ejército juegue todos a una. La marca de los cuatro aros tiene a Carlos Sainz líder, pero cuenta en carrera aún con Matthias Ekstrom y Stéphane Peterhansel como escuderos de muchos kilates para el español. El mejor ejemplo lo dejaron en esta última etapa, cuando los tres Audi fueron juntos durante prácticamente los 417 kilómetros, con el sueco abriendo pista al final de la jornada para hacerle el camino algo más sencillo hasta la meta. Fue clave ir juntos, tal y como explicó Sainz en la meta. «Estoy contento con la etapa. He abierto durante gran parte de la especial. Nos hemos estresado en la cabina porque la navegación ha sido complicada. Pero hemos rodado tres coches juntos, y sabía que podía contar con ellos», señaló.

Esas dificultades con la navegación, los pinchazos y la mecánica se ponen en contra de un Loeb al que se le empieza a ver la desesperación. Pese a la victoria del día, 27ª parcial para su cuenta personal, admitió sentirse un tanto frustrado. «Ya de por sí es complicado, y luego está la navegación y los pinchazos. Por lo general no van a mi favor. De hecho hemos pinchado dos veces en la primera mitad así que hemos rodado con mucho cuidado en la segunda parte. De todas formas, no estoy siempre pendiente de lo que hace Carlos. Y tampoco tengo motivos para estar asustado. Yo hago mi carrera y al final se harán las cuentas», resumió.

La lucha entre Sainz y Loeb llega a su punto crítico cuando faltan 1.026 kilómetros cronometrados en los próximos tres días y la diferencia es de 20:23 a favor del español. Un colchón lo suficientemente amplio como para obligar al alsaciano a atacar de manera incuestionable, pero también lo suficientemente corto como para que Sainz no se pueda relajar.