El pádel gallego entra en ebullición

DEPORTES

ALBERTO LÓPEZ

El número de licencias bate el récord histórico que había logrado durante la pandemia y la demanda de participantes obliga a ampliar la liga autonómica

09 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En el 2012, Galicia contaba con 510 licencias de pádel. En el 2016 eran 915. Un año después había estallado el primer bum. El registró se disparó hasta las 5.707. Unas cifras que se mantuvieron regulares hasta que la pandemia del covid produjo el segundo bum. De las 5.268 inscritas en el 2020, pasó a las 9.226 un año después. Un 75 % más. Un incremento notablemente superior al del conjunto del estado. En España, la pandemia llevó las licencias de las 75.548 a las 96.872. La subida fue del 28 %. «La pandemia fue un punto de inflexión brutal», reconoce Vanesa Alonso, uno de los baluartes del pádel gallego. Tiene a sus espaldas un Campeonato del Mundo, dirige la escuela Coruña Sport Center y, tras retirarse de la alta competición internacional, es la vigente campeona gallega. Ese dato de licencias, registrado en el 2021, suponía hasta este ejercicio el récord en Galicia. En este curso se ha pulverizado, alcanzando la barrera de las 10.000. Un hito para este deporte.

«La liga gallega masculina ha pasado este año a tener cinco divisiones, por cuatro que alcanzó la femenina la temporada pasada. La demanda no ha dejado de incrementarse», destaca Pío Otero, exjugador profesional durante 15 años, que ejerce actualmente como técnico y director deportivo en la Federación Gallega de Pádel. Hace dos años se inscribieron en la liga gallega 386 equipos. En esta temporada, que se inició hace un par de fines de semana, hay apuntados 460. «Optamos por hacer más categorías con menos grupos en cada una. El año pasado en la cuarta categoría teníamos once grupos y había niveles muy dispares». En la quinta categoría masculina este año hay siete grupos. La cuarta y la tercera tienen cuatro cada una. La segunda, dos. Y en la máxima división hay un solo grupo. «De esta forma intentamos igualar la competición para darle mayor atractivo», sostiene Otero.

«Aquí no damos abasto»

«Estamos en un momento increíble para el pádel en Galicia. La gente no para de llamar a la escuela para pedir clases. Ahora mismo somos sold out, tenemos una lista de espera brutal. Somos siete monitores y no damos abasto. Nosotros no estamos haciendo ninguna campaña para captar gente, ahora mismo no tenemos ninguna necesidad, no podemos atender la demanda», admite Vanesa Alonso.

«Ha subido mucho el número de niños. Hasta hace bien poco teníamos cuatro o cinco torneos de niños federados por temporada y este último acabamos en doce. Antes ibas a uno y estaban inscritas entre 30 y 35 parejas, que competían en varias categorías. En el último que estuve fueron 70 y tenían restringida la participación a una sola. Hicimos también el primer torneo de niños por equipos», cuenta Otero.

«El número de niños ha subido muchísimo», avala Alonso, que también ha percibido un incremento en la demanda de mujeres. «Cada vez se animan más chicas a venir a clase y se van apuntando a la liga. Lo que les cuesta más es apuntarse a los torneos, no estamos dando con la tecla de por qué», cuenta Alonso.

«Este deporte cambió mucho»

«Desde que empecé, el pádel ha cambiado muchísimo, también en la manera de practicarlo. Ahora la gente que se dedica de forma profesional lo hace con su fisio, con su psicólogo. Yo viajaba sin entrenador e iba al fisio cada dos meses», cuenta la deportista, que dejó el circuito profesional a comienzos de esta década. «Se acabó el World Padel Tour —llegó a alcanzar el puesto 23— y para mí el calendario de Premier es incompatible con mi trabajo y mi familia. Antes me pasaba fuera dos o tres días al mes, ahora están dos semanas. Yo no tengo el presupuesto para asumir eso. No me lo puedo permitir, ni personalmente ni laboralmente. En los últimos tres o cuatro años se ha notado una evolución enorme. Ahora se hacen algunos contratos en el alto nivel que parecen de jugadores de fútbol», concluye Vanesa.

Iago Fuertes, un campeón de Europa infantil que llega al circuito profesional

JOSE PARDO

En el calendario vital de Iago Fuertes Leonardo (Narón, 2010) está bien marcado el 13 de febrero. Ese día cumplirá 15 años. «Ya podré tener licencia y jugar el circuito profesional de pádel». Iago verá realizarse así un sueño que empezó a tejerse hace una década en la casa familiar de Cedeira. Su padre, Pablo, jugaba pachangas con los amigos. Nada serio. «Yo cogía la pala, que casi era más grande que yo, y le daba contra la pared», recuerda Iago.

Vista la afición, lo apuntaron a clases con Chaly Piñeiro, el que hoy sigue siendo su técnico. Iago tenía entonces siete años y el pádel era solo una afición. Pero despuntó. A los diez, empezó a competir. En el primer campeonato de España al que fue, perdió en octavos. «El segundo estuve a punto de ganarlo. Era alevín de segundo año y competía en infantiles, con niños dos años mayores que yo. Ganamos diez partidos seguidos y llegamos a la final, en Alicante. La perdimos después de tener seis bolas de partido para llevárnosla».

Su talento no pasó inadvertido para la selección española. Iago fue uno de los cuatro infantiles convocados para acudir al Campeonato de Europa, que se celebró el pasado septiembre en Hungría, y que constó de dos categorías: una por selecciones y otra open, en la que al menos uno de los integrantes de la pareja debía ser internacional. «Los otros dos chicos que llevó la selección ya eran pareja. Quedábamos sueltos Anselmo Guerrero (un chico extremeño) y yo. Fue un gran compañero. Quedamos campeones con la selección española y Anselmo y yo ganamos también en la categoría open». La pareja que venía hecha cayó en octavos.

«Mi sueño de niño era jugar el World Padel Tour, conseguir vivir del pádel y, cuando me retire, ser empresario y montar un asador porque me encanta la carne (risas)». La primera parte la tiene en las manos. «Quiero entrenarme duro y disfrutar. Intentaré hacer los mejores resultados y, si llega alguna alegría, pues bienvenida sea», dice Iago, que compite en la liga gallega con el Smash Pádel 4, en Fene.