El camino hasta la sentencia de Dani Alves

Cristian Reino COLPISA

DEPORTES

Alberto Estevez|ALBERTO ESTÉVEZ | EFE

¿Culpable? ¿Violó a la víctima? ¿Hubo consentimiento o la agredió sexualmente? ¿Alves miente o es la denunciante quien no dice la verdad?

12 feb 2024 . Actualizado a las 17:09 h.

Dani Alves se enfrenta a una posible condena por presunta agresión sexual. La semana pasada se sentó en el banquillo. Antes de conocerse el fallo, el tribunal deberá pronunciarse de inmediato sobre la petición de la defensa del exfutbolista del Barcelona, el Sevilla, el PSG y Brasil para que pueda salir en libertad provisional. Esta decisión ya dará algunas pistas del sentido de la sentencia.

Penas de prisión

Entre 9 y 12 años

La Fiscalía pide 9 años de cárcel para el exlateral, mientras que la acusación ejercida por la abogada de la víctima eleva la demanda a 12 años, la pena máxima por agresión sexual. La defensa del brasileño reclama su absolución. Alves lleva en prisión preventiva desde el 20 de enero del 2023.

la sentencia

Entre 15 días y 2 meses

Se estima que el tribunal podría tener el fallo listo en un plazo de entre quince días y dos meses. Todo apunta a condena, pero en los casos de agresión sexual siempre hay margen de interpretación para los jueces. Las partes negociaron un pacto extrajudicial, pero no llegaron a un acuerdo. Fuentes judiciales señalan que el deportista solo estaba dispuesto a asumir una pena de dos años.

lOS PROTAGONISTAS

El papel de las mujeres

Ha sido un juicio con un marcado acento femenino. Salvo el acusado, todas las demás protagonistas han sido mujeres: la víctima, la presidenta del tribunal, la fiscal, la abogada de la chica y la letrada de la defensa. El tribunal lo componen tres personas: dos hombres y una mujer.

la actitud de alves

Chulería y lágrimas

La prensa pudo seguir el juicio a través de una pantalla de televisión, desde dentro del palacio de justicia de Barcelona. Los periodistas tenían prohibido acceder a la sala de vistas. Pero sí pudieron ver al exfutbolista en los pasillos: cuando llegaba y cuando era conducido a los calabozos en los recesos. Dos mossos le llevaban esposado al interior de la sala. Cuando se le preguntaba qué esperaba del juicio, hasta en tres ocasiones se encogió de hombros y con la cara hizo el gesto de ‘no sé', con la chulería de un futbolista profesional. Compareció muy delgado y vestido de sport, no como cuando era una estrella rutilante, cuando exhibía trajes caros y llamativos. Solo contestó a su abogada, lo que se suele interpretar como un gesto para minimizar riesgos, y protagonizó una de las escenas del juicio, más bochornosa y de muy mal gusto para muchos de los presentes. Simuló, en la silla donde estaba sentado, la postura en la que estaba cuando la joven le practicó una felación, voluntaria según él, forzada según ella. Lloró, no en el relato de los hechos, sino cuando contó en qué momento se enteró de que estaba imputado. Dijo que la causa le ha arruinado.

El futbolista dio hasta cinco versiones diferentes

Desde el inicio, Dani Alves ha cambiado cinco veces de versión, por lo que pierde credibilidad. Asegura que fue sexo consentido. La víctima siempre ha mantenido la misma tesis: que fue violada y golpeada. El testimonio de los mossos que atendieron a la chica refuerza su relato. También el de las dos amigas que la acompañaban. Los alegatos de la fiscal y la abogada de la víctima fueron muy contundentes. La fiscal insistió en que el acusado no tiene credibilidad. Puso el acento en que no hubo consentimiento durante el cuarto de hora en que Alves y la chica estuvieron en aquel baño sin que nadie les viera ni ninguna cámara lo pudiera registrar. «Se siente impune», resumió.

Ester García, abogada de la víctima, fue igual de contundente: «Me da igual que ella estuviera perreando o que le pusiera las nalgas, cuando ella dijo ‘no' es ‘no'. Y precisamente por eso se cambió la ley». La norma del «solo sí es sí» puede ser clave.

En cambio, la abogada del acusado, Inés Guardiola, ha tratado de sembrar dudas sobre la credibilidad de la mujer.

La denunciante aseguró que estaban incómodas en el reservado. Alves, en cambio, afirmó que estaban pasándolo bien, bailando pegados y «perreando». «Podía haber revocado luego ese consentimiento, pero no lo hizo», dijo la abogada de la defensa. «Los dos estábamos disfrutando», señaló el acusado en su declaración.

La letrada incluso dejó caer que la víctima y las amigas, tras salir del lavabo donde fue presuntamente violada, tenían un plan para sacar algún tipo de rédito de la situación. La abogada de la defensa calificó la declaración de la joven como «llena de contradicciones y no se ajusta a la realidad». «Su versión no reúne los requisitos para ser considerados como una prueba de cargo. Carece de confirmación y es contraria a la prueba documental y a la declaración de los testigos. Carece de verosimilitud», afirmó. También dijo que Alves iba bebido, como atenuante por si hay condena.

Testimonios

Treinta comparecencias

Cerca de una treintena de testimonios comparecieron en el juicio, entre testigos, peritos y forenses. Hubo declaraciones clave. Como la del director del Sutton o la de un trabajador, que cuenta una conversación entre la víctima y las amigas: «Ya sabía a lo que iba, pero después me arrepentí y ya no pude salir».

El mosso que llevaba una cámara, y el primero que le atiende describieron el estado de horror y shock en el que se encontraba. No quería denunciar por miedo a que no la creyeran y decía que le había hecho mucho daño.

Médicos del Clínico de Barcelona que le atendieron aseguraron que es frecuente que en casos de agresión sexual no haya lesiones vaginales en las víctimas como ocurrió en este caso.

sumario

Violación vs. consentimiento

La víctima asegura que la violó, la agarró de los pelos, la tiró al suelo y la golpeó. Dijo que parara y no lo hizo. El exfutbolista habla de sexo consentido y que los dos «disfrutaron» en la discoteca. Los hechos ocurrieron en los lavabos del reservado de la discoteca Sutton de Barcelona el 3 de diciembre del 2022.