José Luis Garrapucho: «Cumplimos 19 años con la misma filosofía: deporte y acción social»

DEPORTES

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El fin de semana organiza la Copa Cidade da Coruña de Taekwondo una competición que nació en la humildad de la Sagrada Familia y ahora reúne 700 taekuondistas en el Coliseum

12 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Por sus manos han pasado algunos de los mejores taekuondistas españoles e internacionales. Tras unos años apartado de la competición, la ha retomado, cogiendo las riendas del club que preside. Este fin de semana, José Luis Garrapucho Cermeño (Palencia, 1961) tiene un nuevo reto. La decimonovena edición de la Copa Cidade da Coruña de Taekwondo. Una competición que nació bajo el cobijo de la humildad del barrio de la Sagrada Familia y se ha convertido en una de las destacadas de Galicia.

—¿Cómo se logra crecer de semejante manera. De contar con unas pocas decenas de competidores a alrededor de setecientos?

—Con mucho trabajo. Pero no solo mío. El que más se ha implicado siempre, hasta que tuvo que dejarlo, fue mi sobrino Pedro Rodríguez. Este año son setecientos los inscritos, porque nos ha coincidido muy mal la fecha, ya que hay varios campeonatos territoriales. Pero mi gran objetivo es llegar un año a los mil.

—Ha pasado de ser un torneo menor a uno de los importantes.

—Sí, es puntuable para el ránking gallego (clasificación para acudir a los campeonatos de España), viene gente de León, Zamora, Barcelona, Asturias, Andalucía, Valencia... Y también ocho de Portugal. A pesar de todo, contamos con una buena participación.

—Y siguen apostando por recaudar alimentos en lugar de cobrar entrada.

—Es nuestra filosofía. Cumplimos 19 años con la misma: deporte y acción social. Somos una de las escasas competiciones que no cobra entrada. Eso sí, pedimos que cada deportista y cada espectador traigan algún alimento no perecedero para donar a la Cocina Económica. Llevamos años así y esperemos seguir.

—Y con esa filosofía, ¿no les cuesta dinero?

—No es fácil cuadrar los números, pero, actualmente, tenemos que estar muy agradecidos al Ayuntamiento de A Coruña, porque nos presta una importante ayuda.

—Pero les ha llegado a costar dinero.

—Sí. Ha habido momentos en los que apenas teníamos ayudas y era muy complicado cubrir gastos. También contamos con la colaboración de nuestra gente, que nos echa una mano para abaratar costes. Pero organizar torneos de este nivel no es fácil. Ya le digo, ahora no nos podemos quejar de las instituciones, sobre todo del concello. Pero no siempre ha sido así.

—Y, camino de los 61 años, ¿cómo se aguanta al pie del cañón?

—Es mi trabajo y no me cuesta nada. Hasta hace poco me ayudaba mi sobrino, pero por enfermedad ahora no puede. Y eso me hizo como más fuerte. Ahora me he hecho cargo de todo y no me cuesta nada. Cuando tu trabajo te gusta, lo vives como si tuvieras treinta años, al menos yo.

—Pero el tiempo pasa.

—(Se ríe). Pero es mi pasión. He tenido diferentes etapas, unas con mejores competidores y otras con peores. Pero lo que he procurado siempre es que la escuela esté ahí por encima de todo. Lo que importa es eso, la base. La competición está muy bien, pero el taekuondo es mucho más que eso.

—Y a punto de cumplir 40 años en la Sagrada Familia.

—Sí, ahí empezó todo. Tendría yo 24 años cuando comencé a entrenar en el colegio. Ha sido siempre una cantera muy prolífica. Y sigue siéndolo. Aunque ya le digo que yo no soy de los que le da más importancia a la competición, tenemos ahí una buena cosecha que con el tiempo podremos recoger.