Paula Otero, subcampeona de Europa de Knockout en aguas abiertas: «Tengo una espinita en la piscina»

DEPORTES

Paula Otero, en Stari Grad, con la medalla de plata europea.
Paula Otero, en Stari Grad, con la medalla de plata europea.

Tras su brillante plata en Croacia, la gallega ya prepara el Mundial de Singapur y admite que le gustaría poder probarse en distancias más cortas en un futuro

10 jun 2025 . Actualizado a las 12:24 h.

En Sierra Nevada, con el resto de la expedición concentrada con la selección española de natación, Paula Otero Fernández (A Coruña, 2004) deglute con mesura el sabor de la recompensa. Viene de Stari Grad, la localidad al noroeste de Croacia que acogió el último Europeo de aguas abiertas. Con la saca llena. En los 10 kilómetros se clasificó sexta, como la mejor española, y logró una plaza para el Mundial que se nadará en Singapur del 15 al 20 de julio. En los 5 kilómetros, pasó la meta entre las cinco mejores. Y, como colofón, la deportista del CN Arteixo se proclamó subcampeona de Europa en los 3 Knockout, una modalidad reciente, que mezcla explosividad con estrategia. En ella, los nadadores combinan formatos más cortos. De 1.500 metros en primera ronda, 1.000 en la segunda y 500 en la tercera. Deben mantenerse en cabeza para llegar vivos al top ten final y evitar ser eliminados. Otero ya había dejado muestras de sus condiciones para este formato cuando se proclamó la primera campeona de España en abril.

—Venía de un año complicado, en el que los resultados no acababan de acompañarle, y vaya temporada le está quedando.

—Noto que he ido creciendo, que he cambiado un montón. Han sido tres años en los que me han pasado muchas cosas. He tenido tres entrenadores muy diferentes y eso me ha obligado a adaptarme. Es verdad que el año pasado las cosas no me salieron bien. Fue como un cortocircuito en mi cabeza. Al final, los bloqueos vienen también por el miedo a decepcionar a la gente que tienes más cerca. Creo que lo magnifiqué un poco todo. Busqué ayuda, necesitaba disfrutar de lo que hacía. Ha sido como un bálsamo. Había estado en pruebas internacionales, pero este ha sido mi primer Campeonato de Europa absoluto. Lo afronté motivada, sabiendo lo que me jugaba, pero sin el peso de las expectativas que he sentido otras veces. Era la que menos experiencia tenía, mi nombre no estaba con las favoritas. Me dije que no tenía nada que perder. El premio me ha servido para quitarme presión.

—¿Ya es consciente de que está ahí, en Granada, preparando un Mundial?

—Sí, sí. Se lo dije a mi madre, que me voy a Singapur y estaré en una concentración en Malasia. No me va a caber todo en la maleta. Se me va a hacer largo este mes. Y la alegría de que vayamos a ir al Mundial Ángela (Martínez), María (De Valdés) y yo, las tres compañeras de piso que nos entrenamos juntas cada día.

—Obtuvo esa plaza como mejor española en los 10 kilómetros, precisamente por de la descalificación de María de Valdés.

—Para mí fue un momento incómodo, agridulce. Luego, como tenemos la confianza suficiente, lo hablamos las dos. A veces el deporte es de todo menos justo y al final lo que son malas noticias para una son buenas para la otra. No sé qué habría pasado si hubiese implicado su exclusión definitiva. Tampoco quiero pensarlo. Por suerte, ella también irá.

—La natación española tiene en su haber 14 medallas y solo ocho medallistas en la historia de los Europeos. Su nombre ya está ahí, junto a los David Meca, Mireia Belmonte o María de Valdés.

—Es una pasada. Y muy pocas veces ha tenido el equipo español dos medallas en el mismo campeonato (De Valdés fue bronce en los 5 kilómetros). Lo recuerdo y me sale la sonrisilla. Estaba nadando y me decía: «Ostras, ostras, que voy segunda. Por favor, que llegue ya». Fue un pico de adrenalina increíble. Daba brazadas y escuchaba a todo el mundo animando. Esa una sensación que recordaré siempre. La prueba lleva un año, pero mis entrenadores ya me dicen que la medalla vale lo mismo que las demás.

—Ojalá llegue a ser disciplina olímpica. Se le ven maneras.

—Quién sabe en un futuro. Estaría bien, ¿eh? Me encanta, va todo muy deprisa, apenas tienes tiempo para rectificar. Creo que puedo tener un hueco que me ayude a preparar los 10 kilómetros, que si tienen presencia en los Juegos.

—Vistos sus últimos resultados, parece que crece más en el medio fondo que en la distancia más larga. ¿Ha pensado en volver a competir en la piscina?

—Soy una velocista dentro de las fondistas. La piscina me encanta y tengo una espinita en ella. Creo que sigo teniendo un buen 1.500, un buen 800 e incluso un buen 400. Ya es una cosa que puedo hablar tranquilamente, aunque ahora esté centrada en las aguas abiertas, que también me motivan. Quizá para dentro de un par de años...

—¿Se ve ahora dando la campanada en el Mundial?

—Voy con la misma idea. Quiero disfrutar, no pienso en la medalla, pero tampoco te voy a negar que me gustaría entrar en el último 500 y pelearme con todas. Meterme entre las diez mejores del mundo. Siempre quiero más.

—¿Se considera una deportista muy competitiva?

—En mi casa está prohibido el parchís (risas).