
El Espanyol de Manolo González le puso suspense hasta la segunda mitad, pero los goles de Puado y de Pere Milla le dieron la permanencia en la élite
24 may 2025 . Actualizado a las 22:32 h.Durante 65 minutos estuvo zozobrando el Espanyol, temeroso de no ser capaz de derribar la resistencia del Las Palmas y acabar en Segunda por sus propios deméritos. Fue el tiempo que tardó Puado en coger el balón, encarar los once metros y marcar el 1-0 que alejaba los fantasmas de Cornellà.
En ese momento del delirio perico, el Leganés abusaba con comodidad de un Real Valladolid que lleva meses dando pena. Los de Borja Jiménez ganaban por un cómodo 3-0, con goles todos ellos conseguidos en la primera mitad (Javi Hernández en el minuto 24, Diomandé en el 36 y Juan Cruz en el 40). Incluso, Cisse había visto cómo le anulaban otro tanto por fuera de juego.
El Espanyol, dirigido por el gallego Manolo González, había llegado a la jornada 32 prácticamente salvado, al contar con 38 puntos y tener por delante siete partidos. Pero los catalanes se relajaron en exceso y se metieron en el lío sin esperarlo.

Al gol de Puado le siguió el tranquilizador de Pere Milla, en el 82, que convirtió en trámite los minutos finales, ante la decepción de Butarque. El partido del Leganés terminó antes, pues solo hubo un minuto de añadido, así que hubo tiempo a digerir el descenso sobre el césped, mientras concluía Cornellà.
El equipo madrileño regresa, de este modo, a Segunda División, tan solo un año después de su ascenso. Fue una temporada repleta de altibajos, en la que pagó el hecho de lograr solo un triunfo entre las jornadas 21 y 34. De nada le valió imponerse en tres de los cuatro últimos duelos.
El exentrenador del Deportivo y del Rápido de Bouzas fracasó en su intento de salvar a un equipo que no encontró la regularidad necesaria.