
Tras otro doblete en el circuito de Brno, el piloto español alcanza el parón de verano con más de tres grandes premios de ventaja y ya depende de sí mismo para ser campeón de moto GP
21 jul 2025 . Actualizado a las 19:27 h.Tras una frenética primera mitad de temporada, el Mundial de moto GP se toma un respiro de tres semanas, antes de afrontar la que solía ser la parte decisiva del mismo. Solía, porque el título de campeón parece estar ya adjudicado, a pesar de que todavía quedan diez grandes premios y 370 puntos en juego.
De hecho, debería pasar una hecatombe para que Marc Márquez no sumara su noveno entorchado mundial, séptimo en la clase reina, y hasta el propio protagonista lo reconocía después de sumar un nuevo triunfo el domingo en el circuito de Brno. «Siempre soy realista. Afrontando las diez últimas carreras con 120 de ventaja, si se escapa es que algo muy mal hemos hecho. Toca seguir con la misma intensidad, la misma concentración, el mismo enfoque cada fin de semana».
Y se mostraba contundente cuando le preguntaban sobre cuál era el principal peligro a partir de ahora: «Una lesión», respondía el de Cervera. El parón llega en el momento álgido de la temporada para Marc Márquez, después de sumar su quinto doblete consecutivo de la temporada. «No quiero vacaciones», bromeaba en la rueda de prensa posterior al Gran Premio de la República Checa.
Si contamos las 24 salidas que se han celebrado en lo que va de año, el líder de moto GP ha ganado 19. Solo se le escapó el esprint de Silverstone para hacer pleno en las carreras cortas de los sábados (fue segundo tras su hermano Álex). Y en las cuatro dominicales que no ganó, en dos se fue al suelo (Austin y Jerez), en Le Mans fue segundo bajo el agua y en Silverstone, tercero.
Los números son ya estratosféricos y empiezan a asomar los récords. Por ejemplo, ningún piloto en la historia de Ducati había sumado cinco victorias seguidas en carreras de domingo, que son las que computan en las estadísticas. Aunque el ilerdense está enfocado en una sola cosa: «No me importan los récords. La única prioridad es ganar el Mundial».
¿La mejor versión del 93?
Marc Márquez vuelve a dominar la categoría reina del motociclismo con la misma autoridad que en sus mejores años, cuando campaba a sus anchas con la Honda. Siempre se destacan dos temporadas en las que su dominio fue especialmente arrollador.
La del 2014, cuando ganó las diez primeras carreras consecutivas para sumar un total de trece a final de año, que es el récord absoluto; y la del 2019, cuando logró doce victorias y ocho segundos puestos, con récord de puntos hasta la introducción del formato esprint. Las comparaciones entre aquellos dos campeonatos y este del 2025 son inevitables.
«Es difícil decir si es mejor o no. Lógicamente la primera mitad del 2014 fue perfecta, aunque luego cometí errores por exceso de confianza. Este es un moto GP distinto, con carreras al esprint que son muy intensas, donde se acumula mucho cansancio durante el fin de semana y es más difícil mantener la concentración. Diré que me he reencontrado donde lo dejé antes de la lesión de principios del 2020. Entonces tenía un gran dominio de la moto y de todas las situaciones. Es evidente que de los veinte años a los treinta pienso las cosas un poquito más, pero tengo el mismo hambre».
La lectura que hace Márquez de las carreras y la gestión del riesgo dan que pensar que estamos ante un piloto más maduro y completo, como quedó demostrado el pasado fin de semana en sus dos victorias. El sábado no se alteró lo más mínimo cuando la pantalla de su Ducati le avisó de que estaba rodando por debajo de la presión mínima y que si no era capaz de subirla sería sancionado.
Al de Cervera no le importó desperdiciar casi tres segundos de renta que tenía, dejarse adelantar por Pedro Acosta hasta que le subiera de nuevo la presión yendo a rueda de la KTM, y volver a adelantarle a una vuelta del final. Y el domingo esperó paciente su momento para adelantar a Marco Bezzecchi, hasta que lo vio claro en la octava vuelta. Una vez en cabeza hizo varias vueltas rápidas consecutivas para abrir hueco y firmó un plácido final administrando la ventaja con sus perseguidores.
Cuentas para el alirón La sensación es que gana cómo y cuándo quiere, y si a esto se le suma que sus rivales ya no están tan finos como a principios de año, la ventaja en la general se dispara hasta los 120 puntos con su hermano Álex y 168 con su compañero Bagnaia. O lo que es lo mismo, más de tres y cuatro grandes premios de margen, lo que ha traído ya el runrún al paddock de moto GP sobre cuándo cantará el alirón Marc Márquez.
El calendario termina con dos citas ibéricas, Portugal y Valencia, aunque se da por hecho que ya no llegará vivo el campeonato a suelo europeo. La gira transoceánica de este año consta de cuatro pruebas (Japón, Indonesia, Australia o Malasia) por lo que todo hace pensar que celebrará el título en algún punto de aquellas latitudes. Aunque algún osado se atrevía a preguntar en rueda de prensa si sería capaz de ganarlo con siete carreras de margen, coincidiendo con la cita de Misano, con el morbo que supondría igualar los nueve títulos de Valentino Rossi en suelo italiano.
«Creo que no es posible, porque quedarían todavía muchas carreras», respondía Marc Márquez, que prefería no hacer cábalas. «No voy a hablar de dónde o cuándo voy a cerrar el Mundial, simplemente afronto las últimas diez carreras de la temporada con la mentalidad de que el campeonato solo lo puedo perder yo».