
El Espai Barça se presentó en 2021 como el gran proyecto de modernización del Barcelona y desde entonces las promesas incumplidas y los retrasos en cadena han impedido la reapertura del estadio
10 sep 2025 . Actualizado a las 15:37 h.Al Camp Nou se le está poniendo cara de El Escorial. El regreso del fútbol al estadio del Barcelona sigue en el aire y se ha convertido en una incógnita por los constantes retrasos, controversias, permisos, misterios y fechas de reinauguración que no se cumplen. El proyecto, bautizado como Espai Barça, se presentó en 2021 como el gran proyecto de modernización del club azulgrana. Joan Laporta lo definió entonces como «la obra que situará al Barça donde le corresponde, en la vanguardia mundial» y aunque la hoja de ruta parecía muy realista, el paso del tiempo ha confirmado que era más propia de los malabarismos que firma Lamine Yamal con el balón. Se hablaba de reapertura parcial en noviembre de 2024, de un uso más amplio ya en 2025 y de la finalización completa en 2026.
La realidad es que este domingo, el Barcelona disputará su primer partido liguero en casa en el Estadi Johan Cruyff, con capacidad para apenas 6.000 espectadores. El motivo es la imposibilidad de cumplir a tiempo con las disposiciones exigidas por el Ayuntamiento de la Ciudad Condal para obtener la Licencia de Primera Ocupación, algo que ya impidió en agosto que se disputase el Trofeo Gamper. Tres años después, el plan ha quedado en papel mojado, las fechas se han incumplido una tras otra y las explicaciones oficiales apenas han calmado la frustración de los aficionados.
El Camp Nou cerró sus puertas en mayo de 2023, después de un emotivo partido de despedida. El traslado provisional al Estadi Olímpic de Montjuïc se presentó como un mal necesario y como un paréntesis corto hasta poder regresar al nuevo estadio. La adjudicación de las obras recayó en la constructora turca Limak, una decisión controvertida desde el principio porque nunca había gestionado un proyecto deportivo de tal magnitud, pero sin embargo aseguró que podría entregar una primera fase en apenas 18 meses. El contrato incluía penalizaciones millonarias en caso de incumplimiento: un millón de euros por cada día de retraso. Esa cláusula, sin embargo, nunca se aplicaría.
La primera fecha marcada en rojo fue el 29 de noviembre de 2024, coincidiendo con el 125 aniversario del club. El presidente Joan Laporta habló de ese día como «un día histórico, el renacer de nuestro estadio». El plan era reabrir parcialmente el recinto con un aforo de 60.000 espectadores, pero cuando llegó la fecha, el Camp Nou distaba mucho de estar preparado porque la cubierta seguía pendiente, la grada aún estaba en proceso de reconstrucción y las salidas de evacuación no estaban homologadas. Al contrario de lo que se había dicho, desde la directiva se optó por no exigir la cláusula de penalización a Limak porque «queremos mantener una buena colaboración con la constructora», según decían desde el club.
El siguiente intento de llevar a cabo la puesta de largo se fijó para el 10 de agosto de 2025, día del Trofeo Joan Gamper, y una seña siempre emotiva entre los aficionados azulgranas. El Barça lo anunció con solemnidad en junio -un coche recorrió las calles de la Ciudad Condal con megafonía-, presentando el partido como el escenario ideal para regresar a casa tras más de dos años de ausencia. Poco duró la alegría, por un mes después la directiva volvió a comunicar que no iba a ser posible por los trámites administrativos. El club no logró a tiempo la licencia municipal de ocupación parcial. «El estadio está preparado para acoger público, pero los trámites con el Ayuntamiento no estarán completados a tiempo», explicó un portavoz.
Con este escenario, la directiva volvió a marcarse una fecha de regreso. Esta vez la elegida fue el 14 de septiembre de este año -el próximo domingo- para disputar el partido de Liga frente al Valencia. La idea era abrirlo con una capacidad para 27.000 espectadores, para posteriormente ampliarlo a 45.000 y finalmente 60.000, siempre condicionado a la obtención de la Licencia de Primera Ocupación Parcial. «El club está trabajando intensamente para obtener los permisos administrativos necesarios para la apertura del Spotify Camp Nou en próximas fechas», señaló el club en un comunicado, que agradecía a sus socios y socias, aficionados y aficionadas, «su comprensión y apoyo en un proceso tan complejo como ilusionante como es el regreso al nuevo Spotify Camp Nou».
Críticas de la oposición
La burocracia municipal con los permisos de evacuación, accesibilidad y seguridad han tardado meses en ser tramitados por el Ayuntamiento de Barcelona y la complejidad técnica de las obras: la demolición parcial y posterior reconstrucción del tercer graderío ha hecho que se retrasaran las mejores previsiones iniciales. Además, los problemas económicos por los que atraviesa el club y que le han impedido iniciar un litigio con la constructora encargada de las obras y los conflictos laborales y sobrecostes. han sido los contratiempos que ha terminado por desplazar todas las fechas iniciales.
Además, Joan Camprubí, portavoz del grupo de socios Som un Clam, ha denunciado que los anuncios de reapertura respondan más a intereses electorales que a la realidad de las obras: «Se quiere forzar una reapertura simbólica por fines electorales, aunque el estadio no esté preparado». A nueve meses de las elecciones presidenciales, la gestión del Espai Barça se ha convertido en un eje central del debate sobre el futuro del club. la previsión oficial es que el Spotify Camp Nou completo esté terminado en el verano de 2026 y alcanzar una capacidad de 105.000 espectadores y contar con una cubierta moderna equipada con paneles solares. La realidad dice que el regreso del fútbol al Camp Nou parece imposible.