Tras su paso por la cantera, el Burela y el Ribadeo, el entrenador viveirense aspira a hacer rendir en Tercera Federación a un equipo joven y con arraigo, que quiera el balón y sea intenso
26 may 2025 . Actualizado a las 19:20 h.Formado como persona y futbolista en Cantarrana, Luis José Salgueiro Gómez, Luchi (Viveiro, 1978), dio sus primeros pasos como entrenador en la cantera celeste y, tras su mili en Burela y Ribadeo, regresa para construir el equipo joven y con arraigo que competirá por sexta temporada consecutiva en Tercera Federación. El mimo a la pelota y la intensidad sin ella serán innegociables en su propuesta.
—¿Qué significa para usted entrenar al Viveiro?
—Aquí me crie, tuve mi primer contacto con el fútbol, desarrollé toda mi carrera hasta debutar con el equipo sénior, aunque luego salí. Llego con muchísima ilusión, pero siendo consciente de que es un reto mayúsculo. Han apostado por un entrenador de casa y siento mucha responsabilidad porque sé lo que significa el Viveiro. Estoy agradecido a los clubes por los que pasé antes, sin ellos no llegaría esta oportunidad.
—¿Cómo se siente tras el descenso con el Ribadeo?
—Llego bien, pero es verdad que estoy triste por no haber alcanzado el objetivo. Creo que cuando pasa eso, hay que hacer una evaluación exhaustiva del porqué, y me consta que en el club la están haciendo. Cuando lo pones todo de tu parte, puedes dormir tranquilo aunque las cosas no salgan por algo tan impredecible como el fútbol, donde todo depende de que la pelota entre o no. Desde luego, a mí me educaron en que con trabajo y compromiso, yendo a muerte, estás mucho más cerca de los objetivos.
—¿Coincidió con jugadores de la plantilla actual en la cantera?
—Antes de pasar tres años en el Burela, comencé en el infantil B, pasé por el cadete B y estuve dos o tres temporadas en Liga Gallega con el cadete A. Tuve a Lucas Fanego, a Juan, a Xoel, Carlos... A la gente de casa la conozco bien, también a Rolle y Arturo, que ya eran juveniles cuando estábamos en el cadete.
—¿Qué prioriza en la confección de la nueva plantilla?
—Va a haber que valorar muchas cosas. El Viveiro es un club histórico y atractivo que ha ayudado a promocionar a jugadores de fuera que hicieron un buen papel. El ejemplo más claro es Gamarra, que ayer (por el domingo) marcó con el Estradense en la fase de ascenso. Vamos a mantener esa idiosincrasia, pero me gustaría contar con un buen bloque de futbolistas que tengan sentido de pertenencia con A Mariña y el club. Cuento con todos los de casa.
—Conoce bien la cantera y el mercado mariñano, ¿no?
—Pasé tres años en Primera Regional con el Burela y ahora otro con el Ribadeo. Sé que hay futbolistas válidos, pero el club dispone de un número limitado de fichas y la exigencia es muy alta. La permanencia cada vez está más cara, porque tanto los descendidos como los que suben desde Preferente llegan con mucho músculo financiero. Tendremos que sentarnos a hablar y analizar bien cada caso. Ojalá podamos dar continuidad a la gente de la zona, acertemos con los fichajes y logremos que se nos identifique como un club que apuesta por gente joven y de A Mariña.
—¿Cuáles serán las señas de identidad de su equipo?
—Voy a tener que adaptarme a los jugadores que tenga, dependerá, pero seremos propositivos con el balón porque así entiendo el fútbol. Iremos viendo qué tipo de jugadores tenemos, cómo avanza la pretemporada, qué podemos pedir y en qué tenemos que trabajar, pero quiero un equipo que sepa que se debe desgastar mucho sin balón para que el rival no lo tenga, muy intenso, y que tenga la posesión con el objetivo constante de buscar la portería contraria. Quiero que trabajemos mucho para hacer del Viveiro un rival muy incómodo.
—¿Le preocupa el barro de Cantarrana durante el invierno?
—Es un factor del juego más que puede perjudicarnos si viene un rival que nos espera en bloque bajo, pero también ayudar contra equipos de calidad y que puedan quitarnos el balón. Tendremos que adaptarnos a todo, me gusta trabajar con muchas variantes a nivel táctico.
—¿Ha confeccionado ya su cuerpo técnico?
—Estamos trabajando en ello, pero todavía no. Queremos hacer las cosas bien desde el principio.
—¿Su pasado en la cantera servirá de puente con la SD Viveiro?
—Es un tema que se me escapa, que no he seguido de cerca porque llevo unos años entrenando a otros clubes. Lo veo más como padre que como entrenador, porque mis hijos juegan, y no veo más allá de que los chavales sean felices y disfruten de este deporte. Creo que la cantera tiene que estar adherida, pero a mí no me toca hacer de intermediario, trabajaré con lo que toque. Estaría muy bien tener chicos entrenando con nosotros durante la semana porque también supone una motivación, una inyección de confianza para los que vienen por detrás.