Qué fue el «juicio del siglo» y por qué O.J. Simpson siempre fue sospechoso del asesinato de su mujer

G.V. REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

O.J. Simpson, en 1995 durante el juicio
O.J. Simpson, en 1995 durante el juicio REUTERS

La estrella del fútbol americano fallecía este jueves a los 76 años tras una vida de polémicas judiciales

12 abr 2024 . Actualizado a las 14:13 h.

La muerte de O.J. Simpson este jueves a los 76 años deja un recuerdo amargo y dividido. Primero, por haber sido una leyenda del fútbol americano, pero sobre todo por haber protagonizado el juicio del siglo por el asesinato de su exesposa, Nicole Brown Simpson, y el camarero Ron Goldman, en 1995.

En el apartado deportivo, Orenthal James Simpson fue uno de los personajes más populares de finales de los sesenta y la década de los setenta. Ganó el Trofeo Heisman como mejor jugador de fútbol universitario y tras una gran carrera en la NFL con los Buffalo Bills y los San Francisco 49ers, ingresó en el salón de la fama. Su trayectoria le permitió incluso dar el salto a Hollywood participando en El hombre del Klan o en la saga Agárralo como puedas, con Leslie Nielsen.

Al margen del deporte y del espectáculo, si por algo será recordado es por el mediático proceso que le sentó en el banquillo de los acusados.

Los hechos

O.J. Simpson se casó con Nicole Brown en 1985. Un matrimonio de siete años con terribles conflictos. El running back fue denunciado en varias ocasiones por violencia de género y llegó a ser detenido.

Tras dos años divorciados, el 12 de junio de 1994 la policía encontró los cuerpos sin vida de Nicole Brown y Ronald Goldman en la casa de Los Ángeles en la que ella residía. En el interior de la vivienda se encontraban los dos hijos que ella tuvo con Simpson, de 6 y 9 años. Las autoridades no tuvieron duda de que era el escenario de un crimen: las víctimas habían sido cosidas a puñaladas y degolladas. La violencia empleada puso el foco en O.J. Simpson, tanto que la policía le imputó a los pocos días. 

El deportista se rodeó de los mejores para defenderse y contrató a los más reputados abogados, entre ellos el fallecido Robert George Kardashian, padre del clan de celebrities.

Los investigadores mantuvieron que su ADN esaba en la escena del crimen y que en su casa se encontró un guante cubierto de sangre que era pareja de otro encontrado en la vivienda donde tuvieron lugar los hechos. En uno de sus coches también había restos.

O.J. Simpson no estuvo presente en el registro policial en su casa y sus representantes legales aseguraron que el jugador había desaparecido por lo que se decretó su busca y captura.

Lo que pasó a continuación fue digno de una película de acción. Las autoridades comunicaron en rueda de prensa que el jugador era un fugitivo y pedían la colaboración ciudadana. Sus abogados, a su vez, hicieron públicos unos escritos de Simpson en los que aseguraba que era inocente y en los que daba a entender que, en su huída, tenía intención de quitarse la vida. 

La persecución

El llamamiento a la ciudadanía surtió efecto y el 17 de junio la policía localizaba el coche de Simpson circulando por la autopista interestatal 405. En su camioneta Ford Bronco blanca viajaban el jugador y uno de sus mejores amigos. La policía aseguró que Simpson estaba apuntando a su colega con una pistola. Ahí comenzaba una persecución a baja velocidad que se prolongó durante una hora por Los Ángeles y que fue retransimitida por los principales canales de televisión alcanzando una audiencia de 95 millones de espectadores. El interés era de tal nivel que se interrumpió la narración de la final de la NBA.

Simpson acabó regresando a su casa y se entregó tras una negociación con los agentes.

El proceso

El juicio, que duró nueve meses, se convirtió en otro espectáculo televisivo y desató un enorme debate sobre el racismo en la sociedad estadounidense. 150 millones de personas siguieron un proceso con 150 testigos. Dos mil periodistas llegaron a cubrir lo que pasaba en la sala minuto a minuto. 

La Fiscalía tenía claro que Simpson era el autor de los hechos, que se habían desencadenado tras un ataque de celos. Las pruebas también apuntaban hacia el excorredor: en la escena del crimen se halló no solo el famoso guante, sino sangre y cabello que le vinculaban con el asesinato.

La foto que dio la vuelta al mundo se captó cuando la Fiscalía le pidió a Simpson en plena sala que se enfundara los guantes encontrados en su domicilio y el de su exmujer. Unos guantes que le quedaban pequeños. De ahí aquella frase de los abogados del jugador al jurado: «Si no ajustan, deben absolverlo».

El recordado momento en el que enseña las manos
El recordado momento en el que enseña las manos Sam Mircovich | REUTERS

La polémica sentencia

Un año después, en octubre de 1995, se dictó sentencia. El veredicto fue seguido por televisión a nivel de todo el proceso. O.J. Simpson fue declarado inocende de doble homicidio, lo que puso el foco de las críticas en el sistema judicial y policial de los Estados Unidos. La polémica fue de semejante nivel que hasta el entonces presidente del país, Bill Clinton, tuvo que defender al sistema: «El jurado ha considerado las pruebas y rendido su veredicto. Nuestro sistema judicial requiere respeto hacia su decisión».

Esa absolución no le dio para nada la tranquilidad porque para sobre Simpson siempre ha sobrevolado que realmente sí cometió los crímenes.

En realidad, aquel gran proceso tampoco fue el final definitivo: el padre de Ron Goldman no se rindió e inició un juicio civil dos años después que sí determinó que era culpable y que debía indemnizar a ambas familias con más de 33 millones de dólares, pero nunca llegó a pagar al completo.

Lo más curioso de la trayectoria de la estrella de la NFL fue que sí entró en prisión, pero no por este caso de doble asesinato. En septiembre del 2007, fue arrestado en La Vegas juntos a otros cincos hombres acusado de doce delitos de robo a mano armada, coacción y secuestros. Un año después fue condenado a 33 años de prisión, que cumplió hasta que en el 2017 salió en libertad. 

Una serie de actualidad

Las serie que narra su historia ha vuelto a coger elevancia tras su fallecimiento. La producción de Ryan Murphy American Crime Story le dedica una temporada, The People v. O.J. Simpson, disponible en Disney +. Una narración que cuenta el proceso desde el punto de vista de los abogados del exdeportista y las estrategias utilizadas. Diez episodios que cuentan el caso con todo lujo de detalles, que deja de lado el factor racial tan mencionado durante el proceso. 

El propio deportista le dio alas a la polémica años antes. En el 2006 publicó un libro titulado «If I Did it» -«Si lo hubiera hecho»- en el que narra cómo habría cometido los crímenes en el caso de que hubiese tenido algo que ver.