
El modesto club del norte de Noruega se cuela entre los 36 mejores equipos de Europa y pondrá en el mapa su ciudad de apenas 50.000 habitantes
27 ago 2025 . Actualizado a las 18:12 h.El Bodo/Glimt ha hecho historia al clasificarse para la fase final de la Champions, en la que se enfrentará a ocho de los mejores equipos del Viejo Continente y con muchas posibilidades de al menos a uno de los cinco españoles presentes. Los noruegos superaron al Sturm Graz en la ronda previa y continúan con las grandes actuaciones en competiciones continentales. La temporada pasada, contra todo pronóstico, se colaron en las semifinales de la Liga Europa, en las que cayeron contra el Tottenham, quien acabaría a la postre siendo el campeón.
Lo verdaderamente llamativo de este equipo es que la propia ciudad, Bodo, se encuentra a 100 kilómetros al norte del círculo polar ártico y tiene tan solo 50.000 habitantes. Solo existe un precedente de un equipo así compitiendo en Europa y es el caso de sus vecinos de Tromso, a unos 350 kilómetros más al norte y con 72.000 personas que conforman la zona. El equipo septentrional llegó a disputar la fase de grupos de la Liga Europa en el 2005 y en el 2013, pero no logró pasar del último lugar.
Para los equipos foráneos resulta todo un reto visitar estos campos de hierba artificial. El frío, el ambiente local y el impulso vikingo propio del norte, instaurado en los jugadores, forman un cóctel que dificulta la labor del rival. El Aspmyra Stadion, con capacidad para 8.270 personas, es el hogar del Bodo. Es un campo muy modesto, que sería propio de categorías humildes en el fútbol español, pero que en el norte de Noruega supone un lugar simbólico que acoge a casi una quinta parte de la población de la ciudad.
Entre los paisajes nevados, los valles montañosos que conforman los fiordos y los meses del año donde el sol se esconde o decide no ocultarse, aparece una pasión por el fútbol que no es reciente. En esta ciudad dedicada principalmente a la pesca se fundó el club en 1916. Hasta los años 70 jugaban con otros equipos de todo el norte del país, ya que en Noruega solo competían a nivel nacional los integrantes de las grandes ciudades al sur. Tradicionalmente, en el país escandinavo se pensaba que el nivel de los equipos del sur del país era superior al nórdico, pero poco a poco se fue abriendo la puerta y el Bodo aprovechó la oportunidad.
Ganaron la Copa de Noruega en el 1975, además de en el 93, y acumularon varios subcampeonatos nacionales. Esta posición en liga les hizo participar en las rondas previas de competiciones europeas durante los años 70 y 90. El equipo siempre fue muy irregular y descendió en algunas ocasiones. Tras su último ascenso en el 2018, Kjetil Knutsen se convirtió en entrenador del equipo, quien es la piedra angular del proyecto. Bajo sus órdenes, el Bodo logró su primera liga en el 2020 y repitió la hazaña en el 2021, en el 2023 y en el 2024.
Poco a poco logró perfilar un conjunto plagado de juventud, veloz y fuerza para adueñarse del trono en Noruega y hacerse un nombre por Europa. Su principal estrella es el centrocampista Patrick Berg, capitán y timón del equipo, además de habitual con su selección. Toda la plantilla está compuesta por jugadores escandinavos, principalmente de su país, algo que ya no es tan habitual en estos tiempos. Esto demuestra que el fútbol noruego está en auge y no es casualidad que el país cada vez exporte más jugadores de talla mundial como son Erling Haaland o Martin Odegaard.
Viaje por Europa
Las primeras participaciones del Bodo/Glimt en competiciones continentales tuvieron lugar en los años 70. El Nápoles y el Inter se encargaron de eliminarlos a las primeras de cambio en la entonces conocida Recopa de Europa. Alcanzaron la Copa de la UEFA a mediados de los 90 y aunque avanzaban alguna ronda, no les alcanzó para competir con equipos más contrastados una vez superado el primer escalón. El nombre de este equipo está ya en la memoria de muchos aficionados europeos, ya que desde finales del 2021, con su asentamiento en la cima local, comenzó a hacer buenas actuaciones en Conference y Liga Europa.
Este conjunto es uno de los principales beneficiados de la creación de la tercera competición continental, ya que ese fue su escaparate para comenzar a brillar. En su estreno en una fase final europea asestó un 6-1 a la Roma de José Mourinho, quien levantó el título de aquella competición siendo verdugo de los vikingos en cuartos. A partir de ahí, logró participar en la fase de grupos de una competición superior, aunque sin mucho éxito más que recalar de nuevo en Conference o caer en eliminatorias de dieciseisavos.
La temporada pasada dieron un paso adelante y, con el nuevo formato en competiciones UEFA, quedaron novenos de la fase regular. En las eliminatorias perdieron siempre en condición de visitante, pero o remontaban en su estadio o la ventaja que conseguían allí era suficiente para hacer valer el pase a la siguiente ronda. Dejaron a Twente, Olimpiakós y Lazio por el camino y solo el Tottenham pudo hacer frente al frío de Bodo. El coeficiente UEFA ha hecho que este año los noruegos solo necesitasen disputar una fase previa para clasificarse para la Champions y dejaron la eliminatoria resuelta goleando en la ida por 5-0 al Sturm Graz austríaco, a pesar de caer en la vuelta por 2-1.
Con el nivel mostrado hasta ahora, no sería ninguna sorpresa que los nórdicos superasen la primera fase para engrandecer su historia. Una buena participación este año podría facilitar su presencia en la máxima competición continental en los años venideros e incluso propiciar un crecimiento de la modesta ciudad gracias al fútbol.