España vence a Francia y se proclama campeona de la Liga de Naciones (2-0)

Isaac Asenjo COLPISA

DEPORTES

La selección española femenina se hace con la competición europea en su edición inaugural y suma el segundo título a sus vitrinas

28 feb 2024 . Actualizado a las 21:32 h.

No hay mejor equipo que el de España, que volvió a ejercer su condición en el trono mundial para demostrar que sigue siendo la reina del fútbol femenino. La selección española volvió a coronarse con un trofeo, el de la Liga de Naciones, bajo la batuta de una entrenadora que atravesó semanas en entredicho y con unas jugadoras que vivieron la mayor crisis en la historia de La Roja tras coser su escudo con la primera estrella universal. España volvió a hacer historia de la misma forma que hace 192 días con la conquista del Mundial en Australia, y superó creces el doble reto que tenía ante Francia en La Cartuja de Sevilla: ganar por primera vez en su historia a las 'bleus' y ser el primer país en inscribir su nombre en el palmarés de la Liga de Naciones.

No hay nada como ponerle retos a una generación acostumbrada a romper los techos que otras nunca pudieron alcalzar. Si jamás se había superado una ronda eliminatoria en los grandes torneos, fueron ellas y terminaron con ese paso fronterizo, hasta la fecha prohibido, a golpe de talento, alma, velocidad y recursos. Que España no ha ido nunca a unos Juegos Olímpicos con una selección de fútbol femenino, pues ahí aparece un grupo al que le sirve el balompié como altavoz social en la batalla por la igualdad y, pese a los líos federativos, sellan su billete con la clasificación a París para soñar por primera vez con el oro olímpico.

Y si resulta que en la final de la Liga de Naciones se presenta el 'coco' de Francia que dirige el hiperactivo Hervé Renard, rival ante el que tan solo se había logrado empatar en trece partidos anteriores, pues se vuelve a dar un paso al frente y se añade a la vitrina de La Roja otro título internacional a sumar al pasado Campeonato del Mundo. Una barrera superada por el combinado nacional en el espacio de seis meses, y que supone otro empujón más para un deporte femenino español en auge desde hace más de una década, y que continúa su camino de reivindicaciones para lograr mejoras que sigan impulsando su profesionalización.

Un equipo que no es precursor en exigir respeto y luchar por sus sueños, pero sí referentes en conseguirlo. Lo hicieron las chicas que dirige Montse Tomé desde el banquillo en La Cartuja de Sevilla, en el festivo día de Andalucía, un recinto que continúa siendo talismán para la selección femenina de fútbol, tras haber ganado allí los seis envites que ha disputado. Y en esta ocasión además, superó el coliseo hispalense la asignatura pendiente del número de espectadores: 32.657 aficionados, récord para un partido de la selección en territorio nacional, acudieron a ver a las campeonas del mundo igualar con la Liga de Naciones, el trofeo logrado por sus homólogos masculinos dirigidos por Luis de la Fuente, que se hicieron con el título el pasado mes de junio ante Croacia. Eso sí, por el triunfo el equipo se llevará 160.000 euros, una cifra 65 veces menor que la competición de los chicos, pues La Roja percibió 10,5 millones de euros tras derrotar a la ajedrezada selección liderada por Luka Modric.

Hervé Renard ha armado un equipo letal en las transiciones rápidas, y quiso dejar desde el principio el balón en manos de las chicas de Montse Tomé, que tienen en su esencia llevar el control del juego y que desde el pitido inicial se mostraron intensas. Volcó su disposición España en una banda derecha muy activa con las internadas de Ona Batlle y la eléctrica Athenea Del Castillo, aunque fue por la izquierda por donde pudo dar frutos la insistencia, después de una dejada de Olga Carmona a Salma Paralluelo que se fue cerca del palo defendido por Peyraud. El plan del partido estaba muy claro para ambos equipos. Uno disponía y el otro eperaba. La Roja intentaba crear tocando desde los vértices del centro del campo, pero el poderío francés y el sistema defensivo férreo con las imponentes Geyoro, Katoto, Diani y Mbock dejaba ver que la lata tardaría en abrirse.

Lo hizo en una jugada ensayada mil veces, a la media hora por medio de la superlativa Aitana Bonmatí, que aprovechó un centro al corazón del área de Olga Carmona tras recibir un balón al espacio de Jenni Hermoso. Al toque y posesión de la que sin duda va sobrada el equipo español, se le une la multitud de recursos ofensivos para taladrar el tabique impuesto por el técnico francés, que cambió los riales saudíes por las 'bleues' meses antes del pasado Mundial. Las suyas impusieron una marcha más en la prolongación, sabedoras que ya no podían quedarse atrás y tenían, de alguna manera u otra, que acercarse a las inmediaciones de Cata Coll.

De poco sirvió el aumento de agresividad francesa ante una selección de tanto talento como la española, que abrió brecha en el marcador gracias a un buen gol de Mariona Caldentey, estrella silenciosa de este equipo y del Barça donde nunca se lleva los halagos individuales pero que resulta vital en el juego de ambos conjuntos. La centrocampista balear aprovechó un pase de Athenea para poner el segundo en el electrónico y abrillantar la historia para España.

Récord de espectadores

La selección española femenina batió en La Cartuja un nuevo récord de asistencia a un estadio en territorio nacional, en uno de sus encuentros, al concentrarse en sus gradas 32.657 espectadores.

La Cartuja, con un aforo que ronda los sesenta mil asientos, marcó precisamente el pasado viernes la anterior mejor marca de afluencia a un partido de la selección femenina en España, con la presencia de 21.856 aficionados, en la semifinal de este torneo que le enfrentó a Países Bajos y que acabó con victoria local por 3-0.

Aquel día, el partido se disputó en jornada laboral, en horario nocturno (21.00 horas) y con unas previsiones meteorológicas desfavorables de lluvia y frío, pese a lo cual acudieron al estadio sevillano esos cerca de veintidós mil espectadores.

Para esta cita se confiaba en que se batieran los números, al tratarse de la final del torneo y que coincidía con el hecho de que es festivo en la región por celebrarse el Día de Andalucía, que las previsiones meteorológicas eran buenas y que el partido se ha programado dos horas antes que el anterior (19.00).

La Cartuja fue el escenario que finalmente acogió el España-Países Bajos, que en principio tenía como sede el Nuevo Mirandilla, pero el pasado 7 de febrero se anunció por parte de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que las actuales campeonas del mundo jugarían en Sevilla ante las neerlandesas debido a un desacuerdo con el Cádiz para que se disputase en ese estadio, al tener que afrontar el equipo amarillo en menos de 48 horas su partido de LaLiga ante el Celta.

La RFEF sí tenía asignado desde el principio este escenario para el segundo partido de la selección en la 'Final entre Cuatro' de esta primera edición de la Liga de Naciones Femenina, aunque con la incógnita de si sería para disputar la final o el encuentro para el tercer y cuarto puesto.