
El neerlandés no tiene rival en un Gran Premio de Azerbaiyán más calmado de lo previsto, seguido por un inteligente Russell y el madrileño, tercero tras una actuación numantina
21 sep 2025 . Actualizado a las 18:04 h.Max Verstappen no va a vender barato el cetro del Mundial de Fórmula 1. El neerlandés conquistó con una autoridad letal el Gran Premio de Azerbaiyán, donde maximizó su ventaja frente a sus rivales y aprovechó el mal fin de semana de McLaren, que vio cómo Piastri, el líder del campeonato, se estrellaba tras saltarse la salida, mientras que el candidato Norris era incapaz de mejorar en carrera su posición de parrilla, la séptima plaza. La escudería británica, de nuevo, fue incapaz de hacer una carrera decente en el fin de semana en que podían proclamarse campeona de constructores.
Al tetracampeón del mundo, que lleva dos victorias consecutivas, le acompañaron en el podio George Russell, de nuevo silencioso pero efectivo, y Carlos Sainz. El madrileño se reivindicó en un fin de semana en el que fallar era lo más probable y sin embargo conquistó para Williams un cajón que sabe a oro. Mientras, en Ferrari suspiraban al ver a Hamilton y Leclerc octavo y noveno, respectivamente. Para Fernando Alonso no fue un buen domingo. Cometió una pifia en la salida, fue penalizado y sin acción en pista no pudo pasar del 15º, que acabó siendo 14º gracias a una sanción a Albon. Una carrera menos para que llegue 2026, habrá pensado.
Las previsiones hablaban de que podría ser una salida con problemas y accidentes, pero por delante fue sorprendentemente limpia. Verstappen sostuvo sin problemas la pole, con Sainz saliendo sin problemas a su rueda y Lawson intentando sostener un improbable podio. Por detrás, mucho miedo entre los participantes viendo lo caótico de la clasificación.
Pero la gran noticia inicial fue el desastre de Piastri. El líder del Mundial no olvidará su participación en el Gran Premio de Azerbaiyán del 2025, ya que después de su bochornosa clasificación culminada con un accidente, protagonizó un comienzo de carrera que acabó también contra el muro. El australiano primero se saltó la salida, con Alonso justo detrás como espectador de lujo en primera fila, y después en la curva 4 y ya cuando estaba 20º (le había saltado el anticalado en esa salida fallida, con el consecuente frenazo) no supo frenar a tiempo y acabó estampado.
Para más inri, la FIA no dejó pasar que tanto Piastri como el propio Alonso se saltaran la salida y ambos fueron sancionados con cinco segundos, que para el de McLaren serán posiciones en parrilla para la siguiente carrera dado que no podía cumplirlos este domingo. La reacción de Alonso, que ya tuvo que plantear esos 5 segundos extra en su primera parada, fue de lo más honesta: «Lo siento, reaccioné a la arrancada de Piastri».
Tras el consecuente coche de seguridad, la tensión no se redujo. Norris, consciente de la oportunidad de oro que le ponía el abandono de Piastri, se vio sobrepasado por un inteligente Leclerc por el séptimo puesto, mientras más arriba Verstappen se escapaba con Sainz a una distancia cómoda para poder rodar a gusto en la segunda plaza. Al madrileño le vino caído del cielo el combate por el tercer puesto que mantuvieron Lawson y Antonelli, muy agresivo con su compañero Russell en la relanzada.
Sorprendentemente, después de este arranque hubo una gran estabilidad en pista hasta que llegó la ventana de paradas en boxes. Sin cambios de posición relevantes, muchos pilotos tuvieron varios sustos: Hamilton se descolgó de la lucha por el séptimo puesto por un pequeño error, Albon se tocó con Colapinto al final del pelotón -con el consecuente castigo de 10 segundos para el compañero de Sainz en Williams- y pelea de Antonelli y Russell por adelantar mediante un undercut a Lawson. El de Toro Rosso intentó aguantar, pero acabó claudicando con el italiano de Mercedes. y este a la postre con su compañero, mucho más versado en este tipo de carreras estratégicas.
En este momento crítico de la carrera, y ante la dificultad para adelantar, fue clave resistir y que las paradas en boxes fueran perfectas. En este sentido, para Sainz fue maná del cielo salir de nuevo a pista para la segunda parte de la carrera sin ningún fallo, ni de sus mecánicos ni propio, después del despiste del sábado en los libres, cuando se detuvo en el box de Alpine.
El pulso empezó a ser en la distancia, por la diferencia de estrategias. Así, Russell estiró al máximo su parada para intentar el undercut sobre Sainz, que poco a poco veía cómo el segundo puesto se le desangraba. Paralelamente, también Norris y Tsunoda intentaban lo mismo por la sexta plaza (clave para el de McLaren en la lucha por el Mundial, aunque la parada no fue buena), mientras Antonelli y Lawson trataban de restañar esa misma posición. El único que no tuvo dudas sobre su situación fue Verstappen, que sin pruebas pero tampoco dudas, bostezó durante varios momentos de la carrera.
Cumplidas todas las paradas en boxes, se llegó a las diez últimas vueltas de carrera con Verstappen asentado primero, Russell pasando a Sainz por el segundo puesto y Antonelli como principal enemigo del español por completar el podio. Para los de Mercedes era un objetivo muy importante en la lucha por el título de constructores, que se llevará McLaren en Singapur salvo sorpresa, pues ellos están peleando con Ferrari.
Antonelli, enemigo de Sainz
Sainz comenzó a mirar más hacia los retrovisores que hacia adelante. Russell supo escaparse en esta parte final de la carrera, lo que unido al gran ritmo de Antonelli hizo que el español se viese obligado a resistir sin arriesgar.
Por detrás, Lawson intentaba sostener la quinta plaza frente a Tsunoda, con el que también aspira a un asiento en Red Bull en el 2026, con permiso de Hadjar (gran favorito para ser el próximo compañero de Verstappen). El ritmo del piloto neozelandés no fue suficiente para escaparse y provocó un tapón que permitió acercarse a Norris y a Hamilton, cada uno con sus cuitas.
Pero al final todos se conformaron. Habida cuenta de que aún quedan carreras por delante en este campeonato y que aquí el riesgo no siempre da réditos, a Verstappen, Russell y sobre todo a Sainz les sirvió este resultado para un improbable podio. Quienes dudaran del español en Williams pueden irse de nuevo a la cueva. Normal que estuviera exultante: «El mejor podio de mi carrera».