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Un año después de llegar Rahm, el calendariuo que sacudió los cimientos de su deporte, abre en Riad su cuarto curso sin grandes fichajes y prolonga la negociación para la paz con el PGA
06 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El circuito rebelde, el LIV Golf, de capital árabe, se reanuda hoy en la capital del país, Riad, donde comienza un calendario de 14 pruebas (Movistar Plus + Golf, 16.13, de hoy al sábado, incluido). El calendario inicia su cuarto curso como un test de madurez, ya sin anunciar fichajes como los que sacudieron los cimientos de la industria de su deporte, porque en su elenco de jugadores conserva numerosas estrellas atractivas. El evento mantiene su habitual formato con dos clasificaciones, individual y por equipos. Se disputa durante tres días, con la salida de los 54 jugadores a tiro, todos a la vez, y un formato más reducido que el de los torneos convencionales para favorecer su seguimiento por televisión. Sus detractores siguen achacándole que es poco permeable a la meritocracia y su falta de competitividad, al contar con fijos económicos gran parte de sus favoritos, que disputan torneos sin el valor añadido de la historia.
De bombazos, a estabilidad
El circuito se ha ido consolidando e incluso actúa como contrapeso del PGA Tour, hasta el punto de que su impacto propició el avance de las negociaciones entre los dos calendarios. Pero el acuerdo definitivo entre ambos se dilata. LIV provocó un terremoto al nacer en el 2022 con leyendas como Phil Mickelson —ausente esta semana por lesión—, y figuras como Dustin Johnson, Brooks Koepka, Sergio García y Patrick Reed; aumentó sus estrellas al año siguiente con Bryson DeChambeau, y propició otro seísmo a finales del 2023 con la incorporación de Jon Rahm con uno de los contratos más altos de la historiad el deporte (unos 550 millones por cinco temporadas).
Cambios en los equipos
Este curso apenas hizo movimientos entre la élite. Al equipo de Jon Rahm, Legion XIII, se une el norirlandés Tom McKibbin; y al de Sergio García, Fireballs, el español Luis Masaveu.
Campos diferentes
Cada temporada, cambian algunos campos. Se incorporan al calendario el recorrido The Cardinal at Saint John’s Resort, en Míchigan, como sede de la gran final por equipos, y otros cuatro campos: Chapultepec, en México DF; Chatham Hills, en Indianápolis; el Jack Nicklaus, en Corea del Sur; y el Riyadh Golf Club, en Arabia Saudí, escenario desde hoy de un torneo nocturno. El campo de Valderrama repite, con el torneo que se disputará del 11 al 13 de julio.
Vetos en otros circuitos
En el PGA Tour, el veto a los jugadores del LIV permanece intacto, pese a las conversaciones para alcanzar un acuerdo entre circuitos. Paradójicamente, el calendario europeo ha sacado tajada del conflicto entre los otros dos grandes calendarios. El actual DP World Tour fue el primero que rechazó, hace un lustro, un acuerdo estratégico con el fondo público de capital saudí (PIF, sus siglas en inglés). Luego, cuando el circuito rebelde nació, ejecutó las sanciones a sus miembros que disputaron el LIV. Pero ahora, pasado el tiempo, son varias las grandes estrellas que, de un modo u otro, completan sus compromisos del calendario de capital árabe con citas en el circuito europeo, y no del PGA Tour. El DP, como consecuencia del pulso de poder, ha aumentado su interés. En los últimos meses compitieron en sus torneos Jon Rahm, Tyrrell Hatton, Sergio García, Koepka, Louis Oosthuizen...
Los grand slams, que pertenecen a organizaciones independientes, mantuvieron una cierta neutralidad. Aunque, en la práctica, como no establecieron criterios específicos para que los jugadores del LIV se clasifiquen para sus torneos, tenían complicado el acceso. El Campeonato de la PGA (independiente del circuito de mismo nombre) sí que avanzó hace unos meses un cierto aperturismo; y ayer fue la USGA, la federación de golf de Estados Unidos, la que anunció una invitación específica para este curso a miembros del LIV y dos para el próximo. Las pruebas del calendario de capital árabe no puntúan para el ránking mundial, y ese es otro freno para que sus jugadores se clasifiquen para los majors. La Ryder no veta expresamente al LIV, pero para clasificarse directamente —al margen de las invitaciones personales de cada capitán— sus jugadores lo tienen difícil. En la última Ryder, hubo un solo jugador en el bando de EE. UU. que procediese del circuito rebelde, Koepka.
Promesas incumplidas
Una de las bajas más sonadas del LIV es la de Eugenio López-Chacarra. El español protagonizó uno de sus fichajes estrella en su puesta en marcha. Cuando era el número 1 mundial amateur, eligió ese circuito para pasar al campo profesional. Y muy pronto se hizo de oro, al ganar en Tailandia un total de 4,8 millones de euros, gracias al triunfo individual y por equipos. Sin embargo, al final de la temporada pasada anunció su adiós al LIV, decepcionado con varias cuestiones clave. Asegura que le prometieron que desde el circuito árabe se tendría acceso a los grand slams y que sus torneos puntuarían para el ránking mundial. Ambos temas siguen enquistados.
La convivencia que no llega
El PGA Tour y LIV siguen negociando, en unas conversaciones en las que, además de los altos ejecutivos de cada circuito, participan pesos pesados como Tiger Woods, por parte del calendario americano. Cada cierto tiempo, se suceden declaraciones sobre la buena marcha de los contactos y la cercanía de un pacto definitivo. Pero no se concreta. Según fue trascendiendo, el PIF pasaría a formar parte de la empresa que gestiona el calendario de EE.UU., PGA Tour Enterprises, un gigante nacido en enero del 2024. Pero, al parecer, uno de los puntos más delicados es el tipo de acceso que tendrían los jugadores del LIV —que firmaron contratos millonarios como gancho del circuito de capital árabe—, para poder disputar ahora el calendario de Estados Unidos. Los referentes que permanecieron fieles al PGA Tour y renunciaron a sumas elevadísimas por incorporarse al calendario rebelde entienden que deben disfrutar de un estatus diferente. En la práctica, reclaman que durante un tiempo continúe el veto a las estrellas del LIV o se les resarza al resto de alguna manera.