El británico saldrá primero en el esprint de este sábado en el GP de Catar, seguido de un competitivo Russell y de su compañero Piastri, con Sainz cuarto y Alonso undécimo
29 nov 2024 . Actualizado a las 20:38 h.Aunque es un tanto anticlimático, y no por disputarse de noche, el GP de Catar aún tiene mucho que decidir para las batallas que restan hasta que finalice de manera definitiva la temporada 2024 de Fórmula 1. Lando Norris es el primero en no querer que la llama se apague, tanto en cuanto su equipo está en plena lucha por ganar el título de constructores, un Mundial que reparte el premio monetario (y con ello, el presupuesto del 2025) entre los equipos.
Así, para él es vital ganar todo lo que reste e intentar frenar el envite de Ferrari, a los que de momento superaron tanto él como Oscar Piastri en la clasificación esprint de este viernes. Catar alberga el último gran premio con este formato del 2024, lo que permite a todos puntuar tanto sábado como domingo si son capaces. En este sentido, Carlos Sainz lo tendrá mucho mejor que Fernando Alonso, ya que el madrileño partirá en cuarta posición después de superar por muy poco a su compañero Charles Leclerc, aún picado con el madrileño desde el pasado domingo.
El asturiano y su Tractor Martin estuvieron cerca de volver al top 10 de una parrilla, aunque fuera de una carrera corta, pero se quedó a muy poco. Las condiciones del circuito de Losail tapan ligeramente las carencias del AMR24, un coche ya abandonado y que están deseando mandar al museo.
Con menos tiempo que el de una Q1 normal, como ya pasó en las ediciones anteriores de este mismo gran premio, la notable mejoría de la pista conforme avanzaba la sesión nocturna propició sorpresas relativas, como ver a Fernando Alonso, Valtteri Bottas y Lance Stroll octavo, noveno y décimo, respectivamente, porque supieron esperar su momento.
Lo que no sorprende ya hace mucho es ver a Lando Norris con el mejor tiempo, con el reciente tetracampeón cuarto. Y tampoco otro ridículo de Sergio Pérez. El mexicano cayó a las primeras de cambio (junto a Yuki Tsunoda, Esteban Ocon, Guanyu Zhou y Franco Colapinto), demostrando que ni está ni se le espera. Ni siquiera correr ya sin presión, porque ya se ha encargado de destrozar las opciones de Red Bull en el campeonato de marcas, le libran de abochornar a fans e incluso a detractores, que sienten vergüenza ajena al verle cada fin de semana. Si en otros circuitos cayó por falta de competitividad pura, en este fue por no salir cuando debía. Entre las sorpresas relativas, el buen rendimiento de los Mercedes en un circuito tan distinto al de Las Vegas.
Alonso roza el pase de oro
Solo 40 milésimas privaron a Fernando Alonso de superar las primeras expectativas de este fin de semana. El asturiano no pasó a la SQ3 por ese suspiro, cuando fue superado por Pierre Gasly en los instantes finales de la SQ2 y le mandó a la dolorosa undécima plaza. Tampoco habría logrado una posición mucho más alta en la siguiente tanda, pero le hubiera agradado darse el gustazo por si acaso es su última oportunidad de este año.
El más rápido fue, de nuevo, Lando Norris. El británico estuvo todo este viernes brillante, y aunque ya no se juega nada en lo personal sí está en condiciones de apuntalar el campeonato de constructores para McLaren, como un consuelo que podría parecer escaso pero ni mucho menos lo considera así su equipo.
Norris no especula
Sin presión, porque ya tiene el subcampeonato prácticamente hecho, Norris sumó la minipole de este último gran premio al esprint del 2024 y apunta a la victoria este sábado, toda vez que ahora ya es tarde. Tendrá que luchar con George Russell, muy fuerte este viernes, que se quedó a poco más de media décima de su crono y que impidió la primera fila de McLaren, ya que Piastri se conformó con el tercero.
Carlos Sainz, esta vez sin polémicas ni presiones, superó a un impotente Charles Leclerc, que no faltó a su cita con las quejas por radio, esta vez contra un rival y no contra su compañero. Max Verstappen, ya de paseo hasta la semana que viene, saldrá en una cómoda sexta plaza que le permitirá puntuar, si aún quiere, o podrá dejarse ir. Él, a diferencia de otros, ya tiene el trabajo hecho.