Kroos se disculpa con Pedri: «No era mi intención hacerte daño»

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

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Momento de la entrada de Kroos a Pedri
Momento de la entrada de Kroos a Pedri Kai Pfaffenbach | REUTERS

El jugador alemán le desea una «pronta recuperación y todo lo mejor»

06 jul 2024 . Actualizado a las 16:22 h.

Toni Kroos se disculpó por la patada que lesionó a Pedri y le provocó un esguince de rodilla que le puede apartar de la Eurocopa 2024, asegurando que no era su intención hacerle daño y deseándole «una pronta recuperación» y lo mejor en lo que queda de torneo.

«¡Lo siento y que se mejore pronto Pedri!», dijo Kroos en el final de una carta de despedida tras disputar el último partido de su carrera, citando al jugador de la selección española para que le salte el mensaje en su cuenta en Instagram y le llegue el mensaje, informa Efe.

«Lógicamente no era mi intención hacerte daño. Una pronta recuperación y todo lo mejor. Eres un gran jugador», le deseó Kroos a Pedri entre palabras de cariño. El centrocampista alemán cortó de forma brusca un contragolpe que iniciaba el jugador español a los 3 minutos y 30 segundos del partido, que provocó una lesión que le impidió seguir disputando los cuartos de final.

Toni Kroos, durante el partido ante España
Toni Kroos, durante el partido ante España Mathias Bergeld / Zuma Press / C | EUROPAPRESS

España jubila a Toni Kroos, que dice adiós al fútbol

Dueño de sus actos, el de Greifswald, que antepuso la gloria deportiva a los contratos multimillonarios, se retira con un palmarés inigualable y siendo el que más pases dio en el torneo

Isaac Asenjo

Siempre debe irse uno de los sitios cuando aún te pueden echar de menos. Y Toni Kroos (Greifswald, 1990) lo tenía bien claro cuando eligió días antes de levantar la Decimoquinta Copa de Europa con el Real Madrid, la sexta en su palmarés individual, el final de un cuento a un nivel altísimo, con un fútbol de quilates, y que terminó antes de lo deseado para el talentoso centrocampista germano, vestido en el Stuttgart Arena con la camiseta de la Mannschaft por última vez, ejerciendo casi de líbero y con el traje de tipo duro. Su último pase acabó en las manos de Unai Simón cuando Alemania, a la desesperada intentó igualar por segunda vez el duelo ante una España épica.

Dueño de sus actos, lo jubiló una selección española que rompió el maleficio que tenía de no haber ganado nunca al anfitrión en un Mundial o Eurocopa, y equipo que ya marcó uno de los finales de un tipo con el que mucha gente se lo ha pasado pipa cuando tenía el balón en sus pies. Él y Neuer eran por el bando de Alemania, los dos únicos supervivientes de aquella batalla en la que Carles Puyol voló por encima del resto para cabecear un balón como si no hubiera un mañana en la semifinal del Mundial del 2010 de Sudáfrica.

Un viaje de 14 años —832 partidos en la élite— que terminó el número 8 en los cuartos de final de una Eurocopa en la que ofreció sus últimos días en el fútbol, con un impacto inmenso e infinidad de pases. Muchos de ellos como antesala a la felicidad para los aficionados de los equipos que han visto vestir su elástica en los últimos tiempos, pero no ante el bloque de seguridad de Luis de la Fuente. Lo intentó con envíos teledirigidos a Kai Havertz, Niclas Füllkrug y Florian Wirtz, autor de la vida extra alemana gracias al tanto del empate que llevó el envite a la prórroga.

Un duelo con intensidad desmedida y marcaje de territorio desde el pitido inicial para quien en el minuto tres lesionó sin querer a Pedri, que se fue llorando, tras una dura entrada que lastimó su rodilla. Salió indemne gracias a que el colegiado inglés Anthony Taylor se hizo el sueco con el metrónomo alemán, que instantes después pisó en el tobillo a Lamine Yamal. Dos amarillas le perdonaron en seis minutos. No tuvo suerte de irse indemne de su último servicio. En la segunda mitad cuando tras comprar varios boletos para ello, el árbitro no pudo perdonarle un agarrón a Dani Olmo.

¿Y ahora qué? «Disfrutar de la vida», dijo que hará a partir de ya. Se lo han preguntado infinidad de veces. Tantas como ocasiones ha repartido pases a lo largo y ancho de los estadios donde ha mostrado el lenguaje que mejor maneja. En el Allianz Arena de Múnich frente Escocia, en Frankfurt ante Suiza, en el Signal Iduna Park de Dortmund contra Dinamarca, y en Stuttgart ante Hungría y España. Su equipo juega a una cosa con él y a otra si falta. Es el futbolista que más y mejor piensa colectivamente del torneo, y quien más pases ha dado en el campeonato, 102 por partido, con una precisión altísima, del 95,4% pese a los riesgos que asume en determinadas situaciones del campo (44 pases efectivos de 52 intentados desde larga distancia). Según las cuentas de la UEFA, es el jugador de la Eurocopa que menos pases da hacia atrás, solo el 4% de todos, y el que más veces consigue llevar el esférico al último tercio del campo contrario, algo más de 15 por partido. Hasta en 33 ocasiones sacó desde el córner el de la bahía de Greifswald en cinco duelos disputados. Sus botas blancas fueron el eje por el que giraron todos los engranajes de Julian Nagelsmann desde que el introvertido teutón decidió regresar el pasado mes de marzo a un combinado que abandonó en 2021 para centrar sus esfuerzos en el Madrid, alargando una carrera que parecía en el ocaso. Lo hizo de fábula porque en estas tres últimas campañas ha engordado un palmarés inigualable —34 títulos— y se va con la convicción de quien se sabe en lo más alto de su nivel de rendimiento. «Sé que lo echaré de menos, porque aún lo amo, pero prefiero elegir yo la fecha como he hecho en lugar de que lo hagan otros», pronunció hace días. No quería verse relegado al fondo del banquillo del Madrid ni mucho menos irse a ninguno de esos retiros dorados que posee el planeta fútbol en la actualidad. Lo demostró en innumerables ocasiones con sus críticas a los petrodólares de la liga de Arabia Saudí, país donde le pitaron los oídos en la Supercopa de España con intensos abucheos. «Al final, es una decisión de dinero contra fútbol», sentenció quien ha antepuesto la gloria deportiva a los contratos multimillonarios. Los que le conocen, siempre destacada su pasión por la familia. Junto a su legado deportivo, el poder estar junto a los suyos es el principal motivo de su temprana retirada del fútbol. Durante toda su estancia en Chamartín, siempre priorizó poder pasar el máximo tiempo con los suyos. El tiempo libre prefería dedicárselo a su mujer, Jessica, o a sus tres hijos: Leon, Amelie y Fin.