Austin, nueva parada en la lucha entre Verstappen y Norris por el Mundial de fórmula 1

Coger vacaciones en pleno mes de octubre es algo al alcance de pocos, entre los que se cuentan los pilotos (y demás miembros) de la fórmula 1. Entre la cita de Singapur y la que se celebra este fin de semana en Austin, han pasado tres semanas que han venido bien para recargar pilas, actualizar objetivos y, en el caso de los mecánicos, insertar las últimas novedades que más que probablemente se implementen en esta temporada. El bacheado trazado del COTA medirá las oportunidades finales de varios equipos y pilotos en alcanzar sus objetivos.

Todas las miradas estarán puestas en la lucha que tienen Lando Norris y Max Verstappen. La diferencia de 52 puntos que hay entre ambos a falta de seis carreras para el final, de las cuales dos son con formato esprint (como este fin de semana) abren la puerta a un más que posible sorpasso si se mantiene la tónica vista desde el verano hasta ahora.

McLaren supo aprovechar ese castigo más o menos oculto que le impusieron a Red Bull con la prohibición de la frenada asimétrica, lo que ha hecho del RB20, en palabras del propio Verstappen, un «auténtico monstruo». El neerlandés ha ganado en Austin en los tres últimos años, incluido un título celebrado aquí, necesita que las nuevas piezas que va a llevar Red Bull funcionen como está previsto y que las de McLaren no lo hagan, o su cuarto título consecutivo se le escapará entre los dedos como si fuera arena.

No es solo McLaren el gran enemigo de Verstappen, que no gana desde el Gran Premio de España allá por junio. El neerlandés llegó a tener una ventaja de más de cien puntos sobre un Norris que, de contar con unas cabezas pensantes más preparadas para campeonar en el muro, ya estaría encabezando la clasificación o, al menos, mucho más cerca. Además del británico, Verstappen debe tener en cuenta que también tienen opciones Oscar Piastri, con el otro McLaren, George Russell y Lewis Hamilton con los Mercedes o los irregulares Charles Leclerc y Carlos Sainz, que bastante hacen con un Ferrari absolutamente ciclotímico.

Decoraciones especiales, un reestreno y muchas dudas

Más allá de lo que vaya a pasar por arriba, la parrilla va a estar llena de novedades. Empezando por innumerables decoraciones especiales, lo que irónicamente va a restar protagonismo a quienes las implementen. McLaren, Aston Martin, Haas (que lucirá por primera vez los logos de Toyota, cuya vuelta a la F1 como socio del equipo americano se ha confirmado en estos días) o Alpine (que promocionará el próximo videojuego de Indiana Jones) son algunos de los que van a llevar una piel distinta. Red Bull, que tenía ya diseñada una decoración conmemorativa, la desechó porque les aumentaba el peso y, por tanto, la competitividad. Así de ajustados están.

También habrá un nuevo integrante entre los 20 cómicos del gran circo. Más que nuevo, viejo conocido. Liam Lawson, que ya participó en varios grandes premios en 2023 como sustituto por lesión de Daniel Ricciardo, vuelve para tomar las riendas del Visa App RB de nuevo para suplir al australiano, esta vez de forma permanente. Las bajas prestaciones del carismático piloto aussie le han supuesto el despido. y de paso han puesto en alerta al más que dudoso Sergio Pérez, al que Helmut Marko está deseando firmarle el finiquito para el año que viene y subir en su lugar al citado Lawson, a Tsunoda o a quien sea.

Si en muchas partes de la parrilla hay dudas, en Aston Martin aún más. Las irregulares prestaciones del AMR24 hicieron que Fernando Alonso elevara la voz exigiendo novedades para este final de temporada, máxime cuando la estabilidad normativa permite que lo que se estrene ahora pueda servir para el año próximo. El asturiano confía en que su equipo responda hasta que Adrian Newey tome las riendas, pero nuevamente tendrá que salir a pista con un monoplaza que, con suerte, puede aspirar a rascar puntos por la parte baja del top 10 y gracias.

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