La presión alta, la defensa sin goles, Cucurella, Fabián y los extremos, factores que han hecho progresar al combinado
21 jun 2024 . Actualizado a las 17:48 h.Una frase de Luciano Spalletti, el seleccionador de Italia de locución pausada y cadenciosa, sentenció la noche en el Veltins Arena de Gelsenkirchen: «Llevan años practicando un fútbol de gran nivel. Todos queremos jugar como ellos». Es una manera de justificar el desastre de su equipo y de ensalzar a la selección española, brillante campeona del grupo B, ya clasificada para los octavos de final como primera de grupo a falta de un partido ante Albania y a la espera de un rival, que será un tercero con sede en Colonia el 30 de junio.
España es el equipo más luminoso de la Eurocopa, que ha cumplido una semana de vida y en la que solo la contundencia de Alemania se puede equiparar al fútbol desplegado por la selección ante Italia. Una noche que rozó la perfección en la primera parte y en la que intervinieron diversos factores.
La presión alta
Es el término en español que de alguna manera popularizó Jürgen Klopp en sus equipos bajo la terminología gegenpressing. Significa contrapresión. Consiste en que no solo el equipo de De la Fuente presiona a su oponente, sino que lo hace nada más perder la pelota y en el terreno ajeno.
Esto requiere que los jugadores de la línea de ataque se comprometan a correr mucho, a tapar los huecos y cerrar el pase a los defensores contrarios para forzar su error cuando tratan de jugar la pelota. En particular Morata realiza un trabajo denodado y laborioso, más allá de su función de intentar marcar goles. Lamine y Nico Williams ayudan, aunque no son especialistas.
«La presión alta es la clave de nuestro juego», admitió después del encuentro ante Italia Nico Williams. Las recuperaciones de España en campo contrario generaron numerosas ocasiones de gol.
Portería a cero
El primer mandamiento para ganar un partido es no recibir goles. Con su estrategia de posesión del balón y de presionar al rival en su campo, la selección consiguió mantener imbatido a Unai Simón. Ante Croacia, el asunto se torció en la segunda mitad después de un primer acto estupendo y los balcánicos rondaron el gol en numerosas opciones: de tiro lejano, entrando por la izquierda con Gvardiol, los remates de Kramaric. Pero Italia apenas se aproximó a una ocasión de anotar.
«Ha sido el mejor partido de los 17 que he dirigido —confesó Luis de la Fuente—. También por el marco que es la Eurocopa, por la repercusión, ha sido el más completo. Además del físico, también ha sido cuestión de técnica y táctica, en todos los apartados hemos sido superiores». Fabián Junto a Nico Williams, es el jugador de la Eurocopa en España. Su enorme prestación en los dos primeros encuentros lo ha catapultado a condición de indiscutible a ojos del aficionado, que no para De la Fuente, quien ya lo adiestró en las categorías inferiores de las selecciones españolas.
El entrenador riojano realizó una encendida defensa del producto propio después de que el centrocampista del PSG fuese nombrado mejor jugador del partido (MVP) ante Croacia. «Si se llamara de otra manera en vez de Fabián, sería mucho más reconocido». Es la llamada a la autoestima, la confianza en lo autóctono. «A veces los españoles nos deberíamos querer más y estar más orgullosos de lo que somos», dijo el técnico en la previa del debut ante Croacia.
Fabián planeó por el centro del campo con una solvencia apabullante. Aporta físico, técnica, último pase (el gol de Morata ante los croatas), llegada y abarca muchísimo campo. Está destacando por encima de Rodri, quien se proyectaba como el eje nuclear de la selección antes del torneo.
Cucurella
La sorpresa de España en una demarcación que, en el origen de la teoría, era propiedad del valencianista Gayá, quien volvió a perderse por lesión un gran torneo después de quedar apartado del Mundial de Catar por el mismo motivo. Grimaldo parecía en la rampa de salida y ha sido Cucurella el destinatario.
El defensa del Chelsea ejecutó ante Italia un partido impecable: 51 pases realizados sin fallo, 10 duelos ganados a los italianos en balones divididos, siete recuperaciones y cinco despejes. Ninguna vez fue regateado por un adversario. De no ser por la exhibición de Nico Williams, habría tenido posibilidades de ser elegido el hombre del partido.
«Estoy en un gran momento —comentó tras la victoria frente a los italianos—. Estos triunfos proporcionan una gran confianza. Tanto yo como el equipo estamos luchando todos los balones, lo estamos dando todo por la selección. Estamos orgullosos, pero no hemos logrado nada, queda un largo camino por delante».