El equipo milagro no encuentra techo

Ignacio Meitín Buján
I. MEITÍN BUJÁN LUGO / LA VOZ

DEPORTES

La plantilla del club chairego posa para La Voz en la carballeira del centro de Castro de Ribeiras de Lea
La plantilla del club chairego posa para La Voz en la carballeira del centro de Castro de Ribeiras de Lea ALBERTO LÓPEZ

El FSF Castro, de una parroquia de unos 1.500 vecinos, tiene casi zanjada la permanencia en su estreno en la élite y disputará la Copa de la Reina

09 abr 2024 . Actualizado a las 11:23 h.

«Isto require moita dedicación e moitas horas sen durmir». Esto decía la presidenta del FSF Castro al término del curso pasado atónita por lo que acababan de conseguir. Le costaba asimilar que el club que había fundado en el 2014 a modo de pasatiempo se hacía sitio entre los mejores del país. «Estamos a vivir un sono», asegura Carmen Tojo (Outeiro de Rei, 1994) casi un año después, esta vez perpleja por la solvencia para mantener a Castro de Ribeiras de Lea, una parroquia de apenas 1.500 vecinos en el municipio lucense de Castro de Rei, de unos 5.000, como destino en la mejor liga de Europa de fútbol sala femenino. Pese a su condición de novato, el conjunto de A Terra Chá tiene prácticamente hecha su permanencia con seis jornadas todavía por delante.

Pero el mérito de esta entidad no acaba ahí. También fue capaz de sellar un billete para la fase final de la Copa de la Reina, en la que mitigará el resquemor por la eliminación en las semifinales de la Copa Galicia. En el esperado acontecimiento de este próximo fin de semana en Alhaurín de la Torre (Málaga), las lucenses se medirán al Alcantarilla murciano —el viernes a las 16.00 horas— en los cuartos de final de un torneo en el que el Pescados Rubén Burela y el Futsi Navalcarnero, las dos grandes potencias del país, son los máximos candidatos al título con el Alcorcón, el Móstoles y el Melilla como principales alternativas. «Estar aí, con esos pedazos clubes, é outro premio para nós, así que o obxectivo é disfrutalo e a ver ata onde podemos chegar», indica Carmen Tojo, satisfecha por haber superado los 700 socios con el ascenso a Primera División y que cambia el gesto cuando se le pregunta por el tema económico. «É moi difícil resistir nun pobo tan pequeno como este, pero a gran sorte que temos é que a xente está volcada, non hai más que ver as bancadas en cada partido, e as administracións también nos apoian, e este ano máis. Ascendimos cun presuposto duns 120.000 euros e agora temos arredor de 150.000», señala Tojo, que encabeza una directiva integrada por siete personas.

A diferencia de otros equipos, en la plantilla no hay problemas de comunicación. Conviven seis jugadoras de habla gallega —Raquel Rodríguez, Antía Martínez, Patri Corral, Vero Abelleira y las porteras Area Loureiro y Lucía Paz—, cinco de habla portuguesa —Jenny Santos, Jeni Souza, Luisa Mayara, Dani Souza y Tete— y una argentina —Anita Ontiveros—. Sus domicilios se reparten entre Castro de Ribeiras de Lea y Lugo capital, y de entre todas, solo la meta Area y Antía son lucenses y tienen el honor de haber vivido de manera completa la heroica y dulce travesía del equipo desde la Liga Provincial hasta la máxima categoría.

El Burela como espejo para seguir sumando hitos

Al frente del grupo está un viejo lobo de los banquillos gallegos. José Carlos, Chipi, Martín (Vigo, 1975), con experiencia en equipos como el Santiago Futsal, el Viaxes Amarelle y el Ourense Envialia, tiene buena parte de culpa en la época de ensueño que está viviendo el Castro. «Dirigir a un equipo de un pequeño pueblo tiene cosas positiva y negativas. Estoy feliz porque desde el primer momento aquí tenían muy claro el proyecto, confiaron mucho en mí y esperaron hasta el último momento. Cuando llegas a un sitio y te dan las llaves del pabellón y de dejan trabajar... Eso es una suerte. La directiva y yo vamos muy de la mano, nos entendemos bien y así todo es mucho más fácil», señala el técnico, que viaja casi a diario desde Betanzos hasta Castro de Ribeiras de Lea para poner a punto a sus pupilas. «No es tanto, una hora entre ida y vuelta», precisa.

Pero más que la buena sintonía que mantienen el cuerpo técnico y el equipo directivo, para Chipi Martín la verdadera clave del éxito es otra. «Hemos tenido la suerte de confeccionar una plantilla muy chula tanto a nivel deportivo como humano. Me atrevería a decir que en el aspecto humano es el mejor grupo que he dirigido. El ambiente es muy sano», destaca.

Ascenso, permanencia y fase final de la Copa de la Reina. ¿Puede llegar más lejos este equipo? Su entrenador tiene claro que sí y pone como espejo al Pescados Rubén-Burela, el otro equipo lucense en la élite. «Si mantenemos la ilusión y la pasión por lo que hacemos, no tenemos techo. Tenemos aquí al lado un buen ejemplo y al que debemos copiar, que es el Pescados Rubén Burela. Empezó despacio y ahora son una referencia a nivel europeo y mundial. En nuestro caso, ahora mismo no podemos correr más de los que debemos ni pensar en retos económicos a los que no podemos llegar», sentencia.