El abrazo entre Messi y Djalminha, el gesto entre leyendas que deja el Mundial de Clubes

I. G. LA VOZ

DEPORTES

Messi y Djalminha al término del Inter de Miami - Palmeiras del Mundial de Clubes.
Messi y Djalminha al término del Inter de Miami - Palmeiras del Mundial de Clubes. INSTAGRAM | @djalminhaoficial10

«O Mago» y «La Pulga» mantuvieron un amistoso encuentro al término del partido entre el Inter de Miami y el Palmeiras. El exjugador brasileño del Deportivo, miembro de la expedición del club carioca, se llevó la camiseta del astro argentino de recuerdo

24 jun 2025 . Actualizado a las 19:01 h.

El del pasado lunes fue un gran día para los aficionados del Palmeiras. El conjunto brasileño, que está disputando el Mundial de Clubes, parecía abocado a una complicada eliminatoria de octavos de final frente al vigente campeón de la Champions League, el PSG de Luis Enrique. Perdía 2 a 0 en el Hard Rock Stadium de Miami, pero con todo en contra, un gol en el minuto 80 de Paulinho y otro a escasos tres minutos para cumplir el tiempo reglamentario de Maurício Magalhães, devolvían la igualada al marcador.

Entre la expedición brasileña en el estadio figuraba ni más ni menos que Djalminha, uno de los artífices la Liga que el Deportivo conquistó hace un cuarto de siglo. En 2002, también con los coruñeses, daría la campanada en aquella Copa del Rey del centenariazo, aunque bien es cierto que sus desavenencias con el técnico herculino, Javier Irureta, hicieron que saltase al Bernabéu ya en el 88 de juego para sustituír a Sergio González, autor de uno de los tantos frente al Real Madrid .

Pese a todo, sus goles, calidad y toque siguen siendo recordados en Riazor. Y anoche una leyenda se topó con otra. Djalma, como buen aficionado al fútbol, pidió humildemente su camiseta a Messi instantes después de que el árbitro pitase el final.

El argentino, de 38 años, tenía solo 10 cuando el brasileño recaló en el Dépor. Pero se dio cuenta enseguida de que las canas y el rostro que asomaban detrás de esas gafas era los de Djalminha. Mirada cómplice, apretón de manos y la elástica rosa de los de Miami como regalo para la leyenda deportivista. Si uno marcó con sus destellos y regates el fútbol durante el cambio de milenio, el otro ha sido desde hace dos décadas una referencia por su juego desbordante.

Un gesto cariñoso de ambos, que supieron reconocer la calidad del otro. Un encuentro que acabó con sonrisas y con Djalminha pidiéndole que a quien le acompañaba que le sacase una foto sujetando el dorsal del 10. Al final serán los de Miami los que se midan en octavos contra el PSG, y el Palmeiras jugará contra el Botafogo en un derbi brasileño atípico en un Mundial. Pero anoche, el calendario, al final fue lo de menos.