Adrián Ben no tiene dobleces. Directo y sincero, ya antes de las series iniciales de la prueba de 800 metros se quejó de la «chafullada» del nuevo formato de competición. En París 2024 se redujeron las mangas, se eliminó la clasificación por tiempos, reduciéndola solo a los puestos directos, y se inventó una repesca para antes de las semifinales. No creía el fenomenal mediofondista de Viveiro en esa especie de segunda oportunidad, porque se cargaba el espíritu del atletismo clásico y, de paso, no primaba a los más rápidos de ninguna manera. La crueldad quiso que Adrián Ben clavase su predicción en sus propias carnes. Corrió en la serie más competitiva de todas, la única en la que su fenomenal registro de 1.45,03 no bastó para estar entre los tres mejores ni tampoco, con la nueva norma, poder acceder a las semifinales gracias al quinto mejor tiempo de los 48 atletas en liza. Ben respondió como suele al primer revés, consciente de que en París 2024 ningún atleta de la repesca superó luego la semifinal. Sin ninguna excusa y dispuesto a plantar batalla en la jornada de este jueves.
«Así es la vida, así es el deporte, y uno no siempre alcanza sus metas. El tratamiento de la frustración entra dentro de la mentalidad que debe tener un ganador», apuntó Ben, antes de rescatar una frase de Roger Federer en su reciente documental: «Punto pasado, hay que pensar en el siguiente para poder afrontarlo».
Ben se marca ahora el reto «ser el primer atleta que en estos Juegos llega a la final habiendo pasado por la repesca». «Es la primera vez desde el 2022 que no paso ronda directamente», para avisar a continuación. «No hay nada perdido. Prohibido rendirse».