Quién podría prever hace un par de semanas que el gran interés del tercer partido de España en la Eurocopa estaría en ver la respuesta de los no habituales, con el primer puesto del grupo y la clasificación para octavos en el bolsillo! Es lo que se ha ganado el equipo. En el estreno concedió más y no creó tanto ante Croacia, pero ganó 3-0. En la segunda cita minimizó a Italia, que apenas inquietó a Unai Simón y tuvo que contrarrestar incontables ocasiones de gol, de todo tipo. Paradójicamente, solo subió al marcador un tanto en propia meta.
Contra Albania el mayor interés estará en comprobar que la España ensamblada por Luis de la Fuente es un colectivo con muchos matices y hay curiosidad por ver cómo se comporta un once inicial que, previsiblemente, mantendrá el mismo esquema pero que estará integrado por jugadores de distinto corte. Sobre todo en el centro del campo.
Arriba, si el elegido es Joselu, no dejará de ser un ariete por otro. Son dos nueves de movilidad y remate. Pero si el mascarón de proa es para Oyarzabal, la cosa cambia. Sería una opción más parecida a la del falso nueve. Atrás, aunque cambien los actores tampoco cabe esperar una gran diferencia en la manera de comportarse.
Los hilos en el centro del campo son los que pueden variar la trama. Porque no hay fotocopias para Lamine Yamal y Nico Williams, dos tuneladoras en los costados. Ni para Rodrigo en el papel de bisagra entre el corte y la confección. Ni para la facilidad de Pedri en la suerte de tejer entre líneas. Ni para el sube y baja de Fabián.
El partido de la selección española ante Albania se presenta como una oportunidad de que el equipo exhiba su muestrario.