El Atleti se impulsa en la montaña rusa

José Manuel Andrés COLPISA

DEPORTES

Quique García | EFE

El equipo colchonero cierra el año líder, por encima del Madrid, tras el desplome del Barça, que comenzó lanzado de la mano del estratega Flick

23 dic 2024 . Actualizado a las 20:33 h.

La Liga es muy larga, ya lo dice el tópico futbolero referido al campeonato de la regularidad. La primera mitad de esta campaña 2024-25 está haciendo honor a esta máxima, pues el Barça, que comenzó el curso como un tiro de la mano del estratega Hansi Flick, ha ido cediendo terreno frente a las remontadas del Atlético, líder navideño tras doce triunfos consecutivos, siete de ellos ligueros, y el Real Madrid, de menos a más en la pugna por el cetro liguero a medida que ha ido desplegando el potencial de sus estrellas de ataque y solventado con apuros sus grietas defensivas, agravadas por las lesiones.

Como si de una montaña rusa se tratase, una Liga que comenzó bajo el favoritismo incuestionable de un Real Madrid campeón y reforzado por el talento de Mbappé, y la aspiración del Atlético más activo en el mercado, se convirtió pronto en un recital absolutamente imprevisible de un Barça reactivado por la pizarra de Flick. Llamado a enmendar los desatinos tácticos de la era Xavi, el alemán recuperó para la causa a jugadores como Lewandowski, Raphinha o Iñigo Martínez, apostó con valentía por el empuje de la base azulgrana y convirtió a un conjunto apático en una máquina engrasada a la hora de ejecutar la presión en campo contrario y dejar al rival en fuera de juego con una precisa defensa adelantada.

Mientras el nuevo Madrid galáctico acumulaba pinchazos en escenarios asequibles como el Mallorca y el Las Palmas, y el Atlético se veía lastrado por cuatro empates en las ocho primeras jornadas, el nuevo Barça de Flick encadenaba triunfo tras triunfo impulsado por la versión superlativa de Lamine Yamal, los goles de Lewandowski y Raphinha y el descaro de canteranos convertidos en pilares como Cubarsí o Casadó.

Ni siquiera la grave lesión de Ter Stegen, indiscutible guardián de la portería azulgrana, alteró la hoja de ruta de Flick, que a pesar del fichaje del polaco Szczesny le dio la alternativa a Iñaki Peña. El golpe encima de la mesa culé llegó en la jornada 11, cuando goleó al Real Madrid en el Santiago Bernabéu (0-4), en un doloroso clásico para la parroquia de Chamartín.

Tras aquella significativa undécima fecha del campeonato liguero, en la que el Atlético cayó ante el Betis en el Villamarín y tocó fondo, el Barça era primero con seis puntos de ventaja sobre el Madrid, segundo, y hasta diez en relación al equipo de Simeone, cuarto.

Semejante renta había logrado dar la vuelta a los pronósticos iniciales en la pelea por el título de Liga, hasta situar en cabeza al equipo azulgrana. Cundió la duda sobre el libreto de Simeone para gestionar más recursos que nunca y la proverbial mano izquierda de Ancelotti en un vestuario blanco repleto de egos.

Al contrario de lo que parecía lógico en aquel momento, ahí se produjo el punto de inflexión, el momento preciso en el que las tendencias de la montaña rusa liguera se invirtieron para situar al alza los vagones del Atlético y el Real Madrid, y poner en descenso el del Barça. Desde entonces el equipo del Cholo Simeone suma sus siete duelos ligueros por victorias y el Madrid solo cayó en la visita al Athletic en San Mamés, adelantada entre semana por la disputa en enero de la Supercopa de España.

Tres derrotas seguidas en casa hundieron a los azulgranas

Tras tomar a lo grande el Bernabéu, el Barcelona solventó su siguiente compromiso en el derbi catalán frente al Espanyol en Montjuich y se atascó a partir de entonces, con dos puntos de 18 posibles si se tiene en cuenta el orden normal de las jornadas, pues la goleada al Mallorca en Son Moix correspondió a un encuentro adelantado por la Supercopa. Hasta tres derrotas consecutivas en el Lluís Companys, donde a un equipo azulgrana carente de puntería le ganaron Las Palmas, Leganés y Atlético, han hecho saltar las alarmas. Con un partido más que sus dos grandes rivales por la Liga, el Barça se sitúa a tres puntos del Atlético y dos del Real Madrid.

El Athletic Club, el agazapado

El Barça incluso debe prestar atención al retrovisor, donde ya aparece con nitidez el lanzado Athletic Club. El campeón de Copa, al que el equipo de Flick se medirá en las semifinales de la Supercopa, esta a solo dos puntos del que ha sido líder durante buena parte del campeonato después de sumar 16 de los últimos 18 puntos a su alcance. El equipo de Valverde se ha mostrado con una solidez intachable y se presenta agazapado entre los tres grandes.

Así las cosas, más allá de lo numérico y el evidente bajón de producción ofensiva azulgrana, en Can Barça todavía se pueden extraer conclusiones positivas respecto al juego de un equipo en el que Pedri brilló ante el Atlético y que en buena parte de sus pinchazos tuvo opciones de evitar el tropiezo en caso de haber dispuesto de puntería.

Pese a la dificultad del equipo para mantener el despliegue físico que requiere la propuesta de Flick, en la zona noble se mantiene la confianza en el preparador germano. «Fe ciega», aseguró Joan Laporta, que esta vez aplica la paciencia con una apuesta personal. Es consciente el mandatario de que en la montaña rusa de la Liga, las tendencias pueden volver a invertirse en cualquier momento, animando una apasionante pelea por el campeonato que como mínimo apunta a tres bandas hasta el final.