Mariana Romero, de superar tres lesiones graves a liderar el ránking de ensayos de la Liga Iberdrola

DEPORTES

Marcos Miguez

«Tras lesionarme el hombro por segunda vez, en el hospital Quirón me dijeron que tenía que dejar el rugbi», comentó la jugadora del CRAT

23 mar 2024 . Actualizado a las 04:29 h.

El CRAT está cuajando una temporada histórica con opciones reales de lograr un doblete de liga y copa que supondría un hito para el conjunto coruñés. Buena parte de este éxito se cimenta en la centro Mariana Romero (Vargas, 1995). La latinoamericana se ha convertido en el pilar de las herculinas tras un par de temporadas alejada del máximo nivel, debido a una concatenación de graves lesiones que la apartaron de los terrenos de juegos.

Una lesión de ligamento cruzado en su rodilla derecha y dos desgarros en el labrum de su hombro izquierdo obligaron a la vinotinto a tomarse un largo período de baja de dos años e incluso plantear una retirada del deporte.

Esta fatídica sucesión comenzó en la temporada 2020-21 con la afección en su rodilla izquierda. «En el calentamiento previo a un partido con el CRAT hice un gesto durante uno de los últimos ejercicios y noté un crujido. Caí al suelo y sentí al instante que algo no iba bien», expresó la jugadora. Sin embargo, no se iba a rendir y como ella misma proclama: «A mí me tienen que sacar en camilla». Trató de disputar el partido con normalidad. «Lo intenté, me probé de todas las formas posibles. Cuando llegué al vestuario me vendaron la pierna e intenté seguir como si nada. Sabía que algo iba mal y, por desgracia no pude jugar», expresó.

Ahí comenzó un largo proceso de recuperación por más de medio año. Romero fue tratada por el traumatólogo Rafael Arriaza de su rotura de cruzado.

«Tiene una musculatura privilegiada que la hace una jugadora extraordinaria»

En pleno proceso de recuperación, la centro venezolana sufrió un nuevo revés. «Hacía tiempo que sentía que mi hombro no estaba bien. En ocasiones se me dormía o me daba mucho dolor pero el fisioterapeuta me decía que era una tendinitis. Así aguanté hasta que un día sonó ‘crac'», comentó.

Las pruebas realizadas confirmaron una lesión en el labrum del hombro que afectó a la movilidad de la articulación, haciéndola muy inestable. «Es una de las lesiones más bestias que recuerdo por el sitio donde se desgarró. Era un rotura de 360 grados», comentó al respecto de Arriaza.

Esa nueva complicación no menguó el ánimo de Romero que siguió apoyando a sus compañeras en todo momento. «Iba a todos los viajes y entrenamientos. Daba igual si estaba en muletas o con cabestrillo. Yo ayudaba en todo lo que el club necesitara», expresó.

Tras más de un año fuera de los terrenos de juego, la venezolana hizo su reaparición a finales del 2021. Un redebut que se vio frustrado a los pocos encuentros tras una entrada dura en un partido en Sevilla. «Me hicieron un placaje muy feo y caí con el hombro lesionado. Se me salió de nuevo y estuve cuatro horas con él descolocado», comentó.

Este nuevo contratiempo provocó una difícil tesitura. Retirarse u operarse a riesgo de no quedar bien. «Tras lesionarme el hombro de nuevo, en el hospital Quirón me dijeron que tenía que dejar el rugbi», recuerda. Sin embargo, la jugadora volvió a ser tratada por Arriaza, con la esperanza de recuperarse como así fue. «Tiene una musculatura privilegiada que la hace una jugadora extraordinaria. Se ha recuperado fantástico», comentó el traumatólogo.

Esta temporada, la venezolana está rindiendo como nunca. Romero, con sus ocho ensayos, está siendo clave de los buenos resultados del CRAT a lo largo de todo el curso. La jugadora lidera esta faceta anotadora, empatada con la ala de El Salvador Tecla Masoko. Además de su gran producción ofensiva, Romero ha sido seleccionada como la mejor jugadora de la jornada 3 de la Liga Iberdrola.

«Es imprescindible tener a alguien como ella en el vestuario»

Mariana Romero encontró de la mano del rugbi su particular terapia para poder afrontar sus dos años de inactividad. «Yo me había propuesto volver más fuerte de lo que me había ido. Obviamente tenía miedo de no volver a ser lo que era porque venía de muy buenas temporadas. El club en eso me arropó muchísimo. Este grupo de jugadoras es fantástico», expresó.

Su entrenador Pablo Artime destaca la importancia de Romero como bastión de la entidad coruñesa: «Es imprescindible contar con alguien como ella en el vestuario. Tiene un carácter afable, dirigiendo y liderando con el ejemplo. Hace de enlace entre el cuerpo técnico y las jugadoras y es importante para nosotros», destaca el preparador.

En el terreno de juego, su poderío físico es algo que llama la atención en primera instancia, aunque su entrenador destaca «su capacidad de evitar irse al suelo y su agilidad para hacer cambios de dirección constante» como puntos fuertes de Romero.

Trabajo en la base

Su labor como atleta va más allá del vestuario. La venezolana actualmente es entrenadora de las categorías de base del CRAT y la selección gallega sub-16 y sub18. Una condición que ella valora como una forma de seguir creando cantera y transmitir los valores que el deporte le ha enseñado a lo largo de todos estos años, aun siendo consciente de las dificultades que atañe a la hora de captar a jóvenes.