
Es momento de agradecer a mucha gente que hayamos podido disfrutar de la Liga Endesa en primera persona. Gracias a los que aún están y los que ya no están, que empujaron para poder conseguirlo. Mañana acaba un sueño de muchos aficionados coruñeses que se hizo realidad. Da rabia, pues salvo en algún partido puntual, a pesar de todos las desdichas que sufrió el equipo, no fueron muy inferiores, y nos quedamos con que, por detalles, cada partido se escurría entre los dedos. Así es la ACB.
Espero que haya sido un año de aprendizajes, de esos en que las consecuencias han penalizado tanto que quedan de manera significativa en la memoria de los protagonistas. Que se hayan anotado y que esa curva de aprendizaje que por momentos fue muy lenta, se haya acelerado y sirva para volver lo antes posible a ver al equipo naranja en la mejor liga nacional de Europa.
Al inicio del año hablábamos de disfrutar del camino, pero una vez metidos en faena y visto lo que hay, no nos conformamos, queremos más. Aunque nos prometan construir un equipo competitivo la temporada que viene, no nos engañemos, sabemos que será muy complicado, pues habrá varios proyectos cuyo único objetivo será el ascenso y solo dos lo conseguirán. Un año más en Primera FEB estamos viendo como clubs favoritos con un gran cartel y con unos presupuestos elevados se quedan por el camino.
Para ello, lo primero seria definir el capitán del navío. Imagino que cuando al finalizar el año pasado, se tomó la decisión de renovar a Epi por dos años, conocedores de la dificultad que íbamos a tener en la Liga Endesa, se pensaría que, en caso de descenso, tener contratado a uno de los mejores candidatos para guiar al equipo al objetivo del rebote sería una buena maniobra.
Momento tendrán para evaluar cuales son las mejores opciones para liderar desde el banquillo. Sigo pensando que ningún candidato podrá garantizar victorias, como mucho su trayectoria y su historial podrán garantizar un estilo y una forma de hacer las cosas.
Gracias por poder vivir esta experiencia a la plantilla, al cuerpo técnico, a la directiva y a los trabajadores del club por conseguir que pasaran por nuestra pista las mejores plantillas de Europa, con jugadores que antes solo podíamos ver por la televisión.
Lo mejor, sin duda, la vuelta de muchos aficionados que estaban aletargados llenando las gradas en un escenario maravilloso como es el Coliseum, que ha mostrado que esta ciudad quiere baloncesto. Gracias, equipo.