Marqueta para un penalti a la Ponferradina y se convierte, de nuevo, en el héroe del Pontevedra (0-1)

Nieves D. Amil
Nieves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

DEPORTES

César Sánchez / Agencia LOF

Alain Ribeiro adelantó a los granates en un intenso partido en El Toralín

06 sep 2025 . Actualizado a las 23:23 h.

Visitar el Toralín en el primer desplazamiento de la temporada era, a priori, una salida complicada. Una grada que aprieta y un equipo llamado a estar en la pelea por el título que llegaba después de golear en la primera jornada. Ese era el punto de partida con el que desembarcaba el Pontevedra en Ponferrada, pero solo dio un cuarto de hora de cortesía a los locales para que se situasen en el campo. A partir de ahí, el duelo se fue equilibrando hasta ceder el control a los de Rubén Domínguez, que jugó con Selma en la punta de ataque apoyados por Alan Ribeiro y un Yelko Pino de enlace que fue capaz de generar peligro a la portería de Ángel.

La Ponferradina intentaba llevar el control de balón para marcar el ritmo con acciones que construían desde atrás. Buscaba romper el partido con un gol madrugador y deshacer al rival antes casi de arrancar. Le funcionó en Avilés, pero este sábado no lograban hacer sufrir a los granates, que ganaron confianza y no dejaban espacios dentro del área. Las jugadas a balón parado, con hasta cinco saques de esquina en la primera parte, marcaron las escasas acciones de peligro de los locales. Todas las oportunidades que se vieron en esos primeros minutos se desvanecieron y la verticalidad que buscaba la Ponferradina se perdía en el medio campo. El Pontevedra respondía ganando profundidad por la izquierda con un Álex González, que intentó meter balones a la frontal del área para buscar los pies (o la cabeza) de Ribeiro. Los granates se convirtieron en los dueños del Toralín para aguar a los locales las fiestas patronales de Ponferrada. Se sacudió el miedo escénico con el que arrancó, aunque le costaba finalizar. La segunda parte arrancó abierta para ambos equipos, pero no habían pasado ni cinco minutos cuando el Pontevedra perdió a Videaorreta por lesión. Fue el primer contratiempo para los granates, que minutos después se quedaba también sin Miki Bosch. Rubén Domínguez optó por mover el esquema y hacer un doble cambio al sacar a Luisao y Adrián Expósito. A partir de ahí, el partido se aceleró y favoreció a los intereses granates.

El entrenador de la Ponferradina, Fernando Estévez, que no reconocía a su equipo en El Toralín, pidió un triple cambio para reforzar la ofensiva y remodelar el esquema de juego para intentar dar la sorpresa. Pero la sacudida no les valió a los locales, que vieron como Alain Ribeiro traspasaba la portería de Ángel con un centro de Luisao. Remató de cabeza para adelantar a los pontevedreses y se sacó las espina de una ocasión fallida que minutos antes lo había dejado tendido en el área pequeña.

Acelerón de la Ponferradina

La Ponferradina metió una marcha más tratando de empatar el partido en los últimos minutos. Y de nuevo, el Pontevedra encontró en las manos de Marqueta a su salvador. Si en la primera jornada, el portero marcó el gol del empate, en El Tolarín paró un penalti polémico, que concedió el colegiado tras revisar la jugada. Pena máxima y segunda amarilla para Montoro, que dejaba a los granates en inferioridad en el campo, pero no en el juego. Los de Rubén Domínguez eran dueños y señores en tierras bercianas. Ni los 14 minutos de descuento fueron suficientes para los locales, que ya jugaban a la desesperada para dar la vuelta a un marcador desfavorable con el que no contaban al arrancar.

El Pontevedra suma su primera victoria en la segunda jornada de Primera Federación y tiene un nuevo héroe, que se agiganta bajo palos. Ya sea para marcar o para parar.