La redención de Daiki Hashimoto en los Juegos de París: oro por equipos en gimnasia artística

Iván Antelo REDACCIÓN

DEPORTES

Mike Blake | REUTERS

El capitán nipón y referente mundial, que había perdido el oro por equipos en Tokio, se rehízo de sus caídas para darle el oro a su país ante el desplome de China en la barra fija

30 jul 2024 . Actualizado a las 09:03 h.

Daiki Hashimoto (Narita, 2001) es el dominador de la gimnasia artística masculina en el último lustro. Desde el Mundial de Stuttgart 2019, en el que realizó su carta de presentación, había ganado (antes de llegar a París) trece medallas en las máximas competiciones internacionales (10 mundiales triple -campeón en el 2023- y 3 olímpicas -dos oros y una plata en Tokio 2020-). 

Pero Hashimoto no estaba bien. Algo fallaba en él. En la clasificación arrastró al equipo japonés a la segunda posición con sus fallos y en la final volvió a ser un lastre para sus compañeros en el arranque del campeonato. En una competición en la que nadie fallaba, él fue el primero en caerse en el caballo con arcos. Los nipones iban líderes tras la primera rotación, con un punto de ventaja sobre China, y tras la caída del genio de la gimnasia, pasó a ser tercera. Todo un revés teniendo en cuenta que Japón se había obsesionado en recuperar el trono olímpico perdido en casa, cuando Rusia se impuso se Tokio.

Mike Blake | REUTERS

Las anillas impulsaron a China. El impresionante 15,500 del señor de las anillas, Liu Yang; unido al 14.933 de Zou Jingyuan y el 14.833 de Zhang Boheng; pusieron al gigante asiático en ventaja tras la tercera rotación, el ecuador de la prueba (con 1,2 puntos de ventaja sobre Estados Unidos; 2,9 con Gran Bretaña; y 3,1 frente Ucrania y a Japón).

En la antepenúltima ronda, fueron Richard y Malone los que pusieron el pabellón a sus pies con dos magníficos ejercicios de barra fija (14,833 y 14,166 respectivamente); al igual que los ucranianos Oleg Verniaiev (15.000) e Illia Kovtun (15.433) en paralelas. Esto, unido a un pequeño fallo de China en salto, provocó que los europeos se situaran a solo cuatro décimas de los asiáticos, con Estados Unidos consolidando su tercera plaza (a 0,9).

China se agarró a las paralelas para encaminar el título de la mano de Zhang Boheng (15.100) y Zou Jingyuan (16,000); dejando claro a los demás que debían conformarse con la plata: Japón pasó a ser segunda (a 3,2), Estados Unidos tercera (a 3,9) y Ucrania cuarta (a 5,7).

O eso parecía, porque China falló inexplicablemente en barra fija y se desmoronó. Primero, por una pobre nota de 13,433; y luego con una doble caída de Su Weide (11,600) que los envió definitivamente a la lona. Japón vio ahí la oportunidad y no perdonó con Oka Shinnosuke (14.433), increíble durante todo el campeonato; y con Hashimoto (14,586), que consiguió redimirse en su gran especialidad. China se tuvo que conformar con la medalla de plata y Estados Unidos se llevó el bronce. Increíble final.

El gran dominador de la barra fija internacional se había quedado sin finales por aparatos

Hashimoto había tenido un sábado horrible en los Juegos de París, ya que además de lastrar a su equipo con sus caídas se quedó sin poder clasificarse para ninguna final por aparatos. Incluso, en la barra fija, en donde es el gran dominador (actual campeón mundial y olímpico).

Su único consuelo es ya la final del concurso completo de este miércoles (17.30 horas, La 1), adonde se clasificó con la sexta mejor nota (14,566), por detrás del británico Jake Jarman (15,166), el ucraniano Oleg Verniaiev (14,866), el checo Carlos Edriel Yulo (14,800) y los chinos Ruoteng Xiao (14,733) y Boheng Zhang (14,666).

Hashimoto deberá demostrar ahí que sigue siendo el referente de la gimnasia mundial.